8 cosas que jamás debes hacer a un bebé recién nacido

Una vez que llega el bebé, muchas veces no sabes qué hacer con toda la información que recibes de tu entorno en cuanto a cómo cuidarlo. Infórmate aquí sobre lo que no debes hacerle a tu bebé recién nacido.
8 cosas que jamás debes hacer a un bebé recién nacido
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 julio, 2023

Un bebé recién nacido llega a los brazos de su madre y de solo sentirla cerca, oler su piel y oír su voz, ya encuentra sosiego. Su madre, sin duda, sentirá un montón de sensaciones hermosas, pero puede que también se haga un manojo de nervios, sobre todo si es primeriza.

Durante el embarazo, la madre escucha consejos de las abuelas, las hermanas, las tías y las amigas que ya son mamás, hace cursos prenatales y lee cientos de páginas en internet. Probablemente, con tanta información, a veces dudará sobre qué consejo seguir al tener al bebé entre sus brazos.

La idea es comenzar a vivir la experiencia de la maternidad con buen pie. A continuación, te presentamos ocho situaciones que jamás debes hacerle pasar a tu bebé recién nacido.

Lo que jamás debes hacerle a un bebé recién nacido

1. Ignorarlo

4 pasos para ayudar a dormir al bebé

No dejes solo a tu pequeño ni en la cama, ni en la cuna, ni en el cambiador, ni en otro cuarto. Un bebé recién nacido no se ignora en ningún momento. Puede necesitar atención en cualquier instante.

Existe la creencia de que “es necesario que aprenda a ser independiente”. Ya habrá tiempo para que tu hijo se independice. Este proceso se realiza de forma natural poco a poco a lo largo del primer año, no es necesario forzarlo.

Como todo mamífero, un recién nacido depende de que la madre esté muy cerca y lo atienda. Después de estar 9 meses en el útero de la madre, donde solo escuchaba su voz, llorará por tenerla a su lado.

Llorar es su forma de comunicación. Si llora es porque necesita algo: quiere comer, el pañal está sucio, le duele algo o simplemente precisa a su mamá. Está atenta a su llanto y, si puedes, instala monitores de sonido que alertan cuando el bebé llora si en ese momento no estás en el mismo cuarto.

2. Amamantar con horario

Si escogiste el camino de la lactancia materna, a pesar de que es el más exigente, nada se compara con el momento en el que tu bebé se alimenta de tu pecho mientras te mira fijamente a los ojos. ¡Enhorabuena!

La lactancia materna no debe tener horario, debe ser a libre demanda. Los horarios de alimentación de cada 3 horas son para los bebés alimentados con fórmulas lácteas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que los recién nacidos se llenan fácilmente porque su estómago es más pequeño. Por esa razón necesitan alimentarse con más frecuencia, incluso con intervalos de apenas una hora. Eso además ayudará a aumentar la producción de leche.

Un bebé recién nacido no solo requiere del pecho de su madre cuando tiene hambre o sed. También, es la forma que tiene para vincularse, para encontrar consuelo, para sentir el amor de su madre.

3. Dejar llorar al bebé recién nacido

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No faltarán quien te diga que debes dejarlo llorar en una cuna porque sino ‘se malacostumbra’. Las más atrevidas te dirán que llora para manipularte.

La manipulación es un concepto que aplica a los adultos, no a un recién nacido. Un bebé que llora y no es atendido, efectivamente, en algún momento dejará de llorar porque le has transmitido algo: no te interesa lo que le pasa.

Al ser el llanto su única forma de expresión; cuando llora, algo necesita. Puede ser que tenga hambre, que tenga los pañales sucios o esté acalorado o con mucho frío. Es posible incluso que tenga problemas para respirar o algún malestar. Un bebé no es capaz de resolver estos problemas por sí solo, necesita la ayuda de la madre.

4. Dejarlo solo mientras duerme

Un bebé recién nacido no duerme como un adulto. Cada dos o tres horas se despierta y buscará a su madre para conciliar el sueño de nuevo o para comer. No se enseña a un bebé a dormir, dormirá porque es natural que lo haga.

Conciliar el sueño por sí mismo es un proceso que irá ocurriendo poco a poco, en la medida que vaya madurando. Si no estás convencida de que el colecho sea una opción viable para ti y tu bebé, pon su cuna al lado de tu cama para que puedas atenderlo lo más rápido posible. Esto también te ayudará a no levantarte tantas veces en la noche.

