La proctitis es una inflamación del revestimiento del recto, un tubo de tipo muscular que se encuentra en la parte…
¿En qué consiste el trastorno de acumulación?
El trastorno de acumulación afecta de forma severa a la vida de las personas, sobre todo porque a menudo conduce al aislamiento social y a condiciones precarias en el hogar.

El trastorno de acumulación es un desorden psiquiátrico que se caracteriza porque el afectado conserva objetos sin control y de forma caótica. Se estima que entre un 2 % y un 6 % de la población mundial sufre esta patología.
El principal problema es que su capacidad para funcionar de modo normalizado se ve alterada, siendo frecuentes el aislamiento social y los riesgos en el hogar. Además, es habitual que estas personas no sean conscientes de su conducta y se sientan incomprendidas por los demás.
A continuación te contamos en qué consiste este trastorno, así como cuáles son sus síntomas, sus posibles causas y el sistema de diagnóstico empleado.
¿Qué es el trastorno de acumulación?
En sentido estricto, el trastorno de acumulación es un desorden psiquiátrico que se manifiesta por una incapacidad para deshacerse de las posesiones. Se trata de una dificultad persistente para separarse de cualquier clase de pertenencias.
El afectado tiene la idea de que debe guardar todos sus objetos. Además, aunque estas cosas no cuenten con un valor real, la persona experimenta una angustia intensa ante la posibilidad de dejar de tenerlas. El almacenamiento se produce porque los ‘acumuladores’:
- Piensan que los objetos que conservan les serán útiles en el futuro.
- Consideran a esos elementos como recuerdos de tiempos felices o que les permiten evocar a personas o situaciones amadas.
- Experimentan un sentimiento de mayor seguridad al estar rodeados de todas esas cosas.
- Temen, de forma irracional, estar causando desperdicios si se desprenden de lo guardado.
Estamos ante un problema mental que varía de leve a grave, dándose circunstancias en las que la acumulación de objetos no altera de forma significativa la vida.
Sin embargo, en otros casos la situación alcanza riesgos considerables, tales como la atracción de plagas, la repercusión sobre las relaciones sociales o el peligro de provocar un incendio.
Quizá te interese: Consejos para no acumular ropa en el armario
Síntomas
Lo usual es que los primeros síntomas del trastorno de acumulación se presenten en la adolescencia. A menudo se trata de una conducta privada que, en principio, ni siquiera es notoria. No obstante, de manera gradual se va haciendo más intensa y evidente, siendo estos sus principales síntomas:
- Adquisición excesiva de objetos que no se precisan y para los cuales no hay espacio en la vivienda.
- Resistencia persistente para deshacerse de tales elementos, pese a que estos no tengan un valor objetivo.
- Profunda necesidad de guardar todo lo que se adquiere y sentimiento de angustia ante la posibilidad de desprenderse de lo guardado.
- Transformación de las habitaciones y los lugares de paso en zonas intransitables e inhabitables. El hogar se convierte en una especie de almacén.
- Las dificultades para planificar o tomar decisiones también son habituales.
Posibles causas
Aunque el trastorno de acumulación es más frecuente en las personas adultas que en las jóvenes, no se ha identificado una causa exacta que explique su desarrollo.
En la actualidad la investigación se dirige hacia los factores genéticos y los eventos estresantes como posibles orígenes o correlatos de este problema.
Por ejemplo, un estudio dirigido por científicos de la Universidad de California (Estados Unidos) destaca la influencia que los antecedentes familiares pueden tener en la manifestación de esta patología.
Ahora bien, los mismos autores hablan asimismo sobre el papel que juegan otras posibles variables ambientales, tales como las experiencias traumáticas (abuso, negligencia, etc.).
Diagnóstico del trastorno de acumulación
El diagnóstico se realiza sobre todo a través de una entrevista con el paciente. Esta técnica permite evaluar si están presentes los criterios de la enfermedad, indagando en la cantidad y calidad de objetos guardados y la dificultad para deshacerse de ellos.
La primera opción pasa por hablar con el propio paciente. Cuando esto no es posible, la alternativa es acudir a los familiares y conocidos para que aporten información. A menudo el ‘acumulador’ no reconoce que tenga un problema, por lo que el testimonio de otras personas cercanas suele ser crucial.
Es importante descartar la presencia de otras patologías que provoquen síntomas similares a los del trastorno de acumulación. Entre ellas, conviene considerar las lesiones cerebrales, los trastornos del espectro autista y algunas formas de demencia, ya que representan condiciones que se asocian a signos clínicos parecidos.
Descubre: Tipos de demencia que no son Alzheimer
El conocimiento del trastorno de acumulación
Como otras afecciones mentales, este trastorno cuenta con sus peculiares características.
En la medida en que dispongamos de información precisa sobre el mismo, podremos detectar con más facilidad algunas de sus señales y ayudar a la persona afectada.
Con todo, el diagnóstico precoz es una herramienta poderosa en situaciones como estas, por lo que sensibilizar a la población también resulta clave para actuar a tiempo e iniciar intervenciones efectivas.
Graduada en periodismo de la Fundación de Educación Superior INPAHU de Bogotá. Estudios de Licenciatura en Ciencias Sociales, en la Universidad Distrital “Francisco José de Caldas” de Bogotá. Autora de los libros “Un duro – Aproximaciones a la vida” y “Un río de mil brazos”. Co-autora de los libros “Humor cautivo”, “Inventario de asombros”, “Impresos comunitarios” y “Seis historias para ser contadas”, entre otros. Ganadora de la beca en periodismo cultural, Ministerio de Cultura de Colombia (1999). Ganadora de los premios de periodismo Semana-Petrobras (2011) y Entrégate a Colombia-Servientrega (2012). Ganadora de las Pasantías Nacionales en Literatura del Ministerio de Cultura (2009 y 2018). Ganadora en el concurso de crónica “Ciudad de Bogotá” (2014). Mención de honor en el Concurso Nacional de Crónica y Testimonio, Universidad Central (2017) y en el Premio Nacional de libros de crónica (2010). Ganadora de la convocatoria “Leer es mi cuento” (2011), entre otros.