Enfermedad de Buerger: causas, síntomas y tratamientos

La enfermedad de Buerger puede provocar dolor en las extremidades, fenómeno de Raynaud e incluso conllevar una amputación. Te explicamos en qué consiste.
Enfermedad de Buerger: causas, síntomas y tratamientos
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 09 julio, 2023

La enfermedad de Buerger es una patología poco frecuente que también recibe el nombre de tromboangeítis obliterante. Consiste en la inflamación de ciertos vasos sanguíneos, como las arterias y venas de mediano y pequeño calibre.

En la gran mayoría de los casos está asociada al tabaquismo. No se conoce muy bien cuál es su causa directa, pero se ha visto que es más frecuente en ciertas zonas geográficas. Por ejemplo, en países mediterráneos o del sudeste asiático.

El problema es que la enfermedad de Buerger puede tener consecuencias muy graves. Una de ellas es que sea necesario amputar un miembro. Por eso, en este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre ella y cómo evitarla.

¿Qué es la enfermedad de Buerger?

La enfermedad de Buerger es una patología que afecta a los vasos sanguíneos. También recibe el nombre de tromboangeítis obliterante. Esto se debe a que provoca la inflamación de los vasos sanguíneos, los que se obstruyen debido a la presencia de trombos.

Según explica un estudio publicado en Actas Dermo-Sifiliográficas, la mayor parte de los afectados son hombres jóvenes fumadores. Parece que se produce por un mecanismo autoinmune que se desencadena por la acción del tabaco.

Aunque es una enfermedad poco frecuente se ha visto que la mayoría de los casos se producen en países mediterráneos y asiáticos. Lo que ocurre es que, cuando los vasos sanguíneos se bloquean, los tejidos dejan de recibir sangre oxigenada.

Por eso, se acaban dañando y se produce necrosis. Las partes más afectadas suelen ser las manos y los pies. Sin embargo, a medida que avanza la enfermedad esto se puede extender a brazos y piernas. La muerte de los tejidos se asocia a un riesgo muy alto de amputación.

¿Cuáles son los síntomas?

Los síntomas que aparecen en la enfermedad de Buerger derivan de la afectación de los vasos sanguíneos. Al dañarse tanto venas como arterias de mediano y pequeño calibre, es usual que las primeras manifestaciones aparezcan en las extremidades.

Según explican los especialistas de la Clínica Mayo, uno de los síntomas es la claudicación. Consiste en un dolor en los pies, las manos, los brazos o las piernas que aparece cuando se utilizan durante un tiempo dichas extremidades. Suele desaparecer en reposo. Por ejemplo, es frecuente que se presente en los gemelos al caminar.

La falta de riego sanguíneo acaba provocando daño en la piel. Es posible que aparezcan úlceras o zonas necróticas. Incluso se pueden atrofiar las uñas.

Otra de las manifestaciones típicas es el fenómeno de Raynaud. Es una situación en la que los dedos de las manos o de los pies palidecen, debido a la interrupción de flujo sanguíneo tras ciertos desencadenantes. Puede ocurrir por frío o estrés. También al fumar.

Muchas personas sienten hormigueo o entumecimiento en las extremidades. Las venas más superficiales sufren episodios de inflamación, lo que se denomina tromboflebitis superficial.

Tabaco: la principal causa

Tabaco y enfermedad de Buerger.
El tabaco está fuertemente asociado a esta patología. Diversos mecanismos explican el resultado final.

La enfermedad de Buerger, como hemos explicado a lo largo del artículo, está asociada al consumo de tabaco. Puede producirse tanto al fumarlo como al mascarlo. Sin embargo, la causa exacta se desconoce. Parece que es una reacción del sistema inmune frente al tabaco mismo.

Un estudio realizado por la Academia Española de Dermatología y Venerología explica que, al parecer, puede existir cierta predisposición genética. Esto explicaría por qué solo un pequeño porcentaje de las personas fumadoras desarrolla la enfermedad.

