Destete del bebé: cómo introducir sus primeros alimentos
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El destete del bebé es el proceso por el cual se le retira la leche materna. Este paso puede darse a diferentes edades, porque depende de cada familia cómo y cuándo iniciarlo. En cualquier caso, debe ser una vivencia paulatina y amorosa.
Está influido por aspectos biológicos, sociales y culturales. La ciencia no ha establecido cómo y cuándo debe hacerse el destete ideal, aunque sí se sabe que la lactancia materna exclusiva es muy necesaria hasta los 6 meses y, según la Organización Mundial de la Salud, no es recomendable superar los 2 años.
Un proceso variable
En la cultura inuit, por ejemplo, se practica la lactancia hasta alrededor de los 7 años. En las culturas occidentales, por otro lado, no son habituales lactancias tan prolongadas. Cuándo y cómo terminar es una decisión que tiene que ver con los aspectos sociales y con cada mamá y su bebé.
Sin embargo, entidades internacionales señalan que la lactancia debería extenderse hasta los 2 años como máximo. Se recomienda, también, que hasta los 6 meses el niño se alimente solo con leche materna, de manera exclusiva, ya que el líquido posee todos los nutrientes necesarios para esa etapa.
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Tipos de destete de un bebé
El destete del bebé puede ser de diferentes tipos. El forzoso es aquel que debe hacerse por causas médicas u otras de fuerza mayor que impidan continuar con la lactancia. Ejemplos de estas son la separación prolongada mamá–bebé o enfermedades infecciosas.
Los destetes voluntarios son a demanda del niño o a demanda de la madre. En el primer caso puede suceder que el niño no quiera seguir tomando teta o que pierda interés en ella de forma paulatina. Por otro lado, en el segundo, la madre decide poner fin a la lactancia por razones personales o laborales.
Se debe tener presente que el bebé puede manifestar disgusto ante el destete si no ha sido su iniciativa. Es un proceso que supone esfuerzo y lo ideal es llevarlo a cabo de manera gradual, con mucha paciencia.
¿Cómo introducir los primeros alimentos sólidos?
Cuándo comenzar a darle alimentos sólidos y cuáles deben ser los primeros es algo que ha variado con el tiempo. En general, los pediatras recomiendan que el bebé comience a ingerir sólidos cuando pueda mantener su cabeza erguida y abra la boca al notar que le acercan comida. Esto ronda entre los 4 y 6 meses.
El bebé que no ha comido sólidos antes puede manifestar dificultades e incluso rechazo a sus primeras comidas. Es aconsejable darle media cucharada por vez, para que le sea más fácil llevar los alimentos de la parte delantera de su boca hacia atrás. Se le pueden dar unas cucharadas de leche materna antes de la comida, para que no le sepa tan raro.
No es bueno obligar al bebé a que coma. Lo importante es intentar cantándole y haciéndole juegos que le ayuden a adquirir de forma gradual el nuevo aprendizaje. Y si no ha comido lo suficiente para alimentarse, se le debe dar una toma de teta o biberón.
Hay dos formas de introducir los primeros alimentos sólidos en la dieta del bebé: la tradicional, que incluye papillas al principio y luego alimentos con otras texturas. Y la autoregulada por el bebé, en la que se les permite coger trozos de comidas con sus manitas, llevarlos a la boca y saborearlos, para adaptarse a la alimentación sólida.
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Consejos para lograr el destete del bebé
El destete del bebé debe ser progresivo. Este proceso de dejar de lado la leche materna como alimento principal no es igual para todos los pequeños. En menores de 12 meses se lleva a cabo reduciendo las tomas en forma paulatina; en cambio, en los mayores de esa edad se tiende a usar el método de la distracción, como hacer juegos o salir de paseo.
Se recomienda evitar el no rotundo. Se le puede decir que tomará la teta al llegar a casa o distraerle con un juguete que llame su atención y le haga olvidar, por un momento, su ansia de mamar. Cuando el bebé ya ha desarrollado algo de capacidad de comprensión, se puede negociar; por ejemplo, solo tomará leche materna antes de dormir.
Es importante tener en cuenta que el destete del bebé no debería comenzar en ciertos momentos cruciales de su vida. Por ejemplo, cuando ha iniciado la guardería, ha pasado por una reciente mudanza o está viviendo la llegada de un hermanito. Tampoco debe hacerse durante las llamadas crisis de crecimiento.
Es importante tener en cuenta que el destete es estresante para el niño. Por ello, dedicarle tiempos de compensación cuando se le suprimen las tomas resulta beneficioso.
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