Consejos para cultivar y cuidar una calabaza en casa

Las calabazas tienen diversas formas y tamaños, pero todas son fáciles de plantar en la huerta propia. ¿Qué debes tener en cuenta?
Consejos para cultivar y cuidar una calabaza en casa

Escrito por Jonatan Menguez

Última actualización: 10 julio, 2023

Las calabazas son hortalizas fáciles de plantar y cosechar. Tienen resistencia a las condiciones climáticas, se pueden ingerir de muchas formas y, además, cuentan con múltiples nutrientes. En pocas palabras, son una buena opción para generar alimentos propios, sin agrotóxicos. ¿Deseas iniciarte en el autocultivo? Cultivar y cuidar una calabaza es una buena forma de empezar.

Existe una gran variedad de este fruto, con distintos tamaños, colores y sabores. Se dividen en dos grandes grupos; por un lado, calabazas de verano, que crecen más rápido, además de ser abundantes y tiernas. Por otro lado, las de invierno, que demoran un poco más, pero tienen una piel resistente, color intenso y mayor conservación.

Sin embargo, todas son accesibles para trabajar con las propias manos. Como base, hay que tener en cuenta que el cuidado de cualquier calabaza en casa debe contar con una buena cantidad de luz solar, regados frecuentes y una serie de recomendaciones para su siembra y extracción.

Tipos de calabaza y preferencias climáticas

Para cultivar y cuidar una calabaza es necesario considerar las condiciones climáticas en las que se desarrolla. Tanto las de verano como las de invierno no toleran la tierra fría, ni las heladas, por lo que la primavera es la estación indicada para su plantación. No se deben depositar las semillas hasta asegurarse que las últimas oleadas de frío invernal ya pasaron, según el lugar del mundo en que se viva.

Es recomendable dejar un lapso de dos semanas después de ese evento. Además, si la región continúa teniendo noches muy frías, lo mejor es entrar la maceta o, si se plantó en jardín, cubrirlas con un plástico. En cuanto a las variedades, las hay con forma de arbusto, adaptables a espacios pequeños, pero también trepadoras, que utilizan mayor lugar y crecen de manera vertical. Se pueden fijar, con suavidad, a un enrejado.

Tipos de calabaza y preferencias climáticas
Antes de iniciar un cultivo de calabaza en casa, es conveniente conocer las variedades más comunes. Las hay de verano y de invierno.

Variedades de verano

La clasificación más grande es por su época de cosecha. Las de verano demoran unos dos meses en generar frutos, crecen en mayor número y pueden ingerirse aunque no estén del todo maduras. Las más conocidas son las siguientes:

  • Calabacín. También conocido como zucchini, se trata de una de las variedades más utilizadas del mundo. El cultivo es sencillo y su cosecha abundante.
  • Scallop o Pattypan. Esta versión es de forma redonda, con un sabor suave y un color verde claro. Puede encontrarse también como vieira.
  • Straight-neck (Cuello recto). La particularidad es su fuerte color amarillo y una forma similar a la de la berenjena. De cosecha rápida y numerosa.
  • Crooked-neck (Cuello torcido). De la misma familia que la straight-neck, se distingue por su cuello en forma de botella. Suele utilizarse para milanesas.

Variedades de invierno

Por otro lado, se encuentran las de invierno. Cultivar y cuidar una calabaza de este estilo requiere algo más de paciencia, ya que demoran al menos tres meses en madurar sus frutos. De todas formas, su piel gruesa le da un mayor margen de conservación.

  • Buttercup. La planta de este fruto es enredadera, por lo que precisa de mucho espacio. Su sabor es intenso y se puede ingerir asada o en sopa.
  • Acorn. Esta variedad, también conocida como «bellota», obtiene mejor gusto si se conserva entre dos y tres meses luego de la cosecha. Es la típica calabaza usada para rellenar y cocinar al horno.
  • Hubbard. Otro tipo ideal para conservar por mucho tiempo, ya que dura hasta seis meses tras su extracción. Es llamativo su color azul claro.
  • Spaghetti. Su nombre indica que, al cocinarse al horno, es fácil de cortar y armar con la forma del popular fideo. Una alternativa para consumir pasta sin tanta harina.
  • Pumpkin. La típica calabaza anaranjada usada en la fiesta de Halloween, aunque algo más pequeña. Queda muy bien al horno y en pasteles.


Pasos y condiciones para cuidar una calabaza en casa

Si la plantación se realiza en macetas, debe utilizarse un contenedor de 40×40 centímetros, con 60 litros de capacidad. Para el relleno, lo mejor es una mezcla de tierra porosa y compost. En el caso de las semillas directo al suelo, el mismo tiene que estar fertilizado con anterioridad, mediante arcilla, arena y materia orgánica.

