Cacosmia: ¿en qué consiste y cómo afecta a la percepción de los olores?
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
Situar la nariz en una manzana y no captar su apetecible olor. Acercarnos a una flor y no percibir ningún matiz agradable de su fragancia. Sentarnos a comer y no olfatear ningún tipo de comida. Más aún, en muchos casos lo que sucede es que lo que sentimos es una extraña pestilencia. Este tipo de trastorno recibe un nombre muy concreto: cacosmia.
La cacosmia es un fenómeno común que conviene diferenciar de la fantosmia. En este último caso la persona también puede experimentar una sensación olfatoria desagradable, pero con la única particularidad de que no hay ningún estímulo.
Así, en lo que respecta a los trastornos del olfato, cabe señalar que estos son frecuentes en los adultos de edad avanzada. A medida que nos hacemos mayores, cosas que antes nos abrían el apetito o nos generaban bienestar, ahora nos turban.
¿Qué es la cacosmia?
Imaginemos lo que puede ser vivir con la constante sensación perceptiva de que todo nos huele mal. De pronto, el mundo se altera, dejamos de experimentar placer al ducharnos con el jabón favorito o al usar nuestro perfume de siempre. Asimismo, tampoco podemos obviar el hecho de lo que esta alteración del olfato le hace a la alimentación.
La cacosmia es un trastorno del olfato y un tipo de parosmia, es decir, un cambio en la percepción normal de los olores. Por lo general, este hecho no viene solo, ya que dicha alteración suele ser consecuencia de algún problema subyacente. Como bien hemos señalado, puede ser por envejecimiento, pero en otros casos también proviene de alguna condición clínica.
La cacosmia en personas jóvenes puede deberse a patologías subyacentes, a diferencia de los mayores que la padecen por envejecimiento.
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¿Qué síntomas tiene la cacosmia?
La cacosmia se manifiesta de dos maneras: con presencia de un olor desagradable o con la ausencia de cualquier tipo de sensación olfatoria. Ambas realidades pueden ser igual de problemáticas. Todo estímulo, objeto y escenario pierde su olor original para la persona.
Se deja de identificar a los alimentos por su olor y buena parte de los estímulos que rodean al paciente adquieren una incómoda pestilencia. El olor a quemado o podrido son los más comunes.
Por otro lado, puede darse un hecho inusual. Una parte de los pacientes que evidencian esta alteración perceptiva sienten, de pronto, predilección por ese tipo de olor pestilente. Esto es síntoma de una alteración psiquiátrica.
¿Cómo afecta a la persona?
Tal y como hemos señalado, la cacosmia es un trastorno del olfato común en la población más anciana y en los pacientes que sufren párkinson. La pérdida o alteración del olor impacta de manera evidente en su calidad de vida:
- Buena parte de quienes padecen cacosmia pierden el apetito. Es más, en muchos casos experimentan náuseas.
- La falta de una alimentación correcta y adecuada deriva en estados de debilidad y malnutrición. Algo grave en la población de edad avanzada.
- La presencia de una sensación olfatoria desagradable afecta al trato social. De pronto, el mundo adquiere una pestilencia incómoda que limita el poder disfrutar de las comidas y de la cercanía de otras personas.
En ciertos casos, la cacosmia es el síntoma de alguna enfermedad subyacente, como el propio párkinson o determinadas patologías infecciosas.
¿Cuál es la causa de la cacosmia?
La cacosmia tiene, en realidad, múltiples desencadenantes. Todos impactan de forma severa en el paciente. Analicemos los más comunes:
- Exposición a entornos contaminantes: la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh realizó un estudio en el que se demostró que aquellos trabajadores expuestos a contextos químicos, con contaminantes como disolventes o pinturas, sufren cacosmia.
- Párkinson: la pérdida del sentido del olfato suele ser una señal temprana de la enfermedad.
- Patologías infecciosas: algunos virus suelen cursar con alteraciones del gusto y del olfato temporales.
- Tabaco: un efecto que sufren buena parte de los fumadores es el cambio en el olfato y el gusto, en especial en las comidas.
- Sinusitis y rinitis: tanto las sinusitis crónicas como las rinitis alteran la mucosa nasal y los senos paranasales.
- Hipotiroidismo.
- Epilepsia: la cacosmia es temporal y surge como un síntoma antes de una crisis epiléptica (aura).
- Esquizofrenia.
¿Cómo se tratan los trastornos olfativos?
Los trastornos olfativos tienen un abordaje terapéutico complejo. En determinados casos, como las infecciones, la pérdida del olfato es temporal. Ahora bien, en otras situaciones no hay más opción que recurrir a la cirugía o al tratamiento con antibióticos para reducir su efecto.
Asimismo, cuando el paciente vive mermado por sentir olores nauseabundos de manera constante se opta por extirpar los bulbos olfatorios. Con ello se gana en calidad de vida. Cabe señalar que la ciencia intenta descubrir nuevos métodos y técnicas para dar solución a este tipo de trastornos. Por ejemplo, la terapia génica y con células madre están dando buenos resultados.
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