Descubre por qué tus hijos deberían pintar mandalas

Además de favorecer la concentración, los mandalas también pueden ser muy beneficiosos para los niños con necesidades especiales, ya que le ayuda a relajarse.
Descubre por qué tus hijos deberían pintar mandalas
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 25 mayo, 2023

Desde hace algunos años se ha puesto de moda pintar mandalas. Principalmente, porque se trata de una actividad relajante, que ayuda a despejar la mente y a disminuir el estrés. Sin embargo, también ayuda a desarrollar la creatividad y trabajar otras áreas de la mente.

Tanto niños como adultos pueden disfrutar de esta sencilla actividad que, no tiene ninguna norma, más que disfrutar, dejando volar la imaginación y realizando diferentes composiciones de colores.

Como esta actividad se ha incorporado al ámbito escolar como recurso educativo, para potenciar la concentración de los alumnos, a continuación te comentaremos más acerca de las razones por las que tus hijos deberían pintar mandalas.

Pintar mandalas: el arte del círculo

Pintar mandalas: el arte del círculo

Carl Gustav Jung (médico y psicólogo suizo) decía que un mandala (que en sánscrito significa ‘círculo’) nos recuerda esa figura esencial –y trascendental– que representa el equilibrio y la perfección.

También señaló que, para los budistas, el mandala, a través de su forma circular, ayuda a ‘estructurar’ el interior. En líneas generales, entienden que dentro del círculo acontece la fantasía, el movimiento y la magia, y que fuera de él, estaría el caos.

Por ello, pintar mandalas invita a crear, imaginar y encontrar armonía ‘en el desorden’. Esto supone un beneficio para personas de cualquier edad en momentos de estrés o tensión emocional.

Beneficios de pintar mandalas

Pintar mandalas es una actividad que brinda un gran beneficio a nivel madurativo para la salud cerebral de los niños por las siguientes razones:

1. Potencia la coordinación mano-ojo.

2. La ‘pinza inteligente’ de esos dedos permite que mejoren también muchas de esas conexiones cerebrales que los niños de entre 2 y 8 años deben potenciar de forma gradual, pero constante.

3. Por extensión, la actividad facilita la motricidad fina y el aprendizaje de otras actividades como la escritura, así como la forma de manipular diversos objetos, como los zapatos, por ejemplo.

Estrategia para potenciar la concentración

Si a la fascinación natural de los niños por los colores y por el ejercicio de colorear en sí le añadimos el atractivo visual de los mandalas, de inmediato se consigue una combinación idónea para estimular diversos procesos cognitivos.

4. Esto ayuda a que estén más dispuestos a prestar atención en el día a día y, por lo tanto, podrán discriminar mejor los estímulos.

5. Cuando pintan, los niños guardan silencio y se concentran. Sin embargo, existen mandalas de mayor o menor complejidad, y cuanto mayor sea la diversidad, mayores serán los procesos cognitivos que apliquen: atención, flexibilidad, imaginación, etc.

6. Un mandala es una actividad que debe completarse para que pueda brindar beneficios. De hecho, los niños lo saben, y esperarán a terminarlo para poder enseñártelo con orgullo. En cierta forma, pintar mandalas también motiva al niño a esforzarse por completar la actividad y obtener un buen resultado, lo cual es muy positivo en diversos aspectos.

Herramienta lúdica para potenciar conocimientos

7. El niño que pinta mandalas se familiariza con las formas geométricas que se encuentran en los albores del pensamiento abstracto y matemático. De hecho el mandala es un arte milenario que permite llegar a la meditación y la concentración dibujando y coloreando formas geométricas concéntricas. El niño se familiariza con la construcción de polígonos y circunferencias, tangentes, ángulos, simetrías, rotaciones.

Como se afirma en esta investigación, el mandala permitiría abordar la enseñanza de la geometría de una manera diferente, en un “ambiente de aprendizaje que favorece el desarrollo de otros tipos de razonamiento, porque hay una oportunidad de trabajar en Geometría de una manera dinámica que permite nuevos enfoques para nuevos problemas”. 

