¿Qué es la demisexualidad?

La demisexualidad es la atracción sexual que está mediada por un vínculo íntimo o emocional. Conoce todo lo que deberías saber sobre ella.
¿Qué es la demisexualidad?
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 21 julio, 2023

El panorama de las identidades de género y orientaciones sexuales que existe en la actualidad es muy variado. Aunque esto permite agrupar aquellas percepciones que no se pueden catalogar entre las etiquetas «convencionales», también es cierto que puede dar lugar a no pocos malentendidos. Hoy resolveremos uno de ellos al exponerte qué es la demisexualidad.

La demisexualidad es un término que no agrupa a solo una definición. En ocasiones se interpreta como un sinónimo de asexualidad, aunque lo cierto es que se refiere a una idea diferente. A continuación te apuntamos sus características, su relación con las orientaciones sexuales y las identidades de género.

Características de la demisexualidad

El término demisexualidad apareció por primera vez en el año 2006 en los foros de la Asexual Visibility and Education Network (AVEN). Se compone del prefijo latino demi, que se sustrae de dimidium, para hacer referencia a algo que está dividido por la mitad (o que se encuentra en la mitad). En este sentido, la traducción del término es a medio camino entre sexual y asexual.

En ocasiones, se utilizan los sinónimos sexualidad gris o asexualidad gris para hacer referencia a la demisexualidad. También se usa solo el término asexual u otros como sapiosexualidad o amor romántico. Sin embargo, quienes se identifican a sí mismos como demisexuales creen que estas etiquetas son incorrectas o no apropiadas para su modo de concebir el sexo.

La demisexualidad es una orientación sexual, no una identidad de género. Se utiliza para describir a las personas que tienen relaciones sexuales solo con quienes han establecido un vínculo emocional sólido. Para matizar aún más esta idea, podemos decir que los demisexuales solo sienten atracción sexual hacia aquellos con quienes tienen una relación emocional cercana.

Por tanto, quien se cataloga como tal no siente ningún tipo de interés hacia aquellos con quien no ha establecido un vínculo emocional. Un extraño en un café o en el metro, por muy atractivo que resulte, no despertará en él emoción o sensación de algún tipo. Lo mismo se aplica a grandes exponentes de la moda, el cine, la televisión o la música que se les considera atractivos.

Para que un demisexual asimile un interés sexual, un apetito sexual e incluso señales que se asocian con la sexualidad, debe mediar siempre una conexión emocional. Sin ella, la experiencia resulta ajena; hasta el punto que se percibe como vacía o inexistente.


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¿En qué se diferencia de otras orientaciones sexuales?

La orientación sexual se define como la capacidad de una persona para sentir atracción erótica o emocional hacia otras personas. Repasemos algunas de ellas:

  • Heterosexualidad: atracción romántica, emocional o sexual hacia personas del sexo opuesto.
  • Homosexualidad: atracción romántica, emocional o sexual hacia personas del mismo sexo.
  • Bisexualidad: atracción romántica, emocional o sexual hacia personas del mismo sexo y del sexo opuesto.
  • Pansexualidad: atracción romántica, emocional o sexual que no está condicionada por el sexo o el género.
  • Asexualidad: poco o ningún interés en tener relaciones sexuales con los demás.

La demisexualidad, por su parte, elimina la etiqueta de atracción sexual hacia un género y la sustituye por la atracción sexual hacia un género solo cuando existe un vínculo emocional. El condicionante principal es la conexión en las emociones, no el género en sí mismo. De hecho, un demisexual puede ser heterosexual, homosexual, bisexual, pansexual o de otras orientaciones.

Aunque es verdad que muchas personas demandan un cierto grado de intimidad o de conexión antes de tener relaciones sexuales, esto no implica que sean demisexuales. Puede existir placer, pensamientos sexuales o atracción sin que exista ese vínculo, solo que por diversos motivos este se prefiere aplazar.

De igual manera, se diferencia de la sapiosexualidad porque esta no implica una conexión emocional con alguien. Un sapiosexual puede sentir atracción sexual hacia una persona inteligente, aun cuando no lo conozca en absoluto (solo conoce sus méritos, por ejemplo). Todo esto permite catalogar a esta orientación en un espectro diferente.


