Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
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La mayoría de los casos de sinusitis son leves y se pueden tratar con medicamentos básicos. Pese a esto, es una condición que causa dolor, dificultades para respirar y otras molestias.
La sinusitis es una condición que se origina cuando se inflaman los tejidos que recubren los senos paranasales. De acuerdo con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, cada año resultan afectados unos 30 millones de estadounidenses por esta enfermedad.
La mayor parte de las veces está relacionada con infecciones virales; sin embargo, también puede estar causada por hongos, bacterias, alergias, obstrucción de los senos paranasales, entre otros. Asimismo, en función de su causa, la afección puede ser de carácter agudo o crónico.
Sin embargo, gran parte de los casos mejoran en cuestión de una o dos semanas, inclusive sin un tratamiento. Además, si la enfermedad se origina por la desviación del tabique o la presencia de pólipos, es posible mejorarla con una intervención quirúrgica.
La sinusitis es la inflamación de los senos paranasales. Estos últimos son dos pequeños espacios huecos por los que pasa el aire que circula entre los huesos de la nariz. Están divididos en senos frontales, senos etmoidales, senos esfenoidales y senos maxilares.
Si todo es normal, el aire se desplaza sin problema a través de estas cavidades. En cambio, cuando sufren algún tipo de inflamación, surgen dificultades para respirar y otras molestias, como un dolor que a veces puede llegar a ser muy intenso.
Existen muchos factores que pueden incidir en su aparición; no obstante, a menudo se origina por una acumulación excesiva de moco, infecciones virales y bacterianas y alergias. Por otro lado, en función de su duración, la sinusitis se clasifica de la siguiente forma:
La sinusitis se produce cuando las aberturas paranasales sufren una obstrucción o acumulan demasiado moco. A menudo, esto se debe a un proceso inflamatorio desencadenado por la presencia de virus y bacterias en el sistema respiratorio.
Cuando esto ocurre, las membranas mucosas se hinchan y los líquidos presentes en los senos paranasales no se pueden drenar con normalidad. En consecuencia, el moco se vuelve más espeso, adquiere un color verde amarillento y dificulta la respiración.
De igual forma, la rinitis alérgica, los pólipos nasales, la desviación del tabique o tener un sistema inmunitario debilitado aumenta el riesgo de padecerlo. También es posible que se dé por la afectación de los cilios, es decir, los vellos ubicados en las aberturas paranasales.
Todas las personas pueden desarrollar sinusitis; no obstante, hay algunas condiciones de salud y factores de riesgo que elevan las posibilidades de tener este problema, incluso de manera recurrente. Los más comunes abarcan los siguientes:
Los síntomas de la sinusitis son variados y suelen ser similares a los que causan otras enfermedades respiratorias. No obstante, estos pueden tener distintos niveles de severidad y duración de acuerdo al tipo de sinusitis que se desarrolle (aguda, subaguda o crónica). Los más frecuentes son los siguientes:
Las complicaciones a causa de la sinusitis no son tan frecuentes. Sin embargo, es primordial tener mucho cuidado, ya que cuando se presentan pueden resultar muy peligrosas para el paciente. Pueden abarcar:
Para hacer el diagnóstico de sinusitis, el médico empieza por hacer un examen físico inspeccionando los senos paranasales. El profesional proyecta una luz sobre esa zona, en busca de pólipos o signos de inflamación. También es frecuente que se aplique presión sobre el área para verificar si hay dolor o no. La presencia de dolor sugiere que hay sinusitis.
Luego, para confirmar la afección, el médico ordena alguna o varias de las siguientes pruebas clínicas: rinoscopia, tomografía computarizada o resonancia magnética. Las radiografías difícilmente arrojan un resultado fiable. Otros exámenes complementarios son los mencionados a continuación:
En muchos casos no es necesario utilizar un tratamiento específico para la sinusitis, ya que la enfermedad mejora por sí sola en cuestión de días. Sin embargo, existen varias maneras de abordarlo para controlar los incómodos síntomas que ocasiona.
Los tratamientos no farmacológicos se utilizan, en la mayoría de los casos, para calmar de manera temporal la sintomatología de la sinusitis. En particular, pueden ayudar a mitigar la congestión, el dolor de cabeza y la producción excesiva de moco. Incluyen lo siguiente:
El tratamiento farmacológico para la sinusitis suele aconsejarse cuando los síntomas no mejoran con los cuidados básicos en casa. Asimismo, pueden ser necesarios si la sinusitis tiene su origen en una enfermedad subyacente como los resfriados. Abarca las siguientes opciones:
Aunque los antibióticos hacen parte del tratamiento farmacológico, es importante mencionarlos de manera especial. Su uso no está indicado en todos los casos, pues no todas las infecciones sinusales tienen su origen en una infección bacteriana. Además, muchos casos mejoran sin tener que recurrir a estos.
De todos modos, si la sinusitis es persistente o no responde a otros tratamientos, el médico puede sugerir el uso de ciertos antibióticos. Los mismos deben tomarse en la dosis y tiempo aconsejados por el profesional, pues en caso contrario pueden surgir recaídas y empeoramiento de los síntomas.
Los casos que no mejoran con ninguno de los tratamientos mencionados pueden requerir una cirugía. Este procedimiento puede controlar la infección sinusal crónica al limpiar los senos paranasales, reparar un tabique desviado o extirpar pólipos.
Cuando se interviene de manera oportuna y adecuada, la sinusitis tiene un pronóstico muy favorable. La mayor parte de las veces se puede controlar con cuidados básicos en casa y tratamiento médico. Ahora bien, si los síntomas no mejoran o son recurrentes, el médico debe determinar su causa para proceder a elegir otros tratamientos como la cirugía.
Aunque es poco frecuente, una infección sinusal puede conducir a complicaciones como los abscesos, meningitis, celulitis orbitel y osteomielitis. Por lo anterior, si la enfermedad es recurrente o severa, el paciente debe informar cuanto antes al médico.
Es importante tener en cuenta que la sinusitis suele derivarse de otros problemas respiratorios como la gripe, el resfriado y las reacciones alérgicas; por lo anterior, la mejor manera de prevenirlo es tratar de reducir la exposición a agentes patógenos y alérgenos. Para ello resulta conveniente aplicar las siguientes recomendaciones:
La sinusitis puede presentarse con diversos síntomas en cada paciente; sin embargo, en general dificulta la respiración y causa tensión o molestias en la cabeza. Si bien no suele ser grave, es conveniente darle un tratamiento para acelerar su alivio y reducir el riesgo de complicaciones.
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