¿Cómo afecta el tabaco la salud de los dientes?

El tabaco afecta la salud de los dientes y mucosas bucales. En este artículo te contamos las afecciones orales más frecuentes asociadas al uso del cigarrillo.
¿Cómo afecta el tabaco la salud de los dientes?
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 06 julio, 2023

Fumar tiene efectos negativos sobre todo el organismo, incluida la boca. El tabaco afecta la salud de los dientes y de las mucosas, aumentando el riesgo de varias enfermedades orales.

La exposición de las piezas dentarias al tabaco hace que se vean amarillas o marrones. El mal aliento característico del fumador también es un signo muy común.

Pero además de estas manifestaciones frecuentes, fumar predispone a la aparición de otras patologías más serias. Sigue leyendo y entérate cómo afecta el tabaco la salud de los dientes y de la mucosa oral.

¿De qué manera afecta el tabaco la salud de los dientes?

Ya sea que se consuma tabaco industrial, para mascar o de armar, todas sus formas son perjudiciales para la salud bucal y general. Los efectos de la nicotina, el alquitrán y el calor afectan las estructuras bucales.

El hábito de fumar aumenta las posibilidades de sufrir varios trastornos a nivel bucal. A continuación, mencionamos las alteraciones orales asociadas al consumo de tabaco.

Manchas en los dientes y mucosas

Las piezas dentarias de las personas fumadoras tienen una coloración amarillenta o amarronada característica. Es que el tabaco afecta la salud de los dientes y las mucosas, depositándose sobre ellos.

La nicotina y el alquitrán contenidos en el tabaco son los elementos que se acumulan sobre las superficies dentarias. Esto da origen a las manchas amarillentas que tiñen el esmalte.

Las tinciones por fumar no solo afectan las piezas dentarias, sino también las prótesis y los empastes. Además, los depósitos de tabaco son capaces de alterar el aspecto de las mucosas.

Es común que los pacientes fumadores presenten la denominada melanosis gingival. Este trastorno altera el aspecto rosado normal de las encías, dándoles una apariencia de color marrón. Se trata de un cambio indoloro y benigno, y suele desaparecer cuando el paciente deja de fumar.

Estas manchas oscuras en la boca pueden repercutir de manera negativa en la confianza y autoestima de las personas. Son muchos los pacientes fumadores que buscan tratamientos odontológicos que mejoren el aspecto de su sonrisa.

Hoy en día existen varias terapéuticas odontológicas capaces de limpiar los dientes manchados y lograr una apariencia bonita. Las limpiezas y profilaxis profesionales, y en algunos casos los blanqueamientos dentales, son métodos que ayudan a mejorar el aspecto de la dentadura.

De todos modos, si el paciente sigue fumando, las machas volverán a aparecer. Así que el mejor tratamiento para evitar estos inconvenientes estéticos es dejar de fumar.

Manchas en los dientes de un fumador.
Los dientes manchados son habituales en las personas fumadoras, con un tono característico.

Enfermedad periodontal

La predisposición a sufrir periodontitis aumenta en los pacientes fumadores. Esta es otra de las maneras en las que el tabaco afecta la salud de los dientes.

La enfermedad periodontal es la inflamación e infección de los tejidos que dan sostén a las piezas dentarias. Este trastorno comienza con la inflamación de las encías como consecuencia del acúmulo de placa bacteriana y sarro sobre y debajo de las mismas.

La nicotina del cigarrillo reduce la producción salival, siendo común que los pacientes fumadores tengan la boca seca. Esta falta de humedad favorece la proliferación bacteriana y la formación del cálculo dental.

Además, el tabaco, el calor y el humo del cigarrillo dañan el tejido gingival, tornándolo débil y frágil. Las encías responden a la presencia del sarro y a la placa bacteriana inflamándose.

Cuando el tejido gingival reacciona se vuelve rojo, se hincha, duele y sangra con facilidad. Pero en estos pacientes, también está afectada la circulación de la mucosa, dándole un color pálido similar al normal, lo que camufla el problema presente.

