Diferencias entre querer y amar

Todos sabemos que querer y amar no son lo mismo, pero a veces no sabemos definir por qué. Hoy reflexionamos sobre ambas ideas para aclararlas.
Diferencias entre querer y amar
Elena Sanz

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz.

Última actualización: 24 mayo, 2023

Aunque son sentimientos que todos hemos experimentado alguna vez, muchas personas no encuentran diferencias entre querer y amar. En parte, esto se debe a la banalización que ha hecho nuestra sociedad acerca de lo que es el amor. En la práctica son dos conceptos diferentes, los cuales además condicionan la manera en que te relacionas con tu círculo íntimo.

Podemos definir ambas experiencias desde una perspectiva idealista, pero esto no haría más que complicar el asunto. Por tanto, lo haremos teniendo como referencia la realidad. En definitiva, y desde ya adelantamos la conclusión, ambas son parte de una misma etapa; solo que una antecede a la otra. Veámoslo con mayor detalle en las próximas reflexiones.

¿Cuáles son las diferencias entre querer y amar?

Las diferencias entre querer y amar son múltiples
La mayoría de los expertos apuntan a que no se puede amar a una persona sin haberla querido en el pasado, y por lo tanto son términos íntimamente relacionados.

“Te quiero” o “Te amo” son sentencias que usamos con frecuencia en nuestro día a día. Lo hacemos con nuestros amigos, familiares, pareja e incluso con nuestras mascotas. A veces no reparamos en su distinción, pero esto no implica que en la práctica sean sentimientos diferentes.


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Querer es un sentimiento que siempre antecede a la experiencia del amor. Es, si se quiere, una estado primigenio del amor. ¿Qué es lo que hace que querer algo (o alguien) evolucione a amar algo (o alguien)? En términos muy simples, el grado de intimidad, interacción y apego que medie entre ambos.



En la mayoría de los casos esa intimidad, interacción y apego se logra con el paso del tiempo. De esta manera, pasas de querer a amar gracias a que ha transcurrido un tiempo prudencial para la madurez de ese sentimiento. Imagina que querer es la emoción en su estado embrionario, mientras que amar lo es cuando está desarrollada.

Lo anterior no es una reflexión fortuita. Un estudio publicado en Motivation and Emotion en 2020 encontró que el grado de apego que una pareja siente hacia otra es lo que determina el amor romántico. Además del apego, algunos expertos añaden también otros componentes como la intimidad y el cariño. Salvando muchos detalles podemos afirmar lo siguiente:

  • Querer: implica desear algo (o alguien). Es un sentimiento asociado a emociones intensas, siempre ligadas a la posesión. Por lo general, estas las desarrollas ante cierto grado de interacción o intimidad. Dado que cuenta con grados diferentes, puede ser tanto una experiencia frugal como duradera.
  • Amar: implica estar ligado hacia algo (o alguien). Se asocia con emociones muy potentes, todas estas orientadas a la preservación de ese amor. Desarrollas el sentimiento luego de que alcanzas un nivel mayor de intimidad. Es una experiencia permanente, una que siempre te marca de una u otra manera.

Reflexiones acerca de las diferencias entre querer y amar

Aunque ya hemos establecido las diferencias entre querer y amar, de seguro las explicaciones presentadas han sido insuficientes para ti. Procederemos a ampliarlas a través de reflexiones un poco más profundas.

Querer implica necesitar a alguien, amar no

Ya hemos expuesto que querer está intrínsecamente ligado al deseo. El deseo, la mayoría de las veces, surge de una necesidad. Por tanto, podemos decir que querer algo (o querer a alguien) implica que se necesita ese algo (o alguien) en la vida. Es por esto que puedes querer tu trabajo, tus amigos o a tu pareja (los necesitas o los deseas en ese momento).

Amar se aleja de estas ideas, e incluso implica negarlas. Después de todo, la idea de necesitar o de desear implica que, frente a su ausencia, se será infeliz. Cuando amas a alguien esto no ocurre, ya que, como veremos más adelante, has alcanzado una madurez de las emociones agitadas que con frecuencia acompañan al acto de querer.

Para amar requieres tiempo, para querer no siempre

Como ya te hemos hablado en nuestro artículo sobre las etapas de una relación de pareja, la intimidad que sientes hacia alguien atraviesa por varias fases. Esto también sucede con los sentimientos que le profieres. El amor está en la cima, de manera que es natural que solo llegues a él luego de que ha mediado un tiempo prudencial entre ambos.

El tiempo no es un condicionante menor. Implica más experiencias, momentos, emociones y vivencias compartidas. Es por esto que llegas a amar solo a quienes forman parte de tu círculo íntimo: tu familia y tus amigos de muchos años, por ejemplo. Querer no implica esto, ya que puedes empezar a hacerlo luego de unas semanas o meses de relación.

Amar demanda una gran madurez emocional, querer no

Las diferencias entre querer y amar son básicas
El amor es una fuente de felicidad constante, por lo que para alcanzar ese estado de conexión con una persona es lógico que se requiera cierta madurez emocional.

Todos recuerdan la frase de El Principito en la que este discute con la rosa acerca del amor. Transcribimos aquí solo una parte de esta larga conversación:

“Si quiero a alguien tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, entonces sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras motivaciones, pues todos somos muy diferentes”

“Amar es desear lo mejor para el otro, aun cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aun cuando tu camino sea diferente al mío… Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento”

El amor no será causa de sufrimiento debido a que se ha alcanzado una gran madurez emocional. Al querer no se ha reflexionado en ello, de manera que las emociones están en un estado desorganizado. Debido a ello puedes desarrollar celos patológicos, dependencia y sufrimiento.

Amar se asocia a proyectos de vida en común, querer no siempre

Estos proyectos de vida en común porque, tal y como ya hemos establecido, amar es estar ligado hacia algo. Dado que compartes un proyecto de vida en común con tu familia (entre muchas otras cosas), la amas. No siempre existe este condicionante al querer, así que puedes sentir esto hacia personas que no comparten algún vínculo estrecho contigo.

Esto es algo que podemos observar mejor en el ejemplo de una relación de pareja. Cuando se empiezan a asumir compromisos serios en la relación, en general es debido a que ha transcurrido un tiempo prudencial, a que se han organizado las emociones, se ha superado el deseo obsesivo y se ha empezado a forjar un proyecto de vida en común. En definitiva, porque se ha empezado a amar.

Con esta última reflexión esperamos que hayas entendido las verdaderas diferencias entre querer y amar. Puede que no compartas algunas de ellas, ya que tu experiencia puede indicar lo contrario. Aun así, meditar sobre estas ideas te permitirá concebir un concepto diferente de lo que es el amor.


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  • Paquette, V., Rapaport, M., St-Louis, A. C., & Vallerand, R. J. Why are you passionately in love? Attachment styles as determinants of romantic passion and conflict resolution strategies. Motivation and Emotion. 2020; 1-19.
  • Rubin, Z. Lovers and other strangers: The development of intimacy in encounters and relationships: Experimental studies of self-disclosure between strangers at bus stops and in airport departure lounges can provide clues about the development of intimate relationships. American Scientist. 1974; 62(2): 182-190.

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