A veces, para poder seguir adelante, hay que empezar de nuevo
Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña
A lo largo de nuestro ciclo vital hemos tomado innumerables decisiones y algunas de ellas nos han obligado a tener que empezar de nuevo.
Hay círculos que deben cerrarse por necesidad personal, por un claro principio de subsistencia en el cual, solo con valentía y coraje, podemos ser capaces de cortar determinados vínculos que solo nos aportaban sufrimiento.
Comenzar una vez más casi desde cero no es nada fácil. Por ello, hoy en nuestro espacio queremos darte unas estrategias básicas para que puedas afrontar estos instantes personales tan complejos.
Cuando empezar de nuevo supone dejarlo todo
A nadie le gustan los cambios y aún menos si estos son drásticos y suponen dejar a un lado todo lo que hasta el momento nos definía. Ahora bien, en ocasiones, empezar de nuevo lleva implícita otras dimensiones que siempre van relacionadas:
- Emprender nuevos caminos en los que podemos encontrar nuestra felicidad.
- Empezar desde el principio supone tomar el control de nuestra propia vida: cada elección que tomemos nos llevará a un resultado u otro, pero seremos nosotros los artífices de nuestra realidad.
- Un nuevo camino debe vivirse con ilusión sabiendo apreciar el presente, el “aquí y ahora”.
Si hemos vivido alguna vez esta situación conoceremos, sin duda, la complejidad emocional que supone afrontar algo así. Todo cambio, todo reinicio personal supone, a la vez, pasar por estas etapas.
El momento en el que somos conscientes de la necesidad de romper con algo o alguien
Como hemos señalado al inicio, cualquier cambio de etapa supone un acto de valentía y de coraje personal que no todo el mundo se atreve a iniciar. Son muchas las personas que cronifican estos estados de sufrimiento:
- Esperan a que las cosas cambien.
- Temen que empezar de nuevo suponga un fracaso y, ante todo, quedarse solos. No confían en ellos mismos como agentes activos del cambio capaces de afrontar esa nueva etapa.
- Otras personas se ven a sí mismas muy dependientes de lo que les rodea, no conciben dejar esa situación que, a pesar de traerles infelicidad, es lo único que conocen y por ello no se atreven a dar el paso.
Ese instante en el que somos plenamente conscientes de la necesidad de empezar de nuevo es ya un acto de libertad del que sentirnos orgullosos.
Solo quien sabe que merece ser feliz es valiente para buscar su propio camino, dejando a un lado lo que no es sano, lo que nos impide crecer.
Romper con el pasado de forma inteligente
¿Se puede romper con el pasado sin anestesia y sin dolor? La respuesta es “no”. Todo cambio supone cierto sufrimiento, cierta ruptura interior con un pasado en el que, hasta no hace mucho, habíamos focalizado sueños, ilusiones y proyectos.
- Para avanzar en calma y libertad es necesario hacerlo sin rencores ni odios. Somos conscientes de que el perdón no siempre es fácil de otorgar pero, en muchos casos, es necesario para poder liberarnos de todo, sin cargas.
- Si nos limitamos a amargarnos por todo lo vivido, pensando que fuimos ingenuos al confiar en algo o alguien, lo único que haremos será cargar de sufrimiento nuestro presente.
- Hay que iniciar el cambio sin odiar a nadie, y menos a uno mismo. Todo odio, todo rencor nos va a volver prisioneros y es algo que no merece la pena.
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Proyectar nuestro futuro con nuevas ilusiones
Hemos de tenerlo claro, a lo largo de nuestra vida vamos a vivir más de un cambio. Algunos de ellos serán más leves o no requerirán de tanto esfuerzo, como entablar nuevas amistades, buscar otro trabajo o cambiar nuestra dieta.
No obstante, hay momentos en los que necesitaremos de verdad empezar de nuevo. Puede que nuestra relación no haya ido bien o que necesitemos cambiar de ciudad, de residencia y de trabajo.
No seremos las primeras persona que hayan pasado por ello, ni tampoco las últimas.
- Para empezar de nuevo hay que cerrar de forma adecuada el ciclo previo. No se trata de huir, ni de escapar. Es necesario comunicar nuestra decisión y las razones por las que vamos a hacerlo.
- No hay que temer las reacciones de los demás. Si se prefiere, podemos prever lo que nos pueden decir para preparar nuestro discurso y nuestras repuestas. No obstante, mientras estemos seguros de nuestra decisión, no importan las palabras ajenas. Nuestro destino ya está decidido, vamos a empezar de nuevo.
Sé valiente y persigue lo que anhelas al empezar de nuevo
Para concluir, debemos entender que la vida no es una línea recta sin imprevistos. En ocasiones, los cambios son necesarios para poder ser felices, para estar en equilibrio con nosotros mismos
Cada uno es un agente activo en su destino y cada decisión cuenta. Por ello, hay que afrontar las decisiones con amor propio, determinación e ilusiones.
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