8 errores comunes que cometes al lavarte la cara
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Lavarte la cara es un gesto que forma parte del día a día y que tiene que ver con la higiene y aseo personal. Sin embargo, cuando se tiene en cuenta como medida estética, es común que se cometan algunos errores.
La piel del rostro es distinta a la del resto del cuerpo y tiene necesidades específicas, así no lo parezca a simple vista. Por ello, no es correcto pretender brindarle los mismos cuidados. De hacerlo así, solo se consigue alterarla, lo que se traduce en problemas como irritación, resequedad, tirantez, imperfecciones, entre otros.
¿Sabrías decir si te lavas el rostro adecuadamente cada día? En caso de que tengas dudas, te conviene repasar a continuación los errores más comunes que se cometen.
Según un artículo publicado en la revista digital para profesores de la enseñanza, la higiene facial es necesaria y por ello se debe realizar, tanto de día como de noche, ya que en este proceso serán eliminados todos los restos de sebo, sudor y polución acumulados a lo largo del día.
1. No te lavas las manos
Teniendo en cuenta que con las manos tocamos todo tipo de superficies y objetos, y que por tanto, están en contacto directo con suciedad, polvo, gérmenes y bacterias, resulta evidente que lo más correcto no es manipular el rostro sin haberlas lavado previamente.
Muchas personas pasan todo el día maquilladas y al llegar a casa, no se lavan las manos, sino que después de hacer varias actividades, se paran frente al espejo, toman un algodón, lo empapan en agua miscelar o algún otro producto similar y proceden a pasarlo directamente para “limpiar”. Haciendo esto, no se dan cuenta de que ya han ensuciado el algodón y que ahora están aplicándolo sobre el rostro ─que ya tenía una acumulación de maquillaje y suciedad─ lo que promueve la aparición de impurezas.
2. No usas los productos correctos
De seguro tienes algún jabón preferido. Quizás te encanta porque te resulta fresco, huele bien y deja la piel aparentemente limpia y “suave”. Sin embargo, lo cierto es que quizás ese jabón no es el más indicado para tu tipo de piel.
El limpiador ideal debe remover la suciedad, el polvo y el maquillaje sin quitar los aceites naturales de la piel. Por ende, no cualquier jabón en pastilla para el tocador ni cualquier gel de ducha sirven.
Por otra parte, recuerda que no es lo mismo la humedad y el calor del verano que del frío del invierno. Fíjate qué limpiadores son mejores para cada época del año y estarás siempre un paso por delante a la hora de cuidar tu rostro.
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3. No te exfolias / te exfolias en exceso
En ocasiones necesitarás exfoliar el rostro, pero de forma puntual ya que este es un procedimiento capaz de resecar varios tipos de piel, como la seca, la sensible y la mixta. En esta línea, algunos exfoliantes también podrían dañarla porque están elaborados con ingredientes demasiado abrasivos, o con partículas demasiado duras.
La Academia Española de Dermatología y Venereología señala que suele ser suficiente con lavar la cara diario. Pero l o ideal es que la exfoliación se haga una vez por semana o dos veces al mes (en función del tipo de piel y las indicaciones del dermatólogo) y siempre utilizando el producto adecuado.
4. Te secas la cara con demasiada fuerza
¿Eres de las que se pasa la toalla rápido y con fuerza luego de lavarse la cara? ¿Piensas que mientras más seca esté la cara más limpia quedará? Pues estás equivocada. No por secarte con más vigor vas a hacer que tengas menos impurezas o que aparezcan menos en el futuro.
Secándote con cualquier paño (de tela, papel, etc.) con fuerza puedes estar lastimando la piel y haciéndola más propensa a la irritación y otros problemas.
Trata de secarte siempre con toques suaves.
5. No aplicas bien el limpiador
Debes aplicarte de forma correcta el producto limpiador. Los poros son los que lo absorberán para llevarlo a las capas profundas de la piel. Por eso, debes aplicarlo con movimientos circulares, ligeros y suaves, o en su defecto, según las instrucciones del fabricante.
Si lo haces de manera horizontal o vertical puede que te demores un poco más. Asimismo, revisa y sigue las instrucciones del limpiador: verás que, aunque puede ser un proceso lento, trae beneficios.
6. No usas agua a la temperatura adecuada
Existe la creencia de que el agua caliente abre los poros y el agua fría los cierra. Por ello, muchas personas terminan resecando y maltratando su piel.
Si eliges lavarte la cara con agua muy caliente, eliminarás fácilmente los aceites naturales que protegen la piel. Según un artículo publicado por la Revista Internacional de Compuestos Farmacéuticos, esto puede generar sequedad y una producción descontrolada de sebo. Por lo tanto, lo más recomendable es utilizar agua tibia ya que no te provocará ningún daño.
7. En lugar de agua, usas alcohol
Si a diario utilizas alcohol de 70, 90 o más grados para “limpiar” tu rostro, debes saber que así lo único que consigues es resecarlo y exponerlo aún más a todo tipo de cuestiones. Al igual que otros productos, el alcohol barre la capa de aceites naturales de la piel, resecándola e irritándola.
8. No aclaras bien
Es importante que después de aplicarte el producto limpiador lo aclares bien con abundante agua para que no te queden residuos en el rostro que puedan luego secarse y adherirse a la piel junto con la nueva suciedad que acumules a partir de entonces.
Presta especial atención a este gesto cuando llevas prisa por la mañana o estás cansada por la noche. Además , no olvides enjuagarte bien la mandíbula, la línea del cabello y la zona T. Son tres lugares que se suelen ignorar con facilidad y que pueden quedar con restos de jabón.
Véase también: Cómo hacer un jabón natural de avena para exfoliar la piel
Cuidados especiales al lavarte la cara
Quizás has cometido estos errores en más de una ocasión al lavarte la cara y ni lo habías pensado. Asimismo, quizás habías creído que solo necesitabas un poco de jabón y agua fría. No obstante, lo cierto es que tener un cutis saludable empieza con una buena limpieza a diario.
Ahora ya tienes una lista de las acciones que debes evitar para llevar a cabo este gesto correctamente y así, mantener la salud y belleza de tu piel.
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