Qué podemos aprender de los niños pequeños

Los niños pequeños pueden ser grandes maestros para los adultos. Mira a tu hijo y aprende a vivir en todo su esplendor.
Qué podemos aprender de los niños pequeños
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Última actualización: 06 julio, 2023

Como padres estamos acostumbrados a enseñar a nuestros hijos cómo comportarse, cómo gestionar las emociones y mil cosas más. Ahora bien, ¿pensaste alguna vez qué cosas podemos aprender de los niños pequeños? Claro que sí, los niños son excelentes maestros que pueden ayudarnos a conectar con nosotros mismos. A continuación, te invitamos a descubrir aquellas cosas que los niños pueden enseñarnos. Verás cómo su mirada honesta de la vida puede ayudarte a encontrar la felicidad. ¡No te lo pierdas!

Qué aprender los niños pequeños

1. Carpe diem: vivir el presente

Disfruta de tu vida, un día a la vez.

Los niños pequeños no se preocupan por el mañana ni por el ayer. Para ellos sólo existe el presente y eso es ¡maravilloso!

Intenta olvidarte de todo, al menos por un rato. Disfruta de tu hoy, sin pensar en lo que deberías haber hecho ayer o los problemas que deberás enfrentar mañana. Vive el presente con ese disfrute que tienen los niños.

2. Pedir ayuda

A los niños pequeños no les molesta pedir ayuda, de hecho ¡lo hacen sin problemas! ¿Cuándo fue la última vez que solicitaste la ayuda de alguien? Necesitar a otra persona no es motivo de vergüenza. Recuérdalo la próxima vez que sientas que el mundo pesa demasiado sobre tus hombros. Mira a tu hijo y simplemente, ¡pide ayuda!

3. Jugar no es perder el tiempo

Otra de las cosas que podemos aprender los niños es que jugar es importante. Disfrutar de actividades lúdicas es una manera de conectarnos con nosotros mismos, de abrirnos a la creatividad y al disfrute. No dudes en aprovechar el tiempo jugando con tu hijo, ¡os hará bien a los dos!

4. Decir lo que sientes

Los niños son, ante todo, honestos, aún cuando puedan llegar a herir a otra persona. Por supuesto, siempre debemos ser cuidadosos, no solamente con lo que decimos, sino también con el “cómo” lo decimos. Sin embargo, aprender a expresar lo que sentimos es una lección que no deberíamos desperdiciar.

5. Sorprenderte con lo que te rodea

Mira el mundo a través de los ojos de tus hijos. Déjate asombrar por el arcoiris, disfruta del viento, ríe bajo la lluvia. Deja que tu hijo te guía para que puedas vivir esas situaciones cotidianas como algo novedoso y sorprendente que puede hacerte sonreír como la primera vez.

6. Aprender a perdonar

Aprender de los niños implica aprender a perdonar
A veces puede ser difícil dar un perdón, pero el contacto con los niños nos recuerda la importancia de saber dejar las cosas en el pasado.

Los niños pequeños no son rencorosos. Al vivir en el presente, no guardan rencores sobre lo que sucedió ayer. Por el contrario, lo olvidan. ¡Es un contínuo borrón y cuenta nueva!

Esto por supuesto no quiere decir que vuelvas a tropezar una y otra vez con la misma piedra sino que perdonar de corazón puede ser lo que necesitas para sanar. Hazlo por ti, no por quien necesita tu perdón.

7. Abrazar, besar, amar

Sin duda, otra de las lecciones que podemos aprender de los niños es a no guardarnos para nosotros mismos las caricias que queremos dar. Si así lo sientes, no dudes en evidenciar el poder sanador de un abrazo o de un beso y no dudes nunca en decirle a otra persona cuánto la amas.

8. Soñar en grande

¿Alguna vez le has preguntado a un niño qué desea ser cuando crezca o qué inventaría si pudiese? Las respuestas pueden ser totalmente inesperadas porque los niños pequeños sueñan en grande. Nada es demasiado extraño, loco o imposible. Contágiate de tu hijo y deja volar tu imaginación.

9. Jugar a ser invencible

Aprender de los niños pequeños a confiar un poco más en uno mismo es otra de las grandes lecciones de la vida. Los niños juegan a ser superhéroes, astronautas o caballeros. Luchan toda clase de batallas imaginarias y salen siempre victoriosos. Sentirse invencible, creer en uno mismo y no dejarse vencer ante la adversidad suena bien.

10. Cuestionar todo

No aceptes lo que te dicen sólo porque “es así”. Sé un poco como los niños pequeños y permítete pensar afuera de la caja. Cuestiona lo que crees que no es correcto sin miedos al qué dirán y pregunta sin vergüenza.

11. Reír más

Para aprender de los niños hay que reír más
La pureza de los niños nos recuerda que debemos disfrutar las situaciones más sencillas de la vida a través de la risa.

Da igual si tiene sentido o no por qué te ríes. Disfruta de tu vida, juega, baila, canta a gritos aunque desafines. Busca motivos para reír y aprovéchalos como tus hijos.

12. Evitar preocupaciones

Preocuparse es justamente eso: pre-ocuparse, es decir: ocuparse antes de que algo suceda. Los niños pequeños no se preocupan, justamente porque viven el presente. ¿Es realmente grave ensuciarse? No, la verdad que no. Deja de lado las preocupaciones y sé más libre.

13. No prejuzgar

Los prejuicios no existen para los niños pequeños. Ellos solamente quieren jugar y pasarlo bien. Aprender de los niños a no juzgar a alguien por su ropa, su color de piel o sus creencias ¡es lo que necesitas para ser más empático y feliz!

14. Enfrentar tus miedos

¿Alguna vez has pensado cuántos miedos enfrentan al día los niños pequeños? Sé un poco como tu hijo y olvida tus miedos, déjate llevar y disfruta de nuevas aventuras.

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15. Fracasar… y volver a intentar

Tus hijos aprenden de sus fallos. Lo suyo es un continuo ensayo y error donde rendirse no es una opción. ¿Cuántas veces has visto a tu pequeño intentar lograr algo una y otra vez hasta lograrlo? ¡Sigue su ejemplo!

16. Permitirse algún capricho

Con capricho no nos referimos a llorar y patalear sino a permitirte darte un gusto de vez en cuando. ¿Y si comes esa pizza que te apetece en lugar de la ensalada? ¿O si en lugar de limpiar el baño, juegas a los trenes con tus hijos? No sucederá nada si por un día rompes “las normas”.

Hay muchas cosas que podemos aprender de los niños pequeños y deberíamos aplicarlas sin falta para ser más creativos, abiertos, empáticos y, sobre todo, más felices. ¿Comenzamos hoy?


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