A medida que la afección avanza, los microorganismos llegan a los tejidos más profundos. La infección involucra las estructuras que dan soporte a las piezas dentarias, como el ligamento periodontal, el cemento radicular y el hueso alveolar.

La destrucción de estos tejidos de sostén hace que las piezas dentarias tengan movilidad y, en los casos más graves, hasta se caigan. Los pacientes fumadores con enfermedad periodontal tienen una menor respuesta inmune frente a este tipo de infecciones.

Cuando se realizan tratamientos periodontales en personas que continúan fumando, la tasa de éxito de la terapéutica es muy baja. Pues si el hábito continúa, es muy probable que las lesiones vuelvan a aparecer.

Alteración del gusto y el olfato

Como ya mencionamos, el tabaco reduce el flujo sanguíneo de las mucosas. Esta disminución en la circulación repercute en el correcto funcionamiento de las papilas gustativas que se encuentran en la lengua.

Al estar afectados los órganos responsables de percibir los sabores, estos pacientes tienen el sentido del gusto alterado. Es común que al comer ciertos alimentos, los fumadores no sientan a qué saben.

Esto sucede sobre todo con las comidas saladas, lo que lleva a la ingesta excesiva de sal para percibir su sabor. Esta práctica aumenta las posibilidades de sufrir hipertensión arterial, sumando un riesgo más a la salud.

La disminución de la circulación en los tejidos responsables de la percepción de los olores también condiciona el sentido del olfato. Los fumadores son incapaces de sentir muchos olores y aromas.

Halitosis

Como ya mencionamos, los componentes del tabaco como el alquitrán y la nicotina se van depositando en la cavidad bucal al fumar. Estos acúmulos de residuos presentes en las piezas dentarias, lengua y mucosa ocasionan un olor desagradable en la boca.

Es así que el mal aliento o halitosis es un problema muy común en el paciente fumador. De todos modos, muchas personas son incapaces de percibir su propio mal olor y son las personas  de su alrededor las que lo notan.

Por otro lado, fumar ocasiona la disminución en la producción de saliva y la consecuente sequedad bucal. El fluido bucal es el responsable de mantener la boca hidratada, limpia y de regular el pH.

La falta de humedad en la boca favorece el desarrollo y acúmulo de gérmenes, predispone a la aparición de caries y de otras enfermedades que también contribuyen al feo olor en la boca.

Cáncer oral

La predisposición a sufrir cáncer oral aumenta en los pacientes fumadores. Esta es una de las consecuencias más graves que puede tener el tabaco en la salud bucodental.

La nicotina, el alquitrán y los gases de monóxido de carbono que se generan al fumar se consideran cancerígenos. La presencia habitual de este tipo de sustancias tóxicas en el medio bucal aumenta el potencial carcinógeno de las células.

Los pacientes que fuman tienen más posibilidades de padecer lesiones malignas en la boca en comparación con las personas que no tienen este hábito. Según una revisión bibliográfica publicada en la Revista Avances en Odontoestomatología, 8 de cada 10 pacientes con cáncer oral son fumadores de tabaco. Si a esta costumbre se agrega también el hábito de consumir alcohol, el riesgo de cáncer se eleva aún más.

La leucoplasia es una lesión precancerosa muy habitual en los pacientes fumadores. Se trata de la queratinización de la mucosa oral que se observa de color blanco seco y suele preceder al cáncer.

La localización del cáncer bucal es variable, pudiendo afectar la lengua, el piso de la boca, el paladar, los labios y las mejillas. Es importante autoexaminarse con frecuencia y estar atento al aspecto de todas las mucosas de la boca. Consultar de inmediato al notar cualquier anormalidad es de suma importancia.

