7 consejos para enseñar a los niños un consumo responsable
Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz
Cada vez es más habitual ver niños sepultados en montañas de juguetes y regalos en fechas festivas, como cumpleaños o Navidad. Igualmente, en cualquier tienda o supermercado podemos observar infantes teniendo rabietas a fin de conseguir que sus padres les compren el capricho del día. Lo cierto es que no podemos culparlos: vivimos en una sociedad consumista y es tarea de los adultos fomentar un consumo responsable.
Es natural que los niños pidan y deseen tener ropa, juguetes, juegos y objetivos diversos. Más aún si tenemos en cuenta que todos estamos expuestos a un constante bombardeo publicitario y que su cerebro, aún inmaduro, es menos capaz de filtrar estos estímulos y controlar los impulsos.
Ahora bien, esto no significa que debamos darles todo lo que piden ni tampoco privarles de cualquier deseo. Lo ideal es encontrar un equilibrio y educarles en el consumo responsable. Te mostramos cómo hacerlo.
¿Qué es el consumo responsable?
El consumo responsable es aquel que no se realiza por impulso, sino con consciencia y con una reflexión previa. Es decir, que antes de adquirir cualquier producto o servicio nos planteamos su idoneidad en términos de calidad, función, ética y otras variables.
En general, el consumo responsable se asocia a los siguientes ámbitos:
- Personal: adquirir solo aquellos productos o servicios que cumplan una función para la persona, tengan una utilidad o realmente vayan a aportarle algo de valor. Esto evita el consumismo desmedido e impulsivo.
- Ético: relacionado con los valores que nos mueven a la hora de realizar o no una determinada compra.
- Medioambiental: un consumo responsable es el que contribuye a cuidar el medio ambiente y garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales.
- Solidario: tiene en cuenta las condiciones laborales de quienes intervienen en elaborar el producto u ofrecer el servicio.
¿Por qué fomentarlo en los niños?
Aunque en ocasiones parezca cosa de adultos, el consumo responsable debe aprenderse desde la infancia. No solo porque los niños son las generaciones del futuro y han de aprender desde temprano a cuidar el planeta y a sus semejantes; también porque el consumismo hace mucho daño a las infancias.
Si perpetramos el estilo de vida consumista, los niños pueden tender a compararse siempre con otros, a sentirse inferiores e insuficientes, a darle más valor al tener que al ser y a tapar sus emociones mediante las compras.
También se les va a dificultar mucho aprender a tolerar la frustración y adquirir valores como el esfuerzo o la paciencia. Por todo ello, es importante educar en el consumo responsable desde los primeros años.
¿Cómo enseñar a los niños un consumo responsable?
A continuación, te proponemos algunas ideas que te ayudarán a lograr este objetivo. Es posible que puedas aplicarlas desde hoy.
1. Reducir el consumo de servicios en el hogar
Apagar las luces al salir de las estancias, cerrar el grifo mientras se lavan los dientes o tomar duchas en lugar de baños son hábitos sencillos que los niños pueden aprender. Con estos, se fomenta el consumo responsable de los recursos dentro del hogar.
2. Enseñar sobre reciclaje
Enseñar a reciclar a los niños también resulta fundamental. Esta es una tarea que también se lleva a cabo en las escuelas, pero debe fomentarse y reforzarse en el núcleo familiar.
Para que sea más divertido, pueden diseñarse juegos en los que los niños deban colocar cada residuo y envase en su lugar correspondiente y así ganar puntos o recompensas.
3. Fomentar la restauración y la reutilización
Darle una segunda vida a los objetos viejos, algo deteriorados o que ya no usamos es también una buena enseñanza. Para esto, puede ser muy positivo realizar manualidades con objetos reciclados.
Es una actividad divertida. Además, inculca la importancia de reutilizar los recursos y no caer en un consumo excesivo.
4. Asignar una paga a administrar
Para educar en el consumo responsable es importante enseñar a los niños el valor del dinero y cómo administrarlo. A este respecto, se les puede asignar una pequeña paga semanal o mensual sobre la que tendrán que decidir cómo gastar. Es una manera de que aprendan a invertir el dinero con inteligencia y con consciencia.
5. Acostumbrar a pensar antes de consumir
Siempre que el niño desee comprar un producto o se encapriche con algún juguete, alentémosle a reflexionar al respecto. “¿Para qué quiere ese objeto, qué utilidad tiene, dónde lo va a guardar, en qué momentos lo va a utilizar, tiene ya algo similar?”. Todas estas preguntas pueden ayudar a los niños a tomar consciencia y a no querer comprar por impulso.
6. No ceder a los caprichos
Los padres deben ser ejemplo y guía a la hora de educar en el consumo responsable. Para esto, es importante que tengan claros los valores que quieren inculcar y se mantengan firmes al respecto.
Es muy tentador ceder a los caprichos del niño cuando este tiene una rabieta en público, pero si consideramos que esa compra no es positiva ni necesaria, hemos de mantenernos en la negativa y establecer límites.
7. Separar las emociones del consumo
Por último, es fundamental que los niños sepan separar desde bien pequeños las emociones del consumo. Los progenitores deben evitar ofrecer compras como recompensa a buenos comportamientos o como consuelo ante las emociones negativas.
También no hay que caer en el error de tapar la culpa con regalos materiales. Muchas veces sentimos que no dedicamos tiempo suficiente a los niños y tratamos de suplir esa carencia con objetos, pero esto no es positivo ni saludable.
El consumo responsable enseña a los niños a valorar lo inmaterial
En definitiva, con todo esto no solo buscamos que los pequeños aprendan a controlar sus impulsos de consumir, sino que aprendan que lo más valioso no se compra con dinero. La naturaleza y todos sus seres, las personas que los aman, la felicidad del día a día… son bienes inmateriales de incalculable valor.
Enseñemos a los niños a darles la importancia que merecen. Que no midan la valía o el bienestar en función de las posesiones.
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