5. Sacudirlo bruscamente

Bebé recién nacido

Puede ser desesperante que tu bebé siga llorando después de noches de mal dormir. Es fácil caer en la tentación de sacudirlo producto de la impotencia. Pero eso es muy peligroso.

Una sacudida brusca no ayudará a un bebé a dejar de llorar. Lo más seguro es que se asuste y llore más, aparte de que es posible que su frágil anatomía resulte lastimada.

De hecho, en casos graves, podría provocar lo que se conoce como ‘síndrome del bebé sacudido‘. Por eso, es importante tener cuidado. Los abrazos cariñosos y regulares le brindan la paz y la tranquilidad que necesita para calmarse.

6. Negar al bebé recién nacido tus brazos

Los brazos de la madre relajan al bebé recién nacido. Si no tiene la experiencia de relajarse regularmente en los brazos de mamá, difícilmente aprenderá a relajarse y dejarse llevar en la vida.

Además, un bebé recién nacido no puede valerse por sí mismo. Necesita del mayor contacto posible con la madre  para que lo sostenga, lo proteja y le brinde lo que necesita.

De hecho, un estudio publicado en la revista colombiana Psicoanálisis señaló que el amor materno influye sobremanera en el desarrollo cognitivo y emocional del pequeño. 

Así, si no le proporcionas una correcta educación afectiva, es posible que en el futuro desarrolle problemas emocionales. Además de que los abrazos, junto con la lactancia, ayudan a estrechar el vínculo madre e hijo y favorecen la producción de hormonas de la felicidad.

Por otro lado, diversos estudios muestran que los abrazos ayudan a mejorar la autoestima de los niños y promueven su bienestar psicológico. Por lo tanto, no dudes en tener a tu bebé en brazos todo lo que puedas.

Esto no quiere decir que debas hacerlo todo el tiempo, porque es imposible dado que tienes otras cosas que hacer. Simplemente muéstrale tu cariño siempre que te sea posible.

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7. Castigarlo

Por qué no castigar al bebé recién nacido

Una nalgada enseña a un bebé a desconfiar de quien lo cuida y a suprimir sus necesidades. No confiará en sí mismo porque sus impulsos no son importantes, se acostumbrará al dolor y al estrés.

Para criar bebés felices y seguros de que sus necesidades son atendidas, hay que tener paciencia. ¡Es complejo cuidar a un recién nacido! Pero un bebé necesita la paciencia de los adultos que lo cuidan.

Algo muy importante: cuando las personas que más aman a un bebé son capaces de regular las emociones negativas que los azotan, garantizan adultos más empáticos y cooperativos en el futuro.

En este sentido, un estudio publicado en la revista Anales de Psicología realizó un experimento con familias con métodos educativos modernos y tradicionales.

Al final, se concluyó que los bebés de las familias modernas (basadas en el apego) mostraban un desarrollo cognitivo y lingüístico mayor. Esto muestra que castigar no es una forma eficiente de educar al bebé, porque este no entenderá dicho comportamiento, solo le causará estrés y es posible que su crecimiento intelectual sea más lento.

8. Desconfiar de tu instinto

Opiniones habrán muchas, desde lo que han propuesto y comprobado los especialistas hasta las experiencias que te contarán todas las madres de tu entorno. Está bien escuchar las ideas de otros e informarte, pero al final debes tener claro que quién decide eres tú.

Si bien ese círculo de mujeres y madres puede ser un gran apoyo en el inicio de la relación con tu bebé, cuando algo dentro de tu corazón te diga que escojas otro camino, confía en ti.

¿Cómo cuidar a un bebé recién nacido?

La maternidad no es fácil y no existe una fórmula matemática que funcione para todo el mundo. Nadie ha nacido sabiendo ser madre y está bien pedir la ayuda necesaria (a tu madre, amiga, pediatra, etc.), siempre que sigas siendo dueña de tus decisiones y no te dejes llevar.

Los primeros meses de vida puede que sean duros y que haya muchas cosas a tener en cuenta, como las que te hemos contado aquí, pero también te aportarán muchas experiencias hermosas y que recordarás toda la vida por encima de los momentos difíciles. No lo olvides.


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