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¿En qué consisten los bloqueos cardíacos?
Los bloqueos cardíacos pueden llevarnos a sufrir desmayos o a perder la conciencia. Atender a estos y otros síntomas nos ayudará a ponerles remedio y evitar que se agraven.

Los bloqueos cardíacos indican que hay un problema en la transmisión de impulsos eléctricos que hacen que el corazón se contraiga y lata más deprisa o más despacio. Cuando esto falla, es muy probable que suframos desmayos o que perdamos la conciencia.
Imaginemos que estamos haciendo ejercicio, por ejemplo estamos corriendo. Si sufrimos uno de estos bloqueos cardíacos, nuestro corazón en vez de bombear más rápido como sería lo natural, puede que haga todo lo contrario.
Cuando hacemos ejercicio necesitamos que el corazón bombee más sangre y mucho más rápido. Si el ritmo cardíaco disminuye, lo más probable es que no llegue la sangre necesaria a nuestro cuerpo y nos desmayemos.
Los diferentes grados de los bloqueos cardíacos
A veces sufrimos bloqueos cardíacos, pero apenas nos damos cuenta de ello o pasan inadvertidos. Esto sucede porque, quizás, nos encontremos en el primer grado de este tipo de bloqueos.
Vamos a ver que existen tres grados diferentes de bloqueos cardíacos. Descubriremos qué características tienen cada uno de ellos y de qué manera nos afecta encontrarnos en uno u otro grado al corazón.
Primer grado
El primer grado de los bloqueos cardíacos se caracteriza por apenas presentar síntomas. No se producen desmayos ni tampoco se pierde la conciencia. Pero, tal vez sí exista alguna sensación de que nos está bajando la tensión. Quizás nos ponemos muy blancos o nos mareamos ligeramente.
La velocidad de la transmisión de los impulsos eléctricos que hacen que el corazón se contraiga y bombee se reducen ligeramente. Esto puede ser una señal de alarma a la que deberíamos prestarle atención por si el problema se agrava. No obstante, la mayoría de las veces puede pasar desapercibida.
Segundo grado
En el segundo grado de los bloqueos cardíacos la situación se agrava un poco más. El corazón puede saltarse algún latido, incluso podemos percibir que late de manera irregular o más lento de lo que tendría que latir.
Esto es debido a que algunos de los impulsos eléctricos están fallando.
Cuando algunos impulsos eléctricos fallan, en ocasiones no llegan al corazón. Si esto sucede, es normal que haya un latido que el corazón se salte o que, de repente, su ritmo sea irregular.
En algunos casos, los síntomas que podemos percibir son ligeros. Por ejemplo, nos mareamos, quizás un poco más que si estuviésemos en un primer grado de los bloqueos cardíacos. Sin embargo, muchas veces, ya se empiezan a producir desmayos.
Tercer grado
El tercer grado de los bloqueos cardíacos es el más grave y requiere de atención médica inmediata, ya que la vida de la persona podría estar en serio peligro.
En este grado, la mayoría de los impulsos fallan y el corazón late a un ritmo muy lento, tanto que parece que va a detenerse.
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Debes prestar atención a posibles desmayos que pueda sufrir, mareos muy intensos y pérdida de conciencia.
No obstante, también debe atender a esa posible falta de aire que puede asociar con una falta de resistencia cuando, en realidad, es un bloqueo cardíaco lo que está sufriendo.
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Complicaciones de los bloqueos cardíacos
Si un bloqueo cardíaco se complica en exceso, una persona puede requerir de una cirugía que le implante un marcapasos para monitorizar los latidos del corazón. No obstante, muchas veces esto no es necesario y tan solo se requieren de unos exámenes y un control médico.
La mayoría de los bloqueos cardíacos son fruto de:
- Sufrir cardiopatías.
- Haber experimentado un ataque al corazón que ha dañado la transmisión de los impulsos eléctricos.
- Padecer una enfermedad autoinmune.
En ocasiones, se nace con una predisposición a sufrir bloqueos cardíacos. En otras, son otro tipo de causas las que las desencadenan.
Considerar la falta de aire que sufrimos como falta de resistencia o normalizar esas bajadas de tensión que sufrimos puede llevarnos a obviar un problema de este tipo.
Graduada en Estudios de Gallego y Español por la Universidad de Vigo (2013). Máster en Lingüística Aplicada, Lenguas y Tecnologías (Universidad de Vigo, 2015). Título de Experto en Herramientas de Marketing de Google y Social Media Marketing (Universidad Rey Juan Carlos, 2017). Raquel Lemos Rodríguez es redactora, correctora y ha sido editora responsable del equipo de traducción de la Editorial Voz y Alma. En la actualidad, colabora con diferentes empresas como redactora y con algunas editoriales como correctora. Además, realiza trabajos esporádicos relacionados con la gestión de redes sociales. Es profesora de letras en Avanza Formación. Está estudiando el Grado en Psicología en la UNED.