7 errores en la mañana que pueden arruinar tu rutina
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¿Iniciar con buen pie o levantarse por el lado izquierdo de la cama? Dos expresiones que resumen lo importante que es el momento de despertar. Sin embargo, puedes estar cometiendo errores en la mañana que arruinen tu rutina.
Los momentos iniciales determinan, en gran medida, cómo será el resto de la jornada. Las actividades matutinas son más importantes de lo que piensas. Por ello, para poder cumplir con la agenda pautada es vital establecer objetivos.
En el presente artículo revisaremos 7 errores en la mañana que puedes estar cometiendo y que arruinan tu rutina. Por supuesto, hablaremos también de lo que debes hacer para evitarlos, cambiándolos por actividades más productivas.
Errores en la mañana que debes evitar
Las mañanas, a menudo, resultan difíciles. La mayoría se levanta con el tiempo contado para comenzar la jornada de estudio o de trabajo.
Según sea el desarrollo de las diversas actividades, las primeras horas del día se pueden constituir en un precedente positivo o negativo. Todo depende de que evites cometer algunos errores en la mañana que pueden arruinar tu rutina.
1. Aplazar o pausar la alarma
Cierto que cuando la alarma suena todavía queremos seguir soñando. Pero puede ser fatal presionar el botón de silenciar para que suene después y así dormir un poco más. El mayor peligro con posponer la alarma es que esos 5 minutos se conviertan en media hora y hasta más.
2. Permanecer en la cama
Después que nos despertamos y abrimos los ojos, el siguiente paso debería ser levantarse de inmediato. Pero otro de los errores en la mañana es que permanecemos en la cama dando vueltas, sintiendo lo cálido de las sábanas.
Allí nos estiramos, escuchamos el trinar de las aves, tomamos el teléfono o el control remoto de la tele. Así van pasando los minutos, postergando el momento en que salimos. Algunos hasta empiezan a trabajar en la cama.
3. Pensamientos y estados de ánimo negativos
Según diversos estudios, la falta de sueño puede estar asociada con sensación de estrés, fatiga y depresión. Cuando no dormimos bien, en las mañanas podemos tener pensamientos negativos. Es posible que no te guste tu trabajo, el profesor con el que tienes clases ese día. Tal vez hay un examen y no estudiaste.
Sin embargo, si al despertar te enfocas en lo que no te agrada, lo siguiente que puede suceder es que no quieras salir ni vestirte, ni comer. O no te darás mucha prisa en hacer todo lo que necesitas.
4. Apresurarse
Por curioso o paradójico que parezca, apurarse mucho en las mañanas no siempre ayuda. Y es que estar ansioso y desesperado puede conducir a resultados catastróficos. Podemos tener accidentes y contratiempos si realizamos todo apurados: derribar un florero, quemarnos con la sartén o la plancha, dejar caer el móvil.
También habrá mañanas en las que experimentes cierta ansiedad al despertar y pienses que es tarde, que debes salir y necesitas acelerar el paso. Pero del apuro, lo que queda es el cansancio.
A la larga, convertir en un hábito el andar con prisas trae consecuencias. Tu mente no se relaja el resto del día, estás en un estado de exaltación constante y comienzas a sufrir estrés.
5. Saltarse el desayuno
Por más prisa que tengas, no debes olvidar que el desayuno es una comida importante. No solo lo dicen las madres, sino que también los estudios al respecto lo avalan.
El desayuno te da la energía que necesitas para enfrentar el resto del día. Pero si lo pospones o saltas, es posible que no encuentres tiempo después para ello. Y eso te va a traer problemas de diversa índole, incluyendo afecciones de salud.
Toma el tiempo para tu desayuno y trata de que sea saludable; que incluya fruta, algunos carbohidratos y proteínas. No solo de café vive el hombre.
6. Procrastinación
La procrastinación es la práctica o costumbre de dejar todo para después, postergando tareas que no se terminan llevando a cabo, pero que pueden resultar importantes.
En tal sentido, debemos aprender a distinguir las actividades necesarias de las indispensables. Llamar por teléfono a nuestras madres o parejas es importante. Sin embargo, al hacerlo estaremos dejando de lado otras acciones, como una ducha o desayunar.
