Cómo preparar un baño relajante

Los masajes y los baños relajantes son pequeños "mimos" que podemos brindarnos entre semana para aliviar tensiones, recargar energías y sentirnos mejor.
Cómo preparar un baño relajante
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 18 octubre, 2020

Disfrutar de un baño relajante entre semana puede ayudarnos a liberar tensiones y sentir alivio. Y es que, sin duda alguna, influyen mucho tanto la temperatura del agua como el aroma de los ingredientes que decidamos añadir (un jabón, unas sales, una “bomba” o simplemente unas cuantas gotas de un aceite esencial) nos ayudan a sentirnos a gusto.

En principio, no es necesario recurrir a una estrategia muy elaborada. Basta con llenar la tina de agua, añadir un elemento de un aroma agradable y autoprocurarnos un ambiente agradable. Esto puede hacerse con velas, un incienso y otros elementos.

Hasta allí todo parece muy simple, sin embargo, tiene su truco. No debemos añadir demasiados elementos al agua ni pasarnos con el incienso y los demás elementos aromáticos o podríamos cargar demasiado el ambiente y autosaboteándonos la relajación.

Consejos para preparar un baño relajante en casa

Para preparar un baño relajante es recomendable llenar la bañera con agua a una temperatura que resulte agradable, es decir, ni demasiado fría ni demasiado caliente. 

Ten en cuenta que el agua muy caliente no solo quema, sino que también barre con toda la capa de aceite natural de la piel, lo cual termina exponiéndola a diversas molestias que van desde el enrojecimiento y sequedad hasta quemaduras.

El agua fría, si bien puede parecer una opción excelente en el verano, tampoco es la ideal, ya que al poco rato de habernos sumergido en ella, nuestra sensación de calor aumentará en vez de reducirse. En pocas palabras, esto es porque las bajas temperaturas obligan al cuerpo a trabajar más para regular su propia temperatura, por ello no se “refresca” sino que continúa experimentando la sensación de calor.

Ojo con la cantidad de jabón y demás elementos afines

Por otra parte, a la hora de añadir jabones perfumados o aceites, es importante no abusar para no crear un ambiente demasiado cargado que pueda terminar causándonos un dolor de cabeza.

Si ya tenemos una vela aromática y una bomba de jabón, no es realmente necesario encender un incienso. En este sentido, debemos aprender a discriminar: si ya tenemos la vela, mejor dejar el incienso para una próxima vez.

Luego, con relación a los productos a utilizar para limpiarnos y mimarnos hay que tener pulso. No es necesario aplicarnos grandes cantidades de ese jabón con purpurina reiteradas veces a lo largo del baño. Tampoco lo es combinar la bomba de jabón con un chorro de jabón líquido perfumado.

Cuando más equilibrado tengamos todo, mejor nos sentará.

¿Cómo hacer el jabón de lavanda y arcilla?
El jabón casero de lavanda y arcilla puede ser una opción para limpiar cualquier parte del cuerpo. Sin embargo, hay que suspender su uso si se observa una reacción desfavorable.

Receta para disfrutar de un buen baño relajante

Los ingredientes aquí señalados están calculados para una bañera de tamaño estándar. Ten en cuenta que mientras más grande sea la bañera, mayor cantidad de flores de manzanilla e infusión de lavanda necesitarás.

Con respecto a las sales de Epsom y el aceite esencial, lo mejor es mantener siempre la moderación, para evitar reacciones adversas en la piel. Sobre todo todo en caso de padecer algún tipo de trastorno cutáneo.

Necesitarás

  • Flores de manzanilla, 200 g.
  • Infusión de lavanda, 125 ml .
  • Sales de Epsom (sulfato de magnesio), 5 g.
  • Unas gotas del aceite esencial que más te guste, 10 gotas (puedes sustituirlo por agua de rosas).

Preparación

  • Llena la bañera con agua tibia.
  • Prepara la infusión de lavanda y una vez que esté lista, agrégala a la bañera.
  • En un plato hondo con agua hirviendo, sumerge durante un par de minutos las flores de manzanilla.
  • Antes de que las flores de manzanilla se cuezan del todo, agrégalas -con todo y su líquido- a la bañera.
  • Si lo deseas, agrega las sales de Epsom y las gotas del aceite esencial que hayas elegido (puede ser de lavanda, manzanilla o algún otro que tenga propiedades relajantes).
  • Remueve suavemente el agua, sumérgete y disfruta.

Este baño relajante es un tratamiento que te vendrá muy bien esos días en que te sientes más cansado de lo habitual, sufres estrés o la ansiedad empieza a hacer mella en tu salud.

Sobre el uso del aceite esencial

Si vas a utilizar un aceite esencial, asegúrate de diluirlo como corresponda para que no te cause molestias en la piel. Por otra parte si tu piel es sensible, lo mejor será que evites este tipo de productos y, para disfrutar de un aroma agradable mientras te bañas, optes por colocar alguna vela aromática en el cuarto de baño.

Por último, recuerda que siempre puedes realizarte automasajes mientras te bañas para sentirte aún más renovado. 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.