Además, como se ha visto que su prevalencia es mayor en ciertos países (Asia y el Mediterráneo), también se apoya esta teoría. La enfermedad de Buerger es más frecuente en personas con el haplotipo HLA-A9.

Factores de riesgo

El factor de riesgo más importante, por lo tanto, es el tabaco. No es necesario que sea fumado. Además, cuanta más cantidad se consuma, mayor probabilidad hay de padecer esta patología.

Del mismo modo, el sexo podría influir, ya que es más frecuente en hombres que en mujeres. No obstante, esto podría ser porque, hasta hace relativamente poco, los hombres fumaban más que las mujeres. La mayoría de los casos se detectan en personas jóvenes, menores de 45 años.

Diagnóstico de la enfermedad de Buerger

Según afirma un estudio publicado en Medicina Integral, el diagnóstico de la enfermedad de Buerger es clínico. Cuando aparecen los síntomas mencionados en un paciente joven, fumador y sin otros factores de riesgo, es fundamental comenzar a sospechar.

También es importante descartar otras enfermedades autoinmunes o que exista alguna causa concreta de embolias. No obstante, existen una serie de pruebas que pueden ayudar a confirmar el diagnóstico. El análisis de sangre es básico. Con él se pueden descartar algunas patologías, como la esclerodermia o los trastornos de la coagulación.

La angiografía es otra de las pruebas que resulta de gran utilidad. Permite comprobar el estado de las venas y arterias que se sospeche que estén afectadas. La prueba de Allen es un testeo mediante el que se observa cómo es el flujo sanguíneo arterial de la mano.

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¿Cómo se trata?

Al no conocerse la causa exacta de la enfermedad de Buerger, tampoco se ha encontrado un tratamiento ideal para ella. Lo único que se sabe a ciencia cierta es que es fundamental dejar de fumar.

Además, se suelen administrar tratamientos anticoagulantes. Por ejemplo, aspirina, heparina y acenocumarol. Estos dos últimos están indicados cuando existe una trombosis venosa o arterial.

Los fármacos antagonistas del calcio también pueden ser útiles. Por otra parte, algunos médicos recomiendan realizar una simpatectomía. Es una cirugía que consiste en eliminar ciertos nervios del sistema nervioso simpático para evitar la vasoconstricción.

Sin embargo, cuando el flujo sanguíneo permanece interrumpido durante mucho tiempo y se dañan los tejidos es valorable la amputación. Puede ser que afecte a un solo dedo o que haya que eliminar la mano o el pie completos.

La amputación es el desenlace más dramático de este trastorno. Se indica cuando hay necrosis de los tejidos.

Posibles complicaciones de la enfermedad de Buerger

Una de las complicaciones más graves de esta enfermedad, como acabamos de ver en el apartado anterior, es la amputación de un miembro. Esto suele ser necesario cuando los tejidos de manos o pies mueren y se produce una gangrena.

La gangrena consiste en que un tejido muere debido a la falta de irrigación sanguínea o por una infección bacteriana grave. Los síntomas suelen incluir la coloración negra o azulada de la piel, un olor desagradable y pérdida de sensibilidad en esa parte.

La amputación es necesaria porque, si no se realiza, la infección se puede extender al resto del organismo. Según qué parte haya sido amputada, la funcionalidad y la independencia de esa persona se verán perjudicadas.

La enfermedad de Buerger es casi siempre prevenible

Lo cierto es que no se conoce la causa exacta de esta enfermedad. Sin embargo, sí se sabe que el principal detonante es el tabaco. Ya sea fumado o mascado, es el mayor factor de riesgo.

Además, el tabaco es perjudicial para muchos otros aspectos de la salud. Está relacionado con multitud de cánceres, como el de pulmón o de labio. Por eso es fundamental evitar fumar o dejarlo cuanto antes.

Es normal que, cuando se llevan años consumiendo tabaco, resulte complejo abandonarlo. Sin embargo, en la actualidad existen muchos métodos y formas de ayuda para dar este paso. Por ejemplo, medicamentos y terapias psicológicas. Trata de pedir asistencia con un médico para hacerlo.


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