Conjuntivitis
La conjuntivitis es una enfermedad ocular provocada por inflamación de la conjuntiva. Esta es una capa mucosa y transparente que reviste el globo ocular y contribuye a lubricar y proteger el ojo.
Se trata de una de las afecciones del ojo más frecuentes. Puede afectar tanto a niños como a adultos. Existen 4 causas principales que pueden provocar conjuntivitis:
- Virus.
- Bacterias.
- Alérgenos.
- Sustancias irritantes.
En el caso de conjuntivitis por virus o bacterias, es muy contagiosa y se propaga rápidamente. Se deben tener en cuenta medidas de higiene personal. La conjuntivitis causada por alérgenos o sustancias irritantes no es contagiosa.
La clínica dependerá del tipo de conjuntivitis. No obstante, existen signos físicos comunes, los cuales se mencionan a continuación:
Síntomas
- Ojo rojo. Esto suele deberse a la vasodilatación de los vasos de la conjuntiva debido a la inflamación (se denomina hiperemia). También puede deberse al edema provocado por agentes infecciosos o alérgicos.
- Secreción de distintos tipos:
- Acuosa: lagrimeo abundante asociado a secreción blanquecina.
- Mucosa: hilos blanquecinos.
- Purulenta: secreción amarillo-verdosa.
- Mucopurulenta: asocia además párpados pegajosos.
- Papilas y folículos. Estructuras prominentes en la conjuntiva tarsal (la que recubre la capa interior de los párpados) de forma redondeada y con entramado vascular alrededor.
A veces, pueden haber exudados de fibrina entre la conjuntiva tarsal y bulbar (la que recubre el ojo ocular), las cuales forman:
- Membranas, (si al retirarlas la superficie subyacente es sangrante).
- Pseudomembranas (si la superficie subyacente está intacta).
Estas son muy características de la conjuntivitis por difteria, aunque aparecen también en otros cuadros.
Te recomendamos leer: Los 5 mejores remedios para calmar la conjuntivitis naturalmente
Conjuntivitis bacterianas
Las conjuntivitis bacterianas son generalmente autolimitadas y afectan a ambos ojos. Se caracteriza por una intensa hiperemia y una secreción purulenta que no permite despegar los párpados, que además están edematizados. Suelen asociar sensación de cuerpo extraño y picor.
Existe una variedad de conjuntivitis característica de los recién nacidos denominada: conjuntivitis purulenta o hiperaguda. Esta es producida por bacterias del género Neisseria, las cuales cursan con una hiperemia muy marcada y una secreción purulenta amarillo-verdosa característica, así como adenopatías en la región preauricular. La quemosis o edema conjuntival es muy frecuente y puede evolucionar a una úlcera corneal.
La conjuntivitis folicular producida por Chlamydia Trachomatis es un cuadro que afecta a adultos jóvenes, por contagio sexual, y a recién nacidos. Tiene importancia porque, además de afectar a la córnea y presentar folículos de gran tamaño, su cronificación produce tracoma, un cuadro de ceguera por opacificación corneal.
El tracoma es la principal enfermedad infecciosa causante de ceguera a nivel mundial. Está causada por un microorganismo intracelular obligado llamado Chlamydia trachomatis.
La enfermedad se transmite por contacto con secreciones oculares y nasales de personas infectadas, especialmente niños pequeños que son reservorio de la infección. El tratamiento de la conjuntivitis de tipo bacteriana consiste en la aplicación de colirios antibióticos y lavados oculares frecuentes. En las conjuntivitis hiperagudas pueden hacer falta antibióticos orales.
Conjuntivitis víricas
Las conjuntivitis víricas son de inicio unilateral aunque puede contagiarse fácilmente al otro ojo. Destaca el enrojecimiento ocular, dando un aspecto vidrioso, y una abundante secreción serosa. Estas suelen tener un curso autolimitado y puede haber folículos o edema conjuntival (también llamado quemosis). Si afecta a la córnea provocará visión borrosa. Los síntomas suelen durar 1 o 2 semanas y luego remiten espontáneamente.
Hay un tipo de conjuntivitis con afectación de la córnea producido por adenovirus. Se denomina: queratoconjuntivitis epidémica. Esta comienza con una conjuntivitis folicular que se acompaña de una queratitis a los 7 días del inicio. Pueden formarse pseudomembranas y asociar malestar general. Su curso es autolimitado.
El tratamiento de las conjuntivitis víricas es sintomático, con lágrimas artificiales y lavados oculares frecuentes. El tratamiento incluye una serie de medidas preventivas para evitar el contagio al otro ojo. No hay que tapar el ojo ya que nos ocultaría una sobreinfección bacteriana, si la hubiera. Para ello puede prescribirse colirio antibiótico profiláctico si existen altas probabilidades de sobreinfección.
Conjuntivitis alérgicas
Las conjuntivitis alérgicas se producen por una reacción de hipersensibilidad frente a alérgenos aéreos. Afectan a ambos ojos, y suelen ser estacionales. Se caracterizan por picor o prurito ocular ( producido por la histamina que se libera en las reacciones alérgicas) y secreción mucosa. El enrojecimiento del ojo es intenso y puede asociar estornudos y secreción nasal.
La queratoconjuntivitis vernal o primaveral es un tipo de conjuntivitis alérgica frecuente en niños varones de 8 a 10 años. Además de los síntomas de las conjuntivitis alérgica, asocian fotofobia intensa y papilas en empedrado en la conjuntiva tarsal. Puede presentar afectación corneal en forma de queratitis o úlceras.
El tratamiento de las conjuntivitis alérgicas consiste en evitar los alérgenos, en la medida posible, y tomar antihistamínicos (en forma de colirio o sistémicos, según las manifestaciones generales de la alergia). En algunos casos se pueden utilizar corticoides.
En aquellas personas que utilizan lentes de contacto, puede aparecer un cuadro inmunoalérgico conocido como conjuntivitis papilar gigante, con picor y secreciones abundantes. Esto obliga a retirar las lentillas y a veces requiere tratamiento con corticoides.
Imagen principal cortesía de © wikiHow.com