Pero el problema no es solo procrastinar en las mañanas. Puede suceder que el día anterior no quisiste planchar la ropa que ibas a usar y lo dejaste para la hora de despertar, cuando tienes más pendientes. Si de paso te levantaste tarde, ya estás empezando a tener un día complicado.
En relación con este punto, uno de los errores en la mañana más comunes es despertar con el móvil en la mano, revisando el correo o las redes sociales. De seguro algo importante estaremos dejando por fuera.
Según un estudio, las personas pasan más de 11 horas al día interactuando a través de diversos dispositivos. Y parte de este tiempo es al empezar el día, afectando definitivamente las rutinas.
Si bien algunos aseguran que pueden prepararse el café mientas ven el móvil, esto es un gran riesgo. Con el teléfono ocupando las manos pueden ocurrir accidentes domésticos y, en el menos grave de los casos, tendremos que perder tiempo limpiando algún desastre.
7. Rutina demasiado larga o complicada
No se debe prolongar demasiado la rutina matutina; tanto que no dé tiempo para completarla, afectando el resto del día. Luego estaremos apurados, estresados o molestos por haber dejado algo a medias.
Por tanto, hay que concentrarse en lo esencial. Mantener las mañanas simples ayuda a evitar fatiga y el agotamiento de tener que tomar tantas decisiones en tan corto tiempo.
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Cómo evitar errores en la mañana
Ya vimos cuáles son los errores que puedes cometer y que afectan tu rutina. Es hora de invertir la ecuación y convertir el problema en objetivo.
1. Programar
La falta de una rutina en la mañana puede hacer que todo tu día se desorganice y no puedas hacer lo que tienes previsto. El inicio de tu jornada no debe quedar al azar. Por tanto, es importante tener una rutina y lo ideal es que te ayude a evitar cometer todos esos errores.
2. La noche anterior
La rutina de la mañana comienza la noche anterior. Planifica tu día, en la medida de lo posible, dejando espacio para las contingencias imprevistas.
Haz en la noche todo lo que puedas para optimizar el tiempo al levantarte. Piensa en la ropa que vas a usar y en lo que vas a desayunar.
Por último, acuéstate temprano. Mientras más tarde duermes, más difícil será despertar a la hora.
3. Levantarse temprano
Es posible que te estén faltando algunos minutos en las mañanas y por eso se te complican las cosas. En ese caso, ajusta la alarma. Tal vez lo que necesitas son 15 minutos extra para poder hacer todo.
Haz de esto un hábito, incluso los fines de semana. Así no te resultará tan traumático el lunes, cuando vuelves al trabajo. Pero recuerda que levantarse temprano no es lo mismo que despertar temprano.
4. Combatiendo el mal ánimo
Dentro de tu rutina de las mañanas tienes que encontrar un espacio para hacer algo que te alegre y te motive, para trabajar por lo que quieres. Escuchar tu canción favorita, mirar un video motivador o asomarte a la ventana, tomar un café, meditar, hacer algo de yoga o ejercicios.
Tal vez no siempre encuentras agradable tu trabajo, pero entonces, mejor enfócate en lo positivo. Por ejemplo, piensa qué vas a hacer con lo que ahorres.
5. Enfócate en lo relevante
Ciertas actividades son relevantes, pero tal vez no caben en tan poco tiempo. Ejercitar, pasear al perro o regar las plantas son tareas que puedes hacer al volver a casa. Hay que simplificar y acortar.
Recuerda que hacer varias tareas al mismo tiempo es la mejor manera de no hacer ninguna. Tómalo todo con calma. Trata de ir un paso a la vez. Incluso, así evitas los riesgos que entraña solapar actividades.
Sigue leyendo: 6 tips para despertarnos con energía y buen humor cada mañana.
Importancia de evitar errores en las mañanas para una rutina productiva
Nunca tendremos un día perfecto en el que todo salga según lo previsto. Sin embargo, podemos reducir al mínimo los contratiempos, evitando incurrir en ciertos errores.
Si tienes buenos hábitos en las mañanas, eres proactivo y anticipas problemas antes de que se presenten, tendrás un mejor desempeño y una jornada más productiva.
Comenzar el día sin cuestionarnos lo que hacemos, concentrándonos en cada tarea, es una forma de evitar que nos desgastemos. Recuerda que solo podemos controlar ciertas variables que están a nuestro alcance. Una de ellas es la actitud.
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