Cuál es la dieta ideal cuando se sufre de colon irritable

El gluten y los lácteos se evitan con frecuencia, pero cada persona afectada por colon irritable reacciona de forma diferente. Dentro de unas recomendaciones generales, conviene ajustar la dieta de forma individual.
Cuál es la dieta ideal cuando se sufre de colon irritable
Maria Patricia Pinero Corredor

Revisado y aprobado por la nutricionista Maria Patricia Pinero Corredor.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 20 noviembre, 2023

Aunque no existe una sola dieta ideal para el colon irritable, sí que se conocen hábitos alimentarios que son de gran ayuda para las personas afectadas con este problema. Aplicarlos con facilidad resulta de gran importancia, ya que los síntomas digestivos pueden llegar a condicionar el día a día.

Por ende, saber qué alimentos son más convenientes y cuáles es mejor evitar es un motivo de consulta habitual. A continuación, conocemos cuáles son algunas de las pautas más recomendadas y qué papel juega la alimentación en la mejora de la salud.

Qué es el colon irritable y qué papel juega la dieta en su manejo

El síndrome del intestino irritable (SII), o colon irritable, es una condición de salud crónica. Se caracteriza por cambios en el ritmo intestinal (estreñimiento o diarrea) y dolor abdominal. Este problema tiene una prevalencia que va en aumento y puede condicionar el día a día y la calidad de vida de las personas que lo sufren.

Su causa no se ha podido establecer todavía. Tal como apuntan desde el portal de salud de la Clínica Universidad de Navarra, se cree que es una combinación de problemas en la sensibilidad digestiva y en el movimiento intestinal. A su vez, ambos están influenciados por factores psicológicos.

El tratamiento del colon irritable es variable, ya que depende de cuáles sean los síntomas predominantes. Cuando estos son leves, se pueden manejar a través de cambios en el estilo de vida, la alimentación y la gestión del estrés.

Así, una dieta adecuada puede ayudar a mejorar el bienestar y reducir la aparición de síntomas o su intensidad. Si bien no existe un plan alimentario único, se han probado algunos enfoques con éxito y los expertos han podido establecer algunas pautas comunes satisfactorias.



¿Existe una dieta para el síndrome de intestino irritable?

Como acabamos de ver, los hábitos alimentarios pueden ayudar de forma positiva en el manejo del colon irritable. Aunque los alimentos no causan la enfermedad, la ingesta de determinados productos puede facilitar o empeorar la aparición de algunos síntomas.

Asimismo, la eliminación de algunos en una dieta para colon irritable se ha mostrado positiva para disminuir la presencia del dolor, la hinchazón abdominal y la diarrea. Según exponen en la Asociación Española de Gastroenterología (AEG), existen tres tipos de abordajes dietéticos que pueden ser útiles:

  • La alimentación sin gluten.
  • La dieta baja en FODMAP’s.
  • El plan alimentario basado en las recomendaciones dietéticas del National Institute for Health and Care Excelence del Reino Unido.

Todos tienen unas pautas comunes que resumimos a continuación. No obstante, hay que tener claro que no todos los pacientes responden igual. Algunas personas toleran alimentos que a otras les desencadenan síntomas.

Por esta razón, es imprescindible asesorarse con un dietista o nutricionista. Más allá de las características personalizadas de la dieta, es preciso asegurarse que el plan alimentario aporta todos los nutrientes necesarios, pese a la eliminación de grupos de alimentos amplios.

Las características básicas de la alimentación

Las personas que padecen esta condición de salud se deben alimentar de forma variada, saludable y nutritiva. Es recomendable seguir algunas pautas concretas y reducir la presencia de algunos alimentos que pueden desencadenar los síntomas.