Aunque no es imposible trasplantar, en general la calabaza no lo resiste bien, por lo que es recomendable evitarlo. Se debe dejar un metro de distancia aproximada entre plantas de verano, y uno y medio entre las de invierno. Cultivar y cuidar una calabaza es sencillo siguiendo una serie de pasos.

Siembra en jardín o maceta

Primero, hay que rastrillar varias veces el suelo para eliminar los restos de raíces o piedras internas. Luego, colocar dos o tres semillas – con la distancia indicada – y tapar. Para el cultivo en maceta, es bueno sembrarlas en un orificio de tierra formado con las manos, que tenga 2,5 centímetros de profundidad, y cubrirlas con 3,5 cm de tierra.

Se pueden conseguir semillas en una tienda de jardinería o utilizar las de una calabaza, pero esta debe ser grande, madura y con cáscara firme. Si se opta por la segunda opción, hay que exponerlas al sol por tres días antes de la siembra. Una vez en tierra, van a demorar entre una y dos semanas en germinar. En primer lugar, aparecen las flores macho, luego las hembras, donde se genera el fruto.

Cuidado

Las plantas de calabaza se benefician con mucha materia orgánica, en especial con fertilizantes con calcio adicional. Es necesario nutrirlas cuando comienzan a florecer, y repetir el proceso al aparecer los primeros frutos. El abono orgánico ayuda a retener la humedad de la tierra y protege las raíces, por lo que se produce menos maleza.

Sol y riego

Cultivar y cuidar una calabaza implica, como mínimo, que reciba cinco horas diarias de sol. Para las macetas resulta más sencillo, ya que se mueven de lugar. En caso de vivir en sitios donde el calor es muy fuerte y las horas de luz intensa sobrepasan ese tiempo, se puede colocar un protector que genere sombra. Solo es necesario si las hojas y flores de la planta están caídas.

Otro aspecto es el regado. No necesitan demasiada agua, una o dos veces a la semana es suficiente. Es recomendable regarlas por la mañana y cada vez que la tierra esté seca. Siempre en la base, sin mojar las hojas, ya que la humedad les puede traer enfermedades.

Polinización manual

Es un proceso natural llevado a cabo por ciertos insectos. Sin embargo, existen regiones donde escasean y es necesario ayudar a la planta uno mismo. Para eso, hay que cortar una flor macho, de tallo más largo y delgado, y quitarle los pétalos.

Una vez hecho esto, se utiliza el tallo como un pincel para pasar el polen por el centro de la flor hembra. Se identifican porque tienen tallos más gruesos y una pequeña protuberancia detrás, lo que se convertirá en el fruto. También se puede aplicar con un hisopo.

Cosecha

En las variantes de verano, la cosecha es más sencilla; puede realizarse cuando los frutos aún son pequeños. No es conveniente dejarlos crecer demasiado. Las cantidades suelen ser grandes, y si la extracción es regular, la planta generará más frutos. Por el lado de las de invierno, la cosecha se realiza en otoño, momento en que los colores de los frutos se intensifican y su piel está dura.

El tamaño debe rondar entre los 15 y 20 centímetros de largo. Se debe utilizar un cuchillo o una tijera de podar limpia y afilada para cortar el fruto. En la medida de lo posible, hay que evitar mover demasiado el tallo y dejar un trozo de enredadera adjunto. Para lograr una mejor maduración, se dejan al sol por una semana y luego se guardan en un lugar fresco.

Pasos y condiciones para cuidar una calabaza en casa
Cuando los colores de la calabaza se intensifiquen, es momento de iniciar la cosecha.

Insectos

Sobre las plagas, hay que tener especial cuidado con los caracoles y las babosas, ya que suelen alimentarse de sus hojas. Si hay restos de mucosidad, significa que pasaron por allí. Por otro lado, en las primeras semanas de plantación suele haber más posibilidad de amenazas.

Los más comunes son los insectos de la calabaza, las chinches hediondas, los pulgones o los escarabajos del pepino. Es bueno revisar bien la planta y, en caso de ser necesario, utilizar pesticidas de confianza, siempre con guantes y protección en los ojos.

Enfermedades

Asimismo, estas plantas pueden sufrir trastornos por exceso de humedad. Por ejemplo, la aparición de un hongo que genera moho gris. Se manifiesta con manchas pálidas en las hojas o frutos. Para evitarlo, hay que reducir la humedad con ventilación y no acumular muchas plantas jóvenes en un mismo sitio. Si ya está infectada, es conveniente quitar las partes dañadas para que no se extienda.



Nada se desperdicia

Las flores macho que son cortadas o que caen de la planta son empleadas por muchos cocineros para freír, rellenar o condimentar sopas y pastas. Aportan un suave gusto a calabaza.

Una técnica conocida como siembra sucesiva se aplica colocando semillas cada dos o tres semanas, hasta que medie el verano. De esta manera, la cosecha será constante hasta la llegada del invierno. Este detalle aporta a la polinización, lo que genera más cantidad de frutos.


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