¿Cómo ayudar a tu pareja si sufre de ansiedad?

Si tu pareja sufre de ansiedad, es importante aprender algunas estrategias para ser su apoyo en los momentos de crisis. Descubre algunos consejos.

Revisado y aprobado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Escrito por Maria Fatima Seppi Vinuales

Última actualización: 09 julio, 2023

Si tu pareja sufre de ansiedad, es probable que estés buscando herramientas para ayudarla. Por desgracia, esta condición puede ser el punto de partida de momentos incómodos para la relación. Y es que, cuando se sostiene en el tiempo, este trastorno provoca un efecto «dominó» que se expande hacia el resto del entorno.

¿Qué puedes hacer? Para empezar, es conveniente determinar el nivel de ansiedad y qué consecuencias está causando en la pareja. Esto con el fin de precisar si se requiere ayuda profesional. Asimismo, hay unas acciones simples, pero importantes, que pueden marcar la diferencia. ¡Descúbrelas!

¿Qué es la ansiedad y cómo se expresa?

Es importante comprender la complejidad, pero también la cotidianidad de la ansiedad. Esta condición implica una respuesta intrincada en múltiples niveles de activación (conductual, fisiológico, cognitivo y afectivo).

Sin embargo, esto no se reserva a situaciones inusuales, sino que es una «moneda corriente» que puede presentarse en el día a día. En particular, es un estado mental que se dispara debido a una emoción que se orienta hacia el futuro, enfocándose en lo incontrolable e imprevisible del mismo.

Síntomas fisiológicos

• Aumento del ritmo cardíaco.
• Dificultades respiratorias o dolor en el pecho.
• Sudoración.
• Dolor de estómago, entre otros.

Síntomas cognitivos

• Temor a enloquecer.
• Hipervigilancia.
• Dificultades para concentrarse.
• Distracción.
• Confusión.

Síntomas afectivos

• Nerviosismo.
• Miedo e inquietud.
• Impaciencia.

Síntomas conductuales

• Evitación de la situación de amenaza.
• Huida.

Causas de la ansiedad

Al hablar de la ansiedad como algo complejo y multifacético, no podemos obviar que también sus causas son diversas. En este sentido, al iniciar su abordaje profesional, vale la pena identificar cuáles son los antecedentes o las condiciones que pueden haber derivado en ansiedad o en trastornos asociados.  Algunas de las causas más frecuentes de ansiedad son la siguientes:

• Situaciones de estrés. Llevar un estilo de vida de prisa, poco descanso y poco saludable.
• Situaciones traumáticas.
• Vulnerabilidad psicológica, que implica no solo la percepción de la amenaza, sino también que la persona no se siente capaz de hacerle frente.

¿La ansiedad puede afectar la relación de pareja?

Cuando la pareja sufre ansiedad, es normal temer por la estabilidad de la relación. De cierto modo, es una condición que cambia el estado de ánimo y que puede incidir en los problemas. No obstante, todo depende del nivel con que se presente.

Así las cosas, hay una forma de ansiedad que se cataloga como «saludable y funcional», dado que sirve para activar y motorizar los proyectos. Entre tanto, si es exagerada, mantiene la mente en alerta constante y la paraliza debido a la angustia que le provoca. 

De hecho, quienes padecen este problema suelen presentar características de personalidad como perfeccionismo, exigencia, rigidez, nerviosismo, entre otros. En consecuencia, no solo se perjudica su relación sentimental, sino los vínculos con los demás (estudio, trabajo, amistades, etcétera).

Consejos útiles para apoyar a una pareja con ansiedad

Saber reaccionar ante las crisis de ansiedad de uno de los miembros de la pareja es determinante para evitar problemas o situaciones que afecten el vínculo. En el siguiente espacio detallamos algunas recomendaciones.

Escucha

Escucha y muestra empatía. Intenta acompañar preguntando cómo se siente, qué puedes hacer para ofrecer ayuda. Lo fundamental es que pueda comunicarse o mantener el diálogo.

No minimices sus preocupaciones

Es decir, es conveniente evitar comentarios del tipo «hay cosas peores», «no deberías preocuparte por eso». Estas expresiones trivializan su malestar, en lugar de darle el espacio que necesita para poder expresarse y pedir ayuda.

Ten paciencia

Esto puede ser difícil, sobre todo cuando la ansiedad empieza a afectar en el día a día. Pese a esto, hay que ser conscientes de que los cambios llevan su tiempo. Por eso mismo, hay que respetar los tiempos y evitar presionar.

Evita los comentarios disparadores

Algunas expresiones, en apariencia inofensiva, pueden resultar verdaderos detonantes de ansiedad. Por ejemplo, un simple comentario referido a la puntualidad: «si no sales ahora, vas a llegar muy tarde a ese compromiso».

Participa en el tratamiento

Intenta implicarte de alguna manera en el tratamiento de tu pareja si sufre ansiedad. Existen medidas muy sencillas, pero que pueden traer mucho alivio. Por ejemplo, ayudando con ejercicios o momentos de relajación durante el día.

Otra forma de colaborar es tratar de reducir en tareas más pequeñas aquellos proyectos o actividades que tienen juntos. Así, se vuelven más manejables y se pueden «tachar» de la lista, de modo que hay satisfacción por el logro cumplido. En otras palabras, vuelve menos incierto el futuro y más organizado el presente.

Evita sobreproteger

Por último, pero no menos importante, ten en cuenta que ser un sostén para la pareja que sufre ansiedad no quiere decir que debas tratarlo como «de cristal». Hay decisiones que puedes tomar sin que sea necesario consultar y, de este modo, puedes contribuir a la calma.

No obstante, hay otros asuntos que requieren de una decisión en pareja, y evitarlos para no generar angustia deriva en una «sobreprotección» que invalida y atenta contra la autoestima. Hay que saber escoger los momentos para hablar ciertos temas, pero hablar al fin y al cabo.

La ayuda también se comparte

Si bien es cierto que hay determinadas medidas que puedes llevar a cabo para ayudar a tu pareja con ansiedad, también es importante que reconozcas tu límite. Hay determinados malestares que no pueden resolverse «puertas adentro» y que requieren del acompañamiento de un profesional.

De lo contrario, se corre el riesgo de que la persona que cuida se enferme o desarrolle un cuadro propio de ansiedad. Por esta misma razón, hay que buscar espacios propios para el autocuidado.