En esta casa damos abrazos y decimos "lo siento"
Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña
La casa, el hogar, constituye el primer lugar en el que se forja la personalidad de cada uno. Cuando se busca construir vínculos felices y significativos, la esencia se encuentra en el respeto, la reciprocidad y la inteligencia emocional.
Virginia Woolf explicó en uno de sus diarios personales que una casa es como una casa es como una fortaleza. Una vez que se cierran puertas y ventanas, nadie sabe lo que acontece en ese interior. Esta imagen puede ocasionar una mezcla de tranquilidad e inquietud.
Para lograr el objetivo de promover esos vínculos, es necesario fortalecer a la par un tipo de energía saludable e intuitiva donde el amor sea el auténtico protagonista en los hogares.
En esta casa nos respetamos y nos cuidamos
Existen muchos y muy diversos estilos de familias. Por lo que un hogar puede estar conformado por varios tipos de vínculos. En primer lugar, cabría mencionar el de la pareja, seguido del de los hijos. Así como el de los hermanos y, en ocasiones,puede estar presente el de generaciones más mayores como es el caso de los abuelos.
A veces no resulta nada fácil armonizar todas estas dinámicas, intereses y necesidades personales. Es necesario tener paciencia, empatía, comprensión con los otros para poder llegar a forjar vínculos fuertes. La convivencia es complicada, pero siempre es posible sobrellevar los problemas cuando se pone como base el amor.
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Aquí se aceptan todas las opiniones
Algo que siempre resulta muy complicado en el seno de una familia es que se respeten todas y cada una de las opiniones, pensamientos y decisiones.
En el momento en que alguien desea imponer sus valores, se deja de respetar la diversidad de criterios y preferencias que puede existir. Lo cual puede conllevar graves consecuencias. La intolerancia, sobre todo aquella que es ejercida sobre los seres queridos, es uno de los problemas más graves de la sociedad actual.
La casa respetuosa es aquella en la que, por encima de todo, se respeta la reciprocidad. Es aquella donde se atienden todas las opiniones y donde existe libertad a la hora hablar.
No es necesario que todos los miembros estén de acuerdo en todo. Basta con que exista escucha, respeto y, ante todo, confianza.
En esta casa todos contamos y todos nos cuidamos
En una familia no deben existir diferencias entre unas personas y otras. Todos deben contar por igual, sean quienes sean y piensen lo que piensen. No hay que hacer distinciones a la hora de educar tanto a hijas como hijos, y debemos evitar caer, por ejemplo, en el error de presentar estereotipos de género.
Asimismo, un error que en ocasiones se comete cuando hay varios hermanos es el de hacer distinciones según la edad. Se tiende a exigir responsabilidad al mayor y se presenta cierta permisividad hacia el pequeño. No es lo adecuado. El nivel de exigencia y permisividad debe ser equitativo.
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En nuestro hogar todos decimos lo que sentimos
En una casa feliz existe no solo libertad de expresión y un adecuado respeto por todos los miembros de esa familia. También debe promoverse un adecuado desahogo emocional y una buena asertividad. Ahí donde todos podamos decir lo que nos molesta cuando nos moleste.
Hay familias donde nunca existen momentos propicios para hablar. A veces, no hablamos los unos con los otros no solo por la falta de tiempo sino, más bien, por la clara sensación de que vamos a ser constantemente juzgados por nuestras palabras o comportamientos. Este tipo de “vetos” invisibles consiguen que, con el paso del tiempo, nuestros hijos, por ejemplo, elijan quedarse en sus habitaciones.
En una casa respetuosa, los miembros deben sentirse cómodos para hablar de sus emociones.Lo Es muy importante que las personas puedan mostrar cercanía emocional, expresando sus preocupaciones y pensamientos.
La mejor casa no es aquella donde existen muchos lujos, habitaciones amplias y bonitos jardines. El mejor hogar es aquel donde vive la felicidad y el respeto por todos sus miembros, sin importar que sea una casa en un árbol, una caravana o un pequeño piso de unos pocos metros cuadrados.
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