3 consecuencias negativas de comer fritos

¿Consumes fritos habitualmente? Te vamos a dar una serie de motivos por los que deberías reducir la presencia de este tipo de alimentos en la dieta regular.
3 consecuencias negativas de comer fritos
Saúl Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 06 julio, 2023

Comer alimentos fritos no ha de ser algo regular. Durante este proceso de cocción se generan una serie de compuestos que pueden perjudicar la salud. Por este motivo, suele resultar positivo limitar su presencia en la dieta, utilizando en su lugar la plancha o la cocción con agua.

Hay que tener en cuenta que las frituras se realizan con el aceite a temperatura muy alta. Este proceso térmico es agresivo y genera un cambio en la configuración espacial de las moléculas de ácidos grasos.

1. Comer fritos incrementa el riesgo de sobrepeso

Las frituras se realizan en aceite, un medio graso con elevada densidad calórica. Parte de este aceite se queda adherido al alimento en cuestión. Incluso, puede introducirse en su interior en el caso de que sea poroso. El resultado es un incremento significativo de la energía aportada por el producto.

De este modo, si se consumen fritos de forma habitual existe un mayor riesgo de experimentar un desequilibrio energético en la dieta a favor de la ingesta. Esto se traduce en el desarrollo de sobrepeso y obesidad. Ambas condiciones se asocian con complicaciones y menor calidad de vida, según un estudio publicado en la revista Metabolism.

2. Pueden generar inflamación

Los lípidos son nutrientes considerados saludables, independientemente de que sean saturados o insaturados. El problema aparece cuando varía su configuración espacial. En este caso, pasan de tipo cis a tipo trans, lo que afecta de manera determinante su impacto en el organismo.

Existen evidencias sólidas conforme el consumo de grasas trans incrementa la inflamación sistémica, provocando un aumento del riesgo de desarrollar patologías crónicas, como diabetes y enfermedades cardiovasculares. Los fritos cuentan con una elevada cantidad de estos compuestos, por lo que es fundamental reducir su presencia en la dieta.

Además, estos ácidos grasos de tipo trans son capaces de actuar sobre el perfil lipídico, alterando las proporciones de lipoproteínas y generando un aumento de los triglicéridos en la sangre.

Los alimentos fritos promueven la inflamación sistémica del organismo. A mediano plazo, aumenta el riesgo de patologías crónicas.

3. Durante la fritura se generan compuestos tóxicos

Además de lo comentado hasta ahora, también hay que mencionar que los alimentos fritos pueden contener en su interior compuestos tóxicos derivados del propio proceso de cocción. La producción de los mismos se promociona cuando se alcanza el punto de humo, pero también existe sin llegar a estos extremos.

Un ejemplo típico de ellos es la acrilamida. Dicho compuesto se genera a partir de la cocción de los almidones por encima de los 120 grados centígrados. De acuerdo con una investigación publicada en la revista Critical Reviews in Food Science and Nutrition, el consumo regular de la sustancia podría incrementar el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer.

Consejos para comer menos fritos

Ahora ya sabes que los fritos son nocivos para la salud. Conviene reducir su presencia en la dieta lo máximo posible, dejando paso a otros métodos de cocción mucho más adecuados. Para ello te vamos a dar una serie de consejos prácticos.

Utiliza más el horno

El horno es un electrodoméstico que cocina sin necesidad de mucho aceite y que puede provocar unas características organolépticas en los alimentos parecidas a las de la fritura. Por ejemplo, las patatas quedan excelentes cuando se preparan al horno. Además, cuenta con la ventaja de que se puede controlar la temperatura.

Prueba la freidora sin aceite

En los últimos años se han inventado unos electrodomésticos que generan una cocción similar a la fritura, pero reduciendo la cantidad de aceite necesaria. Basta con introducir una cucharada de la grasa en un recipiente.

A partir de aquí se generarán unas corrientes de calor que le confieren un toque crujiente a los alimentos. De este modo, se disfruta de productos sabrosos sin exceso de calorías ni sustancias nocivas.

Siempre mejor la plancha

Muchos de los alimentos que se consumen fritos se pueden cocinar también a la plancha. Ejemplos de ello son el pescado, la carne y los huevos. Solo es necesario manchar la sartén con una gota de aceite para evitar que se pegue el producto y listo.


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Cocina con aceite de oliva

A la hora de cocinar, el aceite de oliva virgen extra es siempre la mejor opción. Esta grasa cuenta con un punto de humo elevado, debido a la cantidad de dobles enlaces que presentan sus moléculas. Esto evita que se formen ácidos grasos de tipo trans con facilidad.

Cocinar con aceite de oliva.
El aceite de oliva es más saludable para cocinar, ya que posee un punto de humo elevado que reduce la aparición de grasas trans.

Evita comer fritos para mejorar la salud

Los alimentos fritos incrementan el riesgo de desarrollar sobrepeso y otras patologías crónicas y complejas. Por este motivo, es clave reducir su presencia en la dieta. Han de ser de consumo ocasional, apostando en lo cotidiano por otros métodos de cocción más saludables.

Si sustituyes los fritos por alimentos a la plancha, al horno o al vapor verás cómo en pocas semanas experimentas una mejora en lo que a composición corporal se refiere. Algunos marcadores relacionados con el estado de salud, como los triglicéridos, se reducirán.


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