1. Incluye alimentos recomendados

La dieta diaria para el colon irritable puede incluir un amplio abanico de alimentos positivos que, en general, no están asociados con la aparición de síntomas:

  • Patata
  • Lácteos sin lactosa y quesos curados
  • Huevos, carne no procesada y pescado
  • Bebidas vegetales: almendra, coco, avena, arroz
  • Arroz blanco, mijo, trigo sarraceno, quinoa blanca
  • Pan y pasta blancos (sin gluten, dependiendo de la persona)
  • Frutas y verduras en cantidades determinadas según la variedad y la tolerancia personal

2. Asegura la ingesta de fibra

La fibra es un compuesto que puede ayudar a regular el tránsito intestinal, sobre todo en aquellas personas cuyo síntoma prevalente es el estreñimiento. La más aconsejable es la fibra soluble, presente en la avena, las frutas y algunas verduras.

Asimismo, se recomienda introducirla poco a poco y sin superar las cantidades diarias recomendadas (media taza). Si se ingiere en exceso o de forma brusca, puede aumentar los gases y la distensión abdominal.

3. Bebe suficiente agua

La hidratación es importante para asegurar el funcionamiento normal del organismo y un correcto tránsito intestinal. Además, es esencial mantener la ingesta de líquidos cuando se padecen episodios de diarrea.

El agua es la bebida de preferencia. En cambio, no se recomiendan los refrescos azucarados y los que contiene gas, así como las bebidas alcohólicas y el café.

4. Evita los alimentos flatulentos

En la dieta para el colon irritable, este tipo de productos pueden exacerbar la aparición de gases, el dolor y las molestias en el intestino. Aunque hay que amoldarse a la tolerancia individual, los alimentos no recomendables si padeces colon irritable son los siguientes:

  • Col
  • Alcachofa
  • Legumbres
  • Brócoli y coliflor
  • Coles de Bruselas

5. Adopta una dieta baja en carbohidratos fermentables (FODMAP’s)

La exclusión de este tipo de hidratos de carbono (conocidos con las siglas FODMAP’s) durante un período determinado permite mejorar muchos de los síntomas que padecen las personas afectadas.

En la práctica, este patrón alimentario se ha usado como terapia de primera aplicación de forma satisfactoria. Así lo apuntan los datos de varios estudios, tal como sugieren Mearin, Peña y Balboa (2014). Los alimentos a reducir son los siguientes:

  • Legumbres
  • Trigo y centeno
  • Productos lácteos (con lactosa)
  • Frutas: manzanas, albaricoques, peras, ciruelas o mango
  • Verduras: repollo, alcachofas, cebollas, ajo, guisantes, coliflor
  • Miel y productos elaborados con jarabe de maíz alto en fructosa
  • Edulcorantes como el manitol, el sorbitol, el xilitol y el maltitol (y todos los productos que los contengan)

Hay que tener en cuenta que este tipo de dieta solo se debe aplicar por un tiempo limitado y siempre bajo la supervisión de un profesional. Tras la mejora, los alimentos se reintroducen de forma paulatina.

6. Reduce o deja de comer gluten

Algunos individuos mejoran con una dieta para el colon irritable libre de gluten. Esto es así, aunque no exista un problema de celiaquía. En este caso, los resultados no son tan concluyentes y es necesario adaptarlo a las necesidades de cada uno.

El gluten es una proteína que se encuentra en el trigo, el centeno y la cebada. Estos granos, y todos sus derivados y elaborados, son los que hay que eliminar o reducir.

7. Disminuye o evitar los ultraprocesados

Por último, en el menú semanal para el colon irritable no conviene introducir procesados de forma habitual. Estos suelen hacerse con una elevada cantidad de grasas poco saludables, azúcar añadido, sal y aditivos.

Su consumo habitual puede perjudicar la salud. En el caso de las personas afectadas con síndrome de intestino irritable, pueden empeorar el tránsito intestinal y el estado de la microbiota.

Para ayudar a integrar todas las pautas aportadas, presentamos un plan semanal de comidas. Este ejemplo de dieta para el colon irritable consta de desayuno, almuerzo y cena. Puede servir como base o inspiración, pero debe adaptarse siempre a cada persona y a las recomendaciones del equipo médico.

Lunes

  • Desayuno: gachas de copos de quinoa y frambuesas (con leche sin lactosa o de almendras).
  • Comida: crema de calabacín, pollo con patata asada y kiwi.
  • Cena: tortilla con champiñones blancos y una tostada de pan de trigo sarraceno. Yogur de coco con un puñado de nueces.