En efecto, dice María Isabel Troncoso: “A nivel euclidiano, se pueden aplicar nociones de medida como diámetro o radio y el abordaje del concepto de ángulo así como la apropiación de instrumentos geométricos como compás y/o transportador para su construcción”

8. Los mandalas concentran un vocabulario geométrico y matemático que se conjuga con elementos mágicos, propios de culturas sensibilizadas por los colores, las texturas y las formas que componen el universo. Esta experiencia se expresa en palabras novedosas, que resuenan en un pasado prestigioso. Dice Carl Jung:

“Mándala significa círculo, círculo especialmente mágico. Las mándalas se han difundido no solo por todo el Oriente sino que está ampliamente comprobada su existencia también entre nosotros en la Edad Media (…) Este símbolo ha de ser muy antiguo, pues ya Horus se representaba así en Egipto con sus cuatro hijos”

9. Dibujar mandalas potencia el pensamiento abstracto que permite explorar e imaginar el mundo, la realidad externa e interna. La sabiduría que pone al alcance de la mano nos dice que:

Todo es circular, átomo, célula, todo es mándala, todo lo que surge dentro del círculo está a la vez fuera y dentro del «constructor» y «percibidor» que, todo lo ve, oye, huele, toca y lo vuelca en formas y colores, en formas a menudo solo penetrables por el «sí mismo» personal. Pintar mándalas es un viaje hacia el interior profundo y mueve espacios dentro de cada sujeto que los elabora.”

Aliados para niños con necesidades especiales

10. A día de hoy, son muchos los educadores y pedagogos que hacen uso de los mandalas en las aulas de educación especial, como terapia de apoyo. Son un recurso muy útil para ayudar a los niños con síndrome de Down o autismo. Les permite relajarse, controlar los movimientos estereotipados y encontrar un canal de expresión más que fabuloso.

11. Por otro lado, los niños con TDAH (trastorno de déficit de atención con o sin hiperactividad) disfrutan mucho con este ejercicio, porque les permite reforzar el capacidad de logro, a la vez que los relaja y les permite reducir la ansiedad.

Descubre: Cómo desarrollar la inteligencia emocional del niño

¿Es correcto integrar el arte de pintar mandalas a la rutina?

¿Es correcto integrar el arte de pintar mandalas a la rutina?

Pintar mandalas no debe ser una obligación ni una actividad que deba realizarse en un horario determinado. De lo contrario, dejaría de potenciar la creatividad y promover la relajación.

Si bien todo dependerá de cada niño, en general, no es recomendable ponerlos a pintar justo después de los deberes. Es importante que haya una pausa, para que el niño no interprete la actividad como otro deber más.

Por otra parte, hay que tener en cuenta lo que se haya trabajado en clase. Por ejemplo, si el niño pintó mandalas en su clase, no es recomendable que lo vuelva a hacer en casa el mismo día –a menos que así lo quiera– para que no se sature.

Para mantener el interés por la actividad es recomendable variar el diseño de los mandalas. De esta manera, el niño no se aburrirá con facilidad y se sentirá más motivado a completar el coloreado.

Hay que permitirles a los propios niños elegir los mandalas que más les interese colorear. Existen láminas con animales, estrellas, árboles y muchos más, además de los diseños más tradicionales.

Es recomendable procurarles también diseños de mandalas que no sean adecuados para su edad y, poco a poco, ir aumentando la complejidad de los diseños. De este modo, la actividad resultará interesante.

¿Mejor con lápices o rotuladores?

Como comentábamos al principio, no existe ninguna norma a la hora de realizar esta actividad. Ni siquiera en lo que a herramientas se refiere. Todo dependerá de los gustos y los elementos que cada quien tenga disponibles. 

Para concluir, recuerda que en internet puedes encontrar diversos lugares en los que puedes descargar de forma gratuita diversos diseños de mandalas para colorear.


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