¿Por qué los dientes son sensibles al dolor?
Este artículo ha sido revisado en profundidad para garantizar que la información presentada sea lo más precisa posible, cumpla con nuestros estándares de calidad, y presente datos respaldados por fuentes confiables, reflejadas en la bibliografía y los enlaces dentro del texto. Más información
Las estructuras dentarias son muy importante para el habla, la masticación de los alimentos y la formación del bolo alimenticio. También lo son a nivel estético. Los dientes, además, son sensibles al dolor, y cuando duelen se afectan todas estas funciones.
Todos hemos tenido alguna vez en la vida dolor en algún diente o muela, lo cual nos ha advertido que algo perjudicial le estaba pasando a la dentadura. Por ello, en este artículo te explicaremos las razones por las cuales los dientes son sensibles al dolor.
Las capas de los dientes y la sensibilidad al dolor
Los dientes tienen tres partes básicas:
- Raíz: es la que se encuentra dentro de la cavidad dentaria. Resulta en la parte no visible del diente, ya que está enterrado en el hueso alveolar. Cuando nos extraen una pieza dentaria, la raíz sería la parte del final.
- Corona: es lo que sobresale del hueso alveolar y es visible.
- Cuello: es lo que une a la raíz y la corona.
Por la base de la raíz hay un agujero por donde entran los vasos y los nervios que nutren a los dientes, formando lo que se llama cavidad pulpar. Esta cavidad pulpar está protegida por una capa de dentina.
La dentina está hecha de una matriz mineral, en concreto de hidroxiapatita de calcio. Esta estructura protege el ingreso de agentes nocivos a los vasos y nervios del diente.
Descubre este artículo: Dientes de leche: todo lo que debes saber
La dentina: capa protectora
La dentina es formada por unas células llamadas odontoblastos, que se ubican entre el exterior y la cavidad pulpar. Tienen unas prolongaciones que se abren paso entre la dentina.
Cuando se produce alguna alteración en el diente que afecta o destruye a la dentina, como por ejemplo las caries, los odontoblastos son capaces de reparar esta dentina, y así la cavidad pulpar no se queda desprotegida.
Pero la dentina no es suficiente para proteger a los dientes. Se necesita una sustancia aún más dura para evitar que el diente se rompa cada vez que mastiquemos o hablemos. Esta sustancia es el esmalte.
El esmalte: la capa más dura
El esmalte es una capa de gran dureza, compuesta enteramente de hidroxiapatita. La dentina también está compuesta por este mineral, pero en menor medida y concentración. Además, posee cavidades hechas por las prolongaciones de los odontoblastos que la hacen menos resistente.
El esmalte es blanco, duro y con una composición de 96 % de hidroxiapatita. El resto, un 4 %, contiene proteínas y agua. Es formado por unas células llamadas ameloblastos que generan esmalte antes de la erupción del diente.
Una vez que el diente sale a la superficie, los ameloblastos se degeneran y el esmalte no se vuelve a regenerar nunca más. Nos quedamos con el mismo esmalte toda la vida, por ello es importante su cuidado.
Quizás te guste: Causas de los dientes manchados
El cemento: capa de anclaje
Alrededor de la raíz del diente, por encima de la dentina, se encuentra el cemento. El cemento es una capa menos dura que el esmalte, ya que solo contiene un 65 % de hidroxiapatita.
El cemento se divide en dos capas. Una de las capas no contiene células y se forma antes de la erupción del diente. Por otro lado, después de la erupción del diente y por las exigencias funcionales, se forma un cemento que sí tiene células llamadas cementocitos, las cuales producen una matriz mineral.
La función principal del cemento es ser anclaje de las fibras del periostio, que es la capa que recubre el hueso alrededor del diente. Digamos que es el pegamento que retiene el diente adherido a la cavidad.
Quizás te guste: Quistes en los dientes
¿Por qué los dientes son sensibles al dolor?
Después de un poco de anatomía de los dientes podemos responder a esta pregunta. Vemos que la dentina tiene en su interior prolongaciones del osteoblasto, es decir, hay una comunicación entre la dentina y la cavidad pulpar, donde encontramos las terminaciones nerviosas.
El esmalte no se regenera, entonces, cuando se desgasta o se destruye por alguna caries, deja de proteger a la dentina que es más susceptible a los factores externos. Las cavidades de la dentina quedan abiertas, y los estímulos externos pueden alcanzar las terminaciones nerviosas, provocando dolor.
Para evitar que esto suceda, hay que tener una buena higiene dental, visitar al odontólogo cada cierto tiempo, y llevar una alimentación saludable. Así conservaremos el esmalte y la dentina quedará protegida.
Te podría interesar...