¿Cómo está relacionada la rinitis y el asma?
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La relación que existe entre la rinitis y el asma es conocida de manera empírica por la ciencia médica desde hace tiempo. No es infrecuente que un paciente asmático concurra en primavera con signos alérgicos en sus vías respiratorias altas. Lo mismo sucede a la inversa.
Ahora bien, ¿dónde reside ese vínculo intrínseco? Para algunos investigadores se trata de un origen común que está en el sistema inmune; para otros, es la forma similar de la mucosa respiratoria que se comparte entre los bronquios y la nariz. Veamos más al respecto.
¿Qué es la rinitis?
Una rinitis es una inflamación de la mucosa de la nariz. Puede responder a diversos agentes etiológicos, pero siempre el resultado final es el aumento de tamaño de la misma por la acumulación de líquidos y de células inflamatorias en base a un agente externo o a un estímulo interno.
Hay rinitis infecciosas y no infecciosas. En el primer caso, un microorganismo invade la nariz y la infecta, ya sea un virus o una bacteria. El cuerpo reacciona a la colonización y pone en marcha mecanismos para la expulsión del agente intruso. Eso determina la inflamación.
En el caso de las rinitis no infecciosas, la más común es la forma alérgica, que es la que en mayor medida aparece en los pacientes asmáticos. Sin ser un virus ni una bacteria, el agente externo es una partícula que se reconoce como ajena y es atacada. En épocas de brotes de plantas, el polen suele ser uno de los causantes.
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¿Qué es el asma?
El asma bronquial es una inflamación de la mucosa de los bronquios con hiperreactividad de los mismos. Es decir que, más allá del proceso inflamatorio, las vías respiratorias se cierran de manera brusca e impiden el flujo normal de aire.
Se cataloga dentro de las enfermedades respiratorias obstructivas y crónicas. Su curso evoluciona en forma de episodios agudos dentro de un largo plazo. Ciertos desencadenantes de las crisis, como el frío o las infecciones, son más comunes en invierno, por lo que dicha época es la que más afecta a estas personas.
El diagnóstico de la patología se suele realizar a temprana edad. Se trata de niños que comienzan con broncoespasmos cuando realizan actividad física o cuando el clima desciende su temperatura. Primero se tratan con broncodilatadores para evaluar su evolución; si las crisis se repiten, se diagnostica el asma.
No siempre la gravedad es igual ni la evolución es lineal. Hay personas con formas leves del padecimiento, que quizás solo tienen una crisis al año, mientras otros atraviesan un estado casi persistente de falta de aire.
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¿Por qué hay relación entre la rinitis y el asma?
Las explicaciones sobre por qué los pacientes con asma suelen padecer rinitis son variadas. Se calcula que hasta el 75 % de los asmáticos atraviesan inflamación de la mucosa nasal. A la inversa, los diagnosticados con rinitis tienen broncoespasmos en el 40 % de los casos. Veamos algunas teorías sobre este vínculo.
Aire no acondicionado
Una de las explicaciones de por qué las personas con rinitis tienen también asma es la falta de flujo suficiente por la nariz. Al existir inflamación de la mucosa, estos pacientes prefieren respirar por la boca, lo que evita la humidificación y el calentamiento del aire.
De este modo, al llegar a los bronquios un aire frío y seco, la vía respiratoria tiende a contraerse por identificar ese flujo como dañino. Diversos estudios científicos demostraron que la broncoconstricción aumenta cuando hace frío, por ejemplo, entre deportistas de nieve e invierno.
Comunicación entre mucosas
Investigaciones en uno y otro sentido dan cuenta de la relación entre todas las partes de la mucosa respiratoria. Si una persona es estimulada con alérgenos en la nariz, es muy probable que las células de los bronquios reaccionen de alguna manera. A la inversa, cuando la vía respiratoria baja se contrae, la mucosa nasal se modifica.
Parte del mecanismo fisiopatológico estaría en la comunicación nerviosa y en la reactividad de los vasos sanguíneos. Eso es lo que parece estar detrás del asma inducido por el ejercicio, mediado por la descarga de adrenalina y noradrenalina que se desata por los estímulos deportivos.
Estos neurotransmisores relacionan la rinitis y el asma al producir el cierre del calibre de los vasos sanguíneos. En toda la mucosa respiratoria, ese estrechamiento reduce la circulación y la capacidad de respuesta a los agentes externos.
El sistema inmune y la relación entre rinitis y asma
Un tipo especial de glóbulos blancos son los eosinófilos. Tienen una participación especial en la mediación de las reacciones alérgicas de todo el cuerpo. Por un lado, investigadores conocieron su rol en la rinitis, mientras por otro lado también se conoce su papel en el asma.
Se asume que, al tratarse de un mecanismo parecido, tiene sentido suponer que las reacciones alérgicas comparten la vía común de estas células y que su aumento en situaciones de combate de agentes externos es clave.
Además, las sustancias de la inflamación no son estáticas, sino que aprovechan la circulación sanguínea para trasladarse, por lo que pueden pasar de la nariz a los bronquios.
Rinitis y asma: parecidos, pero diferentes
La relación entre la rinitis y el asma se puede explicar por diversas hipótesis, pero eso no significa que se trate del mismo padecimiento. Algunos fármacos empleados son similares, aunque el abordaje no tiene los protocolos iguales para una y la otra.
Es fundamental que los médicos tratantes distingan un padecimiento del otro, de manera que la terapéutica sea la correcta. De todas maneras, los pacientes asmáticos deben aprender a manejar crisis de rinitis, pues tienen altas probabilidades de padecer el trastorno.
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