Martes

  • Desayuno: queso fresco sin lactosa con un puñado de nueces de Brasil y fresas.
  • Comida: ensalada de lechuga, zanahoria, maíz y aceitunas. Brochetas de tofu y yogur sin lactosa.
  • Cena: berenjena y boniato asados. Merluza al horno con limón y una naranja.

Miércoles

  • Desayuno: tostada de pan de trigo sarraceno y tortilla.
  • Comida: salteado de pasta sin gluten (preferiblemente de trigo sarraceno) con judías verdes y espinacas. Hamburguesa de ternera y un puñado de fresas.
  • Cena: pepino y endivias con queso parmesano. Yogur sin lactosa con copos de avena y medio plátano.

Jueves

  • Desayuno: batido de leche de almendras y plátano con un puñado de nueces de Brasil.
  • Comida: 1 taza de caldo. Ensalada de arroz con lechuga, aceitunas, sardinas y huevo duro. Una porción de naranja.
  • Cena: pollo guisado con hierbas, patatas y zanahorias. Arándanos y yogur sin lactosa.

Viernes

  • Desayuno: gachas de avena con yogur de coco, nueces y frambuesas.
  • Comida: crema de zanahoria y boniato. Revuelto de huevos con perejil y un kiwi pequeño.
  • Cena: col rizada y calabacín salteados con quinoa. Dados de pavo a la plancha y una porción de yogur sin lactosa.

Sábado

  • Desayuno: copos de quinoa con leche de almendras, plátano y fresas.
  • Almuerzo: guiso de trigo sarraceno con zanahoria y col blanca. Sardinas a la plancha con perejil. Porción de yogur sin lactosa.
  • Cena: tostada con rúcula, queso fresco y nueces. Yogur de coco con papaya como acompañante.

Domingo

  • Desayuno: tostada de trigo sarraceno con queso curado y una naranja.
  • Comida: sopa con fideos de arroz con bacalao fresco y espinacas salteadas.
  • Cena: tortilla de patata con rodajas de berenjena al horno. Un plátano.

Media mañana y merienda

Para los tentempiés se puede elegir entre las siguientes opciones:

  • Un yogur sin lactosa o porción de yogur de coco.
  • Un puñado de nueces de nogal o nueces de Brasil.
  • Una ración de fruta: fresas, arándanos, plátano, papaya, naranja o kiwi.
  • Tostada de pan de trigo sarraceno o copos (de avena, de quinoa, de mijo o de trigo sarraceno).
  • Un vaso de leche sin lactosa o de leche de almendras.


Implementar otras rutinas favorables

Hasta el momento hemos visto qué alimentos conviene introducir y controlar. Asimismo, existen otros hábitos básicos que acompañan la alimentación y que contribuyen en el control de los síntomas y el bienestar:

  • Evita el tabaco.
  • Haz comidas pequeñas y frecuentes.
  • Duerme y descansa las horas adecuadas.
  • Come despacio y en un ambiente tranquilo.
  • Haz ejercicio físico y mantén una vida activa.
  • Implementa técnicas para manejar el estrés y favorece la tranquilidad.
  • Lleva un diario de los alimentos que desencadenan molestias, para poder excluir o reintroducir su ingesta según la tolerancia.

La dieta ideal para el colon irritable siempre debe ser personalizada

Según explican los principales expertos, no existe un patrón alimentario único cuando se sufre este problema de salud. La retirada de algunos alimentos puede ayudar a mejorar la aparición y la severidad del dolor o la diarrea. Los que afectan de forma más común son los que contienen carbohidratos fermentables, lactosa y gluten.

De forma paralela, lo más adecuado es seguir una alimentación variada y saludable; ello de la mano de comidas fáciles de digerir y poco copiosas. No obstante, siempre es aconsejable asesorarse con un nutricionista o dietista. Según la tolerancia de cada individuo y los síntomas que se sufren, se puede obtener un plan personalizado que puede ir cambiando según la evolución de la enfermedad.


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