La cadena de supervivencia

La cadena de supervivencia comprende una serie de acciones que deben llevarse a cabo en orden y que permiten prestarle un socorro adecuado a quien ha sido víctima de un ataque cardíaco o de un paro cardiorrespiratorio. Todos deberíamos conocerla.
La cadena de supervivencia
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 06 julio, 2023

La cadena de supervivencia es una serie de pasos que se deben llevar a cabo cuando una persona sufre un ataque al corazón o una parada respiratoria. El objetivo es incrementar las posibilidades de que no pierda la vida y disminuir los daños o secuelas que puedan sobrevenir.

El paro cardiorrespiratorio fuera del hospital es una de las principales causas de muerte en Europa y en todo el mundo. Para enfrentar esa situación, la American Heart Association (AHA) propuso la cadena de supervivencia, en 1991. Se busca que todas las personas la conozcan y puedan aplicarla en caso de ser necesario.

Cuando se presenta un ataque cardíaco o un paro cardiorrespiratorio, el tiempo es crucial. Entre más rápido se actúe, mayores son las posibilidades que tiene la víctima de sobrevivir. La cadena de supervivencia nos indica cuáles son los pasos básicos a seguir para auxiliar a una persona en esos casos.

Pasos de la cadena de supervivencia

El propósito central al aplicar la cadena de supervivencia es que una persona vuelva a respirar o que su corazón vuelva a latir. Los pasos a seguir varían un poco, dependiendo de si es un adulto o un niño quien ha sufrido el paro cardíaco.

La cadena de supervivencia en adultos incluye los siguientes eslabones:

  1. Identificación y alerta: implica reconocer que una persona presenta un paro cardíaco. Lo primero que se debe hacer es solicitar a alguien que llame a una ambulancia, mientras se inician las maniobras de reanimación.
  2. Resucitación cardiopulmonar manual (RCP): se realiza manualmente y comprende compresión del tórax y respiración boca a boca. Es una acción vital para preservar la vida de la persona afectada.
  3. Desfibrilación eléctrica: significa utilizar un desfibrilador eléctrico para disminuir la arritmia. Tanto este paso como el anterior buscan restaurar el ritmo normal del latido cardíaco.
  4. RCP avanzada o soporte vital: corresponde a la atención profesional que recibe el paciente, una vez que llega la ambulancia.
infarto agudo de miocardio
Los infartos de miocardio suceden repentinamente y pueden darse en la vía pública, de allí la importancia de conocer la cadena de supervivencia

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Cadena de supervivencia en niños

En el caso de los niños, la cadena de supervivencia presenta algunas variaciones. En estas situaciones es muy importante realizar las maniobras de RCP manuales cuanto antes, incluso como paso previo a pedir ayuda. El tiempo es un factor más crítico cuando hay niños involucrados.

En este caso, los eslabones son los siguientes:

  1. Prevención: estar atentos al estado de los niños mientras duermen o comen es fundamental. En general, los paros cardíacos en los menores de 8 años son fruto de un shock o de una insuficiencia respiratoria.
  2. Reanimación: las maniobras de reanimación se deben llevar a cabo de forma muy precoz. Son fundamentales, especialmente durante los dos primeros minutos.
  3. Llamar a emergencias: tras dos minutos de reanimación, se solicita la ayuda.
  4. Tratamiento: corresponde al apoyo vital avanzado efectivo o ayuda profesional.
  5. Monitorear: comprende los cuidados posteriores a la recuperación del paro cardíaco.

Reconocimiento y RCP precoz

El reconocimiento es fundamental y constituye el primer eslabón en la cadena de supervivencia. Los síntomas de un paro cardíaco son:

  • Dolor intenso en el pecho: generalmente al lado izquierdo
  • Sudoración excesiva y fría
  • Vértigo o vahído
  • Pérdida de conciencia o desmayo

Es importante asegurar la zona, es decir, llevar a la persona a un sitio que no implique ningún riesgo. Mientras tanto, hay que hablarle fuerte y tratar de que conteste, o balbucee, para comprobar si aún tiene conciencia. Si quien auxilia está solo, debe gritar pidiendo ayuda a otros para que llamen a emergencias.

Lo que sigue es realizar las maniobras de resucitación, que básicamente consisten en poner a la persona sobre una superficie dura e hiperextender su cuello. Luego, comprobar si respira y, si es así, acostarlo de lado. Si no respira, se debe aplicar un masaje cardíaco y ventilaciones mediante respiración boca a boca.

reanimación cardiopulmonar
La cadena de supervivencia es un factor clave para salvar vidas

Desfibrilación precoz y cuidados posteriores

Mientras se realizan esas acciones, se le debe pedir a los presentes que localicen un desfibrilador. Muchos sitios públicos cuentan con ellos, y también es habitual que la policía o los bomberos los porten. La desfibrilación es la medida más eficaz para lograr que el corazón funcione.
Se trata simplemente de una descarga eléctrica para ayudar al corazón a que funcione nuevamente. Si la desfibrilación se lleva a cabo en los tres a cinco minutos después del paro, las posibilidades de supervivencia se incrementan entre un 50 y un 70%.

Lo que sigue es aguardar hasta que el personal médico se haga presente y estar atento a responder a sus preguntas. En el caso de los niños es necesario asegurarse de que quedan en manos de un familiar adulto responsable, o de una institución que garantice su cuidado.


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  • Fernández, J. Á., Soto, M. Á. M., & Zapata, M. R. (2001). Supervivencia en España de las paradas cardíacas extrahospitalarias. Medicina intensiva, 25(6), 236-243.

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