Dieta y recomendaciones para la espondilitis anquilosante
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La espondilitis anquilosante es una patología que cursa con un proceso de artritis en la zona de la columna vertebral. Se caracteriza por desarrollar inflamación e hinchazón entre las vértebras, generando incapacidad funcional y dolor. Se puede tratar por medio de fármacos, aunque una buena dieta es clave también.
Hay que tener en cuenta que muchos procesos reumáticos e inflamatorios se pueden prevenir mejorando los hábitos de vida. La práctica habitual de ejercicio resulta clave, del mismo modo que el buen descanso y la dieta equilibrada y variada.
¿Por qué es importante la dieta en la espondilitis anquilosante?
Como hemos comentado, la espondilitis anquilosante es una patología que cursa con un proceso inflamatorio y con degeneración de los cartílagos. En todos estos procesos, aportar la cantidad adecuada de ciertos nutrientes es vital para evitar la progresión de los síntomas.
Existen algunos compuestos, como los ácidos grasos de la serie omega 3, que han demostrado su capacidad antiinflamatoria. De acuerdo con un estudio publicado en Nutrition, pueden mejorar la efectividad del tratamiento de las artritis, reduciendo el dolor y la progresión a futuro.
Asimismo, es importante incluir las dosis necesarias de calcio, ya que este mineral garantiza una buena salud ósea y articular, según una investigación publicada en Nutrients. De todos modos, no siempre el calcio se asimila correctamente a nivel intestinal, por lo que es importante asegurar la buena combinación de los alimentos para generar un metabolismo eficiente.
Para saber más: Los efectos del omega 3 en el cerebro
Alimentos recomendados en la espondilitis anquilosante
Te vamos a enseñar qué alimentos pueden ayudar a tratar y prevenir la espondilitis anquilosante. Si los incluyes con regularidad en la dieta y padeces el trastorno, es posible que notes mejoría en las manifestaciones.
Pescados azules
Los pescados azules se caracterizan por su contenido en ácidos grasos omega 3. Estos, como hemos comentado, son capaces de modular y de aliviar los mecanismos inflamatorios, generando así un manejo eficiente del problema. Resultan útiles para prevenir los episodios agudos de dolor.
Cúrcuma
La cúrcuma cuenta con un fitonutriente en su interior, la curcumina, que también es capaz de ejercer un efecto positivo a la hora de controlar la inflamación en el organismo. Según una investigación publicada en Journal of Medicinal Food, la suplementación con extracto de cúrcuma resulta eficaz de cara a ayudar en el tratamiento de todos los procesos que tengan que ver con artritis.
Alimentos picantes
Una de las características de los alimentos picantes, como el chile, es la presencia de un compuesto denominado capsaicina en su interior. Aunque puede ser poco adecuada para estómagos delicados, cuenta con el poder de reducir la inflamación en el organismo y modular el dolor.
Se utiliza de forma tópica por medio de cremas, pero su ingesta es también recomendable contra la espondilitis anquilosante.
Alimentos no recomendados en la espondilitis anquilosante
Del mismo modo que existen productos y nutrientes que pueden ayudar a aliviar los síntomas, hay otros que ejercerán el efecto contrario. Esta lista te servirá de guía para elaborar un plan nutricional al respecto.
Dulces
Las cantidades elevadas de azúcares simples pueden ejercer un efecto inflamatorio, a partir del aumento de las glucemias sanguíneas y, por ende, de la demanda de trabajo a nivel pancreático.
El consumo de dichos ingredientes contribuye a incrementar la sensación de dolor y de rigidez, por lo que se debe evitar en la medida de lo posible.
Embutidos
Los embutidos suelen contener aditivos en su interior. Aunque muchos de estos han demostrado niveles de seguridad a mediano plazo, lo cierto es que pueden generar un incremento de la inflamación. Por este motivo han de ser evitados, tanto en la dieta regular de una persona sana como en la alimentación de quien sufre espondilitis anquilosante.
Ultraprocesados
En general, todos los alimentos ultraprocesados industriales han de ser suprimidos de la dieta. Cuentan con ácidos grasos de tipo trans en su composición.
Estos se relacionan con un peor estado de salud y con el incremento de los mecanismos inflamatorios en el organismo. Por este motivo, pueden incrementar la sensación de dolor.
Alcohol
La ingesta de alcohol incrementa la carga de trabajo a nivel hepático, ya que este órgano tendrá que encargarse de su metabolismo para eliminarlo luego. Esto genera un aumento de la inflamación general, lo que puede resultar contraproducente en los procesos de espondilitis anquilosante y en otras artritis.
Cuida la dieta y los hábitos para mejorar la espondilitis anquilosante
Como has podido comprobar, mejorar los hábitos dietéticos resulta clave para evitar la progresión de la enfermedad. Se recomienda aumentar el consumo de alimentos frescos, como los vegetales y los pescados, reduciendo así la presencia de ultraprocesados de origen industrial.
Asimismo, evitar el alcohol y promocionar la práctica de ejercicio físico de forma habitual mantiene la funcionalidad del cuerpo. Además, es óptimo descansar adecuadamente por las noches, ya que en este momento se reparan los tejidos dañados.
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