Dificultad para cicatrizar las heridas

Las sustancias tóxicas que posee el tabaco disminuyen la producción salival y favorecen la proliferación de bacterias en la boca. Este aumento de microorganismos dificulta la curación de cualquier herida de la boca e incluso puede empeorar la situación.

La fragilidad de las mucosas por la falta de humedad hace que sean comunes las lesiones y las heridas en la boca. Es habitual que los pacientes fumadores presenten aftas y sensibilidad.

La menor circulación en los tejidos reduce la capacidad de reparación y cicatrización de los mismos. Las infecciones y las complicaciones para curar las heridas traumáticas o quirúrgicas también son comunes.

Es por esto que muchos tratamientos odontológicos tienen una escasa tasa de éxito en las personas que fuman. Los implantes dentales, por ejemplo, suelen presentar dificultades para unirse al hueso y sufrir complicaciones, como la periimplantitis.

Aumento del riesgo de caries

La sequedad bucal y la proliferación bacteriana favorecen la aparición de esta patología. La exposición de las raíces por la enfermedad de las encías hace que sean más frecuentes las caries en el cuello de los dientes.

Caries en paciente fumador.
El tabaco aumenta el riesgo de caries, por lo que resulta una patología más común entre los fumadores.

Consejos para prevenir problemas de salud dental

Ya has visto cómo afecta el tabaco la salud de los dientes y mucosas de la boca. Y como se ha mencionado, la mejor solución para todas estas dolencias es dejar de fumar.

Si bien muchos efectos del cigarrillo son acumulativos, abandonar el hábito mejora el pronóstico de varias dolencias. Además, traerá beneficios inmediatos y a largo plazo, tanto para la salud bucal como general.

Dejar de fumar no es sencillo y requiere convicción y disciplina. Existen numerosos métodos para prescindir de este hábito nocivo. La información de este artículo puede ser de ayuda si estás planeando abandonar esta mala costumbre.

De todos modos, si fumas o lo has hecho, extremar algunas medidas preventivas para cuidar la salud bucodental son necesarias. A continuación mencionamos aspectos a tener en cuenta para atender la boca de un fumador:

  • Visitar con mayor frecuencia al dentista: las visitas frecuentes al odontólogo permiten detectar cualquier problema que aparezca a tiempo. Además, el profesional contribuirá a mantener las encías y dientes sanos, evitando el avance de las enfermedades más frecuentes.
  • Realizar una exhaustiva higiene dental: es necesario realizar un cepillado dental después de cada comida y de fumar, durante por lo menos 2 minutos. Se debe cuidar de llegar a todas las superficies dentarias de todos los dientes, así como a las encías y a la lengua. Además, es fundamental complementar con pastas dentales con flúor, colutorios y usar el hilo dental una vez al día.
  • Autoexaminarse la boca: observarse y tocarse la boca con detenimiento de manera frecuente permite detectar cualquier alteración de manera temprana y consultar de inmediato. Incorporar el autoexamen bucal a las rutinas de cuidado corporal es de suma importancia.
  • Mejorar las defensas: ocuparse del cuidado del cuerpo ayuda a responder mejor frente a los problemas de salud.

Lo mejor es no fumar

El tabaco no solo afecta la salud de los dientes y mucosas de la boca, sino que también ocasiona daños en todo el cuerpo del paciente y en las personas que lo rodean. Por este motivo, abandonar esta costumbre nociva trae consecuencias positivas y bienestar a todo el organismo.

Dejar de fumar puede no resultar tan sencillo. Las sustancias adictivas de las que están compuestos los cigarrillos pueden hacer que renunciar a este hábito cueste bastante o haya recaídas.

Lo importante es no desanimarse y buscar todo el apoyo necesario para poder lograrlo. Y mientras tanto, es fundamental ocuparse del cuidado de la boca.

Una higiene dental adecuada y las visitas periódicas al dentista ayudan a controlar los problemas orales. Prestar atención al cuidado de la cavidad bucal puede contrarrestar muchos de los efectos del tabaco en la boca.


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