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Mitos sobre la demisexualidad

Al igual que sucede con otros espectros de la orientación sexual, no existe una homogeneidad al momento de hablar de personas demisexuales. Esto es, sujetos que se identifican como tal pueden desarrollar gustos, inclinaciones y formas de manifestar su inclinación de manera diferente a otros. Dicho esto, procedemos a desmitificar algunas ideas erróneas en relación con ellos,

Los demisexuales nunca tienen sexo

En principio, esto es falso. De hecho, y como se advierte en Journal of Sex Research, esta es una de las características que diferencia a la orientación de la asexualidad y la sexualidad gris (graysexuality). La demisexualidad no es incompatible con sentir deseo sexual, placer sexual o disposición personal al sexo; solo que todo ello está condicionado por el vínculo emocional.

De nuevo, existe una amplia variedad entre quienes se perciben como tal. Esto es, hay demisexuales que son muy activos sexualmente luego de conectar en el plano emocional o romántico con alguien. Otros, en cambio, pueden manifestar una inclinación moderada o baja. Lo cierto es que esta es nula o casi nula cuando se retira el componente afectivo, de confianza o interpersonal con respecto a la otra persona.

La demisexualidad es cosa de mujeres

Falso. El paradigma social de que las mujeres solo le dan valor a las emociones y que los hombres solo al sexo impregna aún este tipo de categorías. La asociación resulta paradójica, en principio porque parte de la intención de los movimientos de este tipo es la reestructuración de los paradigmas convencionales.

Tal y como advierte Jodi McAlister (2014), buena parte de la asociación de las mujeres con la demisexualidad viene de las novelas románticas (y, con ello, el cine romántico). La autora denomina «demisexualidad obligatoria» a la tendencia en las novelas de que las mujeres solo sientan atracción sexual o placer luego de enamorarse. Por supuesto, esto tiene un impacto directo en la sociedad.

Dicho esto, el falso que solo las mujeres puedan ser demisexuales. Cualquier persona que se identifique con la definición que se ha dado puede formar parte de la categoría, sin importar su género o su sexo.

Tienen que estar enamoradas para tener sexo

Falso. Hemos señalado que el sexo cobra importancia o protagonismo luego de un vínculo emocional o romántico, pero esto no implica que la persona deba estar enamorada. Por ejemplo, un demisexual puede desarrollar atracción sexual por una amistad cercana; puesto que se trata de alguien que ha roto la barrera de ser un desconocido. La conexión que exista entre ambos no está limitada por el amor.

Los demisexuales sienten vergüenza o pánico a las relaciones sexuales

Otros de los mitos más repetidos es que quienes se catalogan como tal sienten miedo, repudio o pudor hacia el sexo. Aunque ya se ha mencionado el impacto que la sociedad tiene en la manera de asimilar la sexualidad, de forma general una persona demisexual no desarrolla este tipo de emociones o percepciones.

De nuevo, no es que sientan pánico o vergüenza hacia el sexo, sino que en realidad no sienten nada cuando no media un vínculo emocional o de confianza. No se cohíben de practicar el sexo por motivos culturales, religiosos, ideológicos y demás, lo que sucede es que la atracción y el deseo se manifiesta solo cuando hay cierto grado de conexión interpersonal. Las ideas sobre el sexo no se reprimen y no hay experiencias pasadas que hagan temer un encuentro de este tipo.

¿Cómo ha evolucionado el concepto de demisexualidad?

Aunque es verdad que se puede rastrear mucho antes, y como se advierte en The Consummate Virgin, el germen de la demisexualidad empieza durante el siglo XVIII. Por otro lado, si se hace una revisión de los materiales literarios (cuentos y novelas) se encontrará que muchos de los personajes no sienten algún tipo de atracción sexual solo hasta que se conoce de manera íntima a la contraparte.

Desde su surgimiento en 2006, en torno a la demisexualidad se ha creado una amplia comunidad que le ha dado sentido al término. Su bandera se conforma con los colores negro, gris, blanco y púrpura. Los mismos que los de la asexualidad, solo que bajo una disposición diferente.

Dado que un demisexual puede ser bisexual, homosexual, pansexual, queer u otro tipo de identidades del espectro, estos también pueden formar parte de la comunidad LGBT+. Sin embargo, el entendimiento de la preferencia en ocasiones pasa desapercibido.


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