¿En qué consiste la dieta sostenible?
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¿Has oído hablar de la dieta sostenible? La contaminación ambiental es uno de los procesos que más preocupan a nivel global. Las emisiones de gases y de productos de desecho a la atmósfera podrían condicionar la supervivencia de los humanos como especie en las próximas décadas. Por este motivo, se están poniendo una serie de medidas en marcha. Algunas de ellas son de tipo dietético.
Te vamos a contar en qué consiste este modelo de alimentación que va más allá del concepto de salud. Además de garantizar el correcto funcionamiento del organismo, se preocupa por la procedencia de los alimentos y por el impacto medioambiental de su producción. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo.
La dieta sostenible: un modelo de alimentación respetuoso
La dieta sostenible, tal y como afirma un artículo publicado en la revista The Proceedings of the Nutrition Society, tiene como uno de sus principales objetivos reducir la huella ecológica del ser humano en el planeta. Esto es emplear una menor cantidad de energía y de productos químicos para la ganadería y la agricultura.
Además, defiende la compra de los alimentos autóctonos, disminuyendo así los gastos de combustible derivados del transporte internacional. Respetando una serie de directrices muy básicas, se pueden reducir las emisiones de gases a la atmósfera de manera considerable.
Por otra parte, este modelo dietético prioriza el consumo de productos de origen vegetal, ya que su tasa de renovación es superior a los alimentos procedentes de los animales. El impacto sobre las cadenas de alimentación de la naturaleza será menor y, de este modo, se evitará también la desaparición de especies, condicionada al sobreconsumo y a la sobreexplotación de los recursos.
Sostenible y saludable
De todos modos, no pienses que la dieta sostenible solo se preocupa por el medio ambiente. La pauta dietética que propone resulta también beneficiosa para la salud.
De hecho, el consumo de frutas y de verduras en abundancia se asocia con un mejor funcionamiento del metabolismo. Una revisión de estudios publicada en el año 2017 relacionó de forma positiva la ingesta de productos vegetales con una reducción en el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Dicha condición se debe, entre otras cosas, al aporte de flavonoides de las frutas y de las verduras. Los flavonoides son compuestos antioxidantes y antiinflamatorios que se encuentran en la naturaleza en proporciones pequeñas.
A menudo, los flavonoides son pigmentos que se encargan de aportarle color a los alimentos. Son capaces, según una investigación recogida en la revista Journal of Medicinal Food, de disminuir el riesgo de desarrollar patologías neurológicas, como el mal de Parkinson.
Para saber más: ¿Cómo afecta el verano a la salud cardiovascular?
Menos procesados con la dieta sostenible
Como hemos visto, la dieta sostenible defiende el consumo de productos locales, con un grado de procesamiento industrial escaso. Esto restringe la ingesta de todos aquellos alimentos que han sido sometidos a largos refinamientos, lo que implica una necesidad energética elevada.
Dichos ultraprocesados son, además, responsables del desarrollo de muchas patologías complejas. Un ejemplo es la diabetes. Esta enfermedad, de carácter endémico, se asocia al aporte dietético regular de alimentos dulces ricos en azúcares añadidos. Existe una revisión sistemática del año 2017 que evidencia que la presencia de estos alimentos de manera habitual en la dieta condiciona la salud metabólica.
No solo el metabolismo se verá beneficiado con este cambio de tendencia en lo que a alimentación se refiere. El sistema cardiovascular también. Ya hemos comentado que la ingesta de vegetales reduce el riesgo de problemas cardíacos.
La restricción de ultraprocesados también es capaz de ejercer dicho efecto. Los expertos aseguran que los alimentos ricos en grasas trans son los principales responsables de la inflamación sistémica causante de la aterosclerosis, con repercusiones negativas sobre la circulación sanguínea.
Lee también: 5 consecuencias del exceso de ultraprocesados
La dieta sostenible mejora la economía local
Por último, pero no por ello menos importante, hemos de destacar que el modelo de la dieta sostenible resulta beneficioso para la economía local. El hecho de consumir productos de la zona incrementa la renta de los pequeños productores.
De este modo, se reduce la presencia de las multinacionales en el sector primario, muchas veces responsables de unas condiciones de trabajo y unos salarios abusivos. La dieta sostenible no solo mejora la salud y respeta el medio ambiente, sino que también es capaz de ayudar a los trabajadores de la ganadería y de la agricultura.
Adhiérete a este modelo saludable, respetuoso y sostenible
Ahora que ya conoces en qué consiste la dieta sostenible y cuáles son sus ventajas, puedes tomar de ella algunos consejos. No solo es buena para la salud, sino que respeta el medio ambiente y los derechos de muchos trabajadores.
Implementar este modelo de alimentación contribuirá a evitar desigualdades y a impedir la extinción de especies de animales. Por si todo esto fuese poco, se reduce el riesgo de desarrollar patologías complejas asociadas a una alimentación poco saludable.
La próxima vez que vayas a comprar, opta por acudir a una tienda local en lugar de a una gran cadena comercial. Además, comprueba las etiquetas de los alimentos para obtener más información acerca del método de producción de los mismos. Incrementa el consumo de vegetales locales y ecológicos.
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