¿Cómo preparar patatas fritas?
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¿A quién no le gustan las patatas fritas? Eso sí, merece la pena señalar que preparar patatas fritas con aceites de mala calidad que además han sido usados y reusados muchas veces, y siempre a altas temperaturas, puede ser perjudicial para la salud. Sin embargo, no tenemos por qué renunciar a ellas sino aprender a prepararlas de la manera más saludable posible.
Las patatas fritas que nos venden
Para tener unas patatas fritas más saludables, el primer paso es prepararlas en casa nosotros mismos, ya que es la única manera de garantizar su calidad.
Si comemos las patatas fritas que nos sirven en muchos lugares, podemos estar ingiriendo alimentos cocidos con aceites de mala calidad que se transforman en grasas trans al ser cocinados a altas temperaturas. Además, estas suelen tener un contenido graso muy alto, ya que se fríen en abundante aceite.
Por otra parte, estas patatas pueden ser en realidad mezcla de puré de patata con otros ingredientes desconocidos y posteriormente, saladas.
Todas estas características podrían contribuir a aumentar nuestros niveles de colesterol y triglicéridos, al sobrepeso y la celulitis, así como también a empeorar la hipertensión arterial y la retención de líquidos, entre otros malestares.
Preparar patatas fritas en casa
Para elaborar una patatas fritas más deliciosas y saludables debemos seguir siempre estos pasos iniciales:
- Conseguir patatas de calidad, a ser posible ecológicas, que no tengan brotes.
- Usar aceite de oliva de primera presión en frío
- Condimentar con sal marina fina sin abusar
- Usar recipientes libres de teflón, como los de cerámica, cristal, acero inoxidable, hierro fundido, etc.
1. Patatas fritas menos ácidas
Este truco culinario nos llega desde oriente, para quitar gran parte de la acidez que adquieren los alimentos al freírse. Consiste en añadir al aceite, mientras se fríen las patatas, un par de ciruelas umeboshi. Estas ciruelas contrarrestarían la acidez, sin alterar el sabor.
No debemos comer las ciruelas que se hayan frito, aunque sí podremos comernos una después de la comida, para contrarrestar los efectos perjudiciales.
2. Patatas fritas pero horneadas
Cortaremos las patatas a tiras, del mismo modo que cuando las freímos, y las pondremos en una bandeja del horno. Antes de hornearlas nos aseguraremos de pintarlas bien con el aceite de oliva para que queden bien crujientes.
De esta manera, conseguiremos unas patatas horneadas que serán casi idénticas a las fritas, pero con mucho menos aceite
3. Patatas cocidas y fritas
Otra manera de que las patatas no absorban tanta cantidad de aceite consiste en hervirlas primeramente unos 10 minutos, cortadas ya en tiras, para que pierdan la dureza. Después, las dejaremos escurrir bien para que no salte el aceite y las freiremos hasta que adquieran la consistencia habitual.
Sugerencias nutricionales
La patata contiene almidón por lo que, para una mejor digestión, sería mejor comerla siempre con algo vegetal (verdura, ensalada, fruta) y algo de proteína (carne, pescado, huevo, legumbre).
En cambio, no recomendamos combinarlas con harinas, como bocadillos, pizza, pasta, etc., ya que eso dificultaría la digestión y sobrecargaría nuestro organismo.
¿Conoces la manzana frita?
Finalmente, te hacemos otra sugerencia todavía más saludable que sorprenderá a toda la familia. Corta manzanas a tiras, como si fueran patatas, y fríelas del mismo modo, añadiéndoles también la sal. Su sabor dulce y su textura refrescante convierten esta receta en un aperitivo muy original.
¿Ya has decidido cómo preparar patatas fritas más saludables en casa?
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