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Conceptos claves de la criptosporidiosis

4 minutos
La criptosporidiosis no produce efectos severos en quienes tienen un sistema inmunológico saludable, pero puede ser fatal en los pacientes inmunodeprimidos o en niños menores de 2 años.
Conceptos claves de la criptosporidiosis
Alejandro Duarte

Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte

Escrito por Edith Sánchez
Última actualización: 21 octubre, 2022

La criptosporidiosis hace referencia a una enfermedad parasitaria. El primer caso de criptosporidiosis fue reportado en 1972, pero solo hasta 1976 F.A. Nime, J.D. Burek y otros hicieron una descripción formal de la misma. Desde entonces, aumentaron los estudios al respecto, ya que se le considera una enfermedad emergente.

Este mal afecta tanto a los seres humanos, como a otras especies animales, incluyendo aves de consumo habitual. Fue durante la década de los 70 cuando se comprobó que la criptosporidiosis podía llevar a la muerte a los enfermos de SIDA. Esto despertó la atención de los expertos.

Sin embargo, la verdadera oleada de estudios en torno a esta enfermedad se produjo a partir de 1993. En ese año hubo un brote en Wisconsin (EEUU) y esto alertó a la sociedad y a los gobiernos sobre el grave peligro potencial de la criptosporidiosis.

Actualmente, se ha acopiado una importante cantidad de datos y conocimientos en torno a la enfermedad. Al respecto, hay algunos conceptos que resultan de particular relevancia y que enseguida exponemos.

La criptosporidiosis es producida por un parásito

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La criptosporidiasis se produce por un parásito que requiere las células del cuerpo humano para completar su ciclo biológico.

La criptosporidiosis es producida por un parásito llamado Cryptosporidium. Hasta el momento se han descrito 22 especies del mismo, pero hoy en día se considera que en realidad son solamente 13.

Se ha establecido que el parásito penetra en las células intestinales del hospedador, pero aún se desconocen los mecanismos exactos que emplean para invadir las mismas. Lo que sí se sabe es que no necesita invadir las células para completar su ciclo biológico.

Cuando los ooquistes del parásito habitan en un organismo, paulatinamente empiezan a invadir las células epiteliales del intestino delgado o del árbol respiratorio. Luego inician unas fases sucesivas de reproducción asexual y sexual. Después se evacúan a través de las heces y a partir de allí puede producirse el contagio.

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La criptosporidiosis se propaga fácilmente

El parásito puede infectar a una amplia variedad de mamíferos, incluyendo terneros, cochinillos, etc. En los humanos, el contagio se produce de persona a persona o de animal a persona por vía oral-fecal. A nivel masivo, el contagio se da por medio del agua contaminada.

La criptosporidiosis se transmite básicamente a través de las heces animales o humanas. Dichas heces son portadoras de los ooquistes. Estos, a su vez, contaminan los alimentos yo el agua. La evidencia indica que los ooquistes son extraordinariamente resistentes a los métodos habituales de purificación del agua.

El potencial de contagio es muy alto, principalmente cuando se da a través del agua contaminada. En el brote de Wiconsin, 400.000 personas resultaron contagiadas. A su vez, un estudio elaborado en los Estados Unidos indicó que el parásito está en el 90 % de las aguas residuales, el 75 % de las aguas fluviales y el 28 % del agua potable.

La respuesta inmunitaria es variable

En los organismos inmunocompetentes, esta infección puede ser superada fácilmente.

Los organismos inmunocompetentes, es decir, aquellos en los que el sistema inmunológico es completamente funcional, no se ven afectados severamente por la criptosporidiosis. Responden adecuadamente y dejan una inmunidad sólida frente a la reinfección.

En cambio, si el paciente tiene deficiencias linfocitarias o de gammaglobulinas puede sufrir infecciones graves o crónicas. La edad y el estado nutricional también influyen. Los casos más graves suelen tener lugar en niños menores de 2 años. La diarrea derivada de la criptosporidiosis es un problema muy grave en los enfermos de SIDA.

El diagnóstico especializado es el más confiable

Las pruebas de rutina para el examen de las heces suelen ser poco confiables para el diagnóstico de la criptosporidiosis. Esto se debe a que la expulsión de los ooquistes es intermitente y se necesitarían varias muestras fecales para corroborar su presencia.

Lo más indicado es aplicar técnicas especializadas para el examen microscópico de las heces. Estas incluyen microscopía de contraste de fase o con tinción, empleando técnicas como Ziehl-Neelsen o Kinyoun. También se emplea la microscopia inmunofluorescente.

Así mismo, es pertinente realizar un enzimoinmunoensayo para detectar el antígeno del Cryptosporidium en las heces. En ocasiones, también se emplea la biopsia intestinal para establecer el diagnóstico.

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La mejor manera de combatir la enfermedad es previniéndola

La mejor medida de prevención para evitar la criptosporidiosis es el lavado de manos con agua corriente y jabón. Esta acción debe llevarse a cabo al preparar alimentos, antes de comer, al llegar al hogar después de haber salido a la calle, después de la micción o defecación y luego de estar en contacto con animales.

Se debe evitar el contacto con las heces humanas o animales, o extremar los cuidados higiénicos en caso de hacerlo. También es importante evitar el consumo de agua no potable. El mantenimiento de medidas higiénicas es fundamental.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


Del Coco, V. F., Córdoba, M. A., & Basualdo, J. A. (2009). Criptosporidiosis: una zoonosis emergente. Revista argentina de microbiología, 41(3), 185-196.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.