Cómo convivir con la alergia al polvo
En realidad, cuando hablamos de alergia al polvo, nos referimos a la alergia a los ácaros que conviven en este ambiente, específicamente. No se es alérgico al polvillo en sí, sino a esos diminutos insectos que viven entre sus partículas.
Para quien lo padece, es dificultoso el hecho de convivir con esta afección a diario. Para sobrellevarla, se deben implementar ciertos cambios en lo que parece lógico y habitual. Si quieres tener una mejor calidad de vida, en este artículo detallamos algunas medidas para superar esta condición. ¡Toma nota!
¿Qué son los ácaros?
El ácaro del polvo es un organismo pequeño que solo puede ser visto a través de un microscopio. Tiene gran capacidad para desarrollarse en diferentes ámbitos, aunque hay condiciones que le son muy favorables.
Se sabe que estos seres requieren una humedad relativamente alta para sobrevivir y una temperatura templada. Por ello, son más frecuentes en las zonas tropicales con costa y están menos presentes en ambientes de montaña.
Las mejores estaciones para ellos son las transicionales, como el otoño y la primavera. Es por esta razón que los alérgicos al polvo pueden ver exacerbada su condición en ambas épocas del año. Se suele atribuir falsamente la agudización a un supuesto incremento del polvo en el ambiente.
Formas de presentación de la alergia al polvo
Los que padecen esta patología, además de aprender a convivir con la alergia al polvo, deben aprender a identificar y tratar los síntomas que se desprenden de allí. Esta alergia puede adquirir tres formas clínicas:
- Conjuntivitis. Es la inflamación de la conjuntiva ocular. Los síntomas son lagrimeo, picor ocular e hinchazón de los párpados. La visión se altera a causa de la inflamación y el ojo toma coloración roja.
- Rinitis. Es la inflamación de la mucosa de la nariz. Cuando hay rinitis, aparece el goteo nasal anterior denominado rinorrea, el picor nasal y los estornudos. De acuerdo con un artículo de la Revista de la Sociedad Boliviana de Pediatría, suele haber una secreción clara y transparente a través de las fosas nasales. Esta condición también puede obstruir la vía respiratoria alta dificultando la respiración momentáneamente.
- Asma. La forma más grave de la alergia al polvo es el desarrollo del asma alérgico. Los bronquios se cierran como reacción al agente externo y el paciente padece disnea, es decir, falta de aire. Unos silbidos bronquiales acompañan al asma como sonido característico de la respiración.
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Medidas a tomar para convivir con la alergia al polvo
Convivir con la alergia al polvo implica producir cambios en el entorno. Cuando el afectado es un niño, serán los padres los encargados de hacer los ajustes necesarios en el entorno para hacerlo menos alérgico. Las medidas generales a aplicar para convivir con esta afección son:
- No esparcir polvo al limpiar. Para esto, lo mejor es realizar la higiene de muebles con trapos húmedos.
- Ropa de cama anti-polvo. Existen fundas de almohadas y cubre colchones con materiales especiales que repelen el polvo y evitan que este se adhiera.
- Lavar la ropa de cama una vez por semana. El lavado debe ser con agua caliente. De esta manera es más fácil eliminar el ácaro.
- Bajar la humedad. Un deshumidificador es una buen opción para las personas con alergia al polvo. El objetivo es disminuir la humedad del ambiente a menos de la mitad.
- Aspirar. Parte de la rutina de limpieza debe incluir sí o sí una aspiradora. Si el aparato posee microfiltro o filtro HEPA (de alta eficiencia), mejor aún.
- Prohibidas las alfombras. Si la casa donde vive el alérgico tiene alfombras, lo más recomendable es quitarlas. Las alfombras, debido a su humedad y temperatura son el lugar ideal para la proliferación de los ácaros.
- Peluches lavables para los niños. En el alérgico de edad pediátrica, los juguetes pueden portar ácaros. El objeto más propenso a la proliferación de los mismos es el peluche. Por ello, se deben evitar los peluches que no se puedan lavar con agua caliente.
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Tratamientos médicos
Además de las medidas a implementar en el ambiente para convivir con la alergia al polvo, si padeces la enfermedad, lo más probable es que el especialista recete algunos medicamentos. No son fármacos de uso continuo, pero sí pueden ser de uso prolongado.
Según una publicación de la Clínica Mayo, entre los tratamientos médicos para mejorar los síntomas de la alergia al polvo se encuentran los siguientes:
- Antihistamínicos. Medicamentos como la loratadina o la difenhidramina disminuyen la producción de las sustancias que despiertan la reacción alérgica en el cuerpo humano.
- Corticoides. Tanto por vía oral, como en forma de spray nasal o en inhaladores para el asma, son una opción terapéutica. Entre ellos están la betametasona, la dexametasona, la prednisona y la fluticasona.
- Descongestivos. Para manejar los síntomas de la rinitis, el médico puede prescribir descongestivos en combinación con un antihistamínico. No se pueden usar por tiempo continuado; sin embargo, ayudan a salir de los síntomas con mayor celeridad.
- Inmunoterapia. Los médicos alergólogos, ante el diagnóstico de alergia al polvo, pueden sugerir la realización de una terapia de inmunización. Esta consiste en la aplicación sistemática de vacunas con dosis bajas de sustancias de los ácaros. Las vacunas se aplican por algunos años hasta lograr la desensibilización del cuerpo a lo que causa la alergia.
Como ves, existen varias alternativas para mitigar y prevenir los síntomas de la alergia al polvo. Sabemos que es muy difícil tener una casa completamente limpia, pero si sigues estas recomendaciones y haces unos ajustes a tus hábitos lograrás tener una mejor calidad de vida. ¡Anímate a intentarlo!
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