Estomatitis: tipos, causas y tratamientos
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La boca es un área del cuerpo muy sensible que cumple con funciones importantes en el día a día de cualquier persona. La misma cuenta con una inervación sensitiva abundante, por lo que las enfermedades de la cavidad pueden ser muy incómodas. Una de las enfermedades más frecuentes es la estomatitis, conoce más sobre ella a continuación.
Estomatitis es un término empleado para referirse a la inflamación de la mucosa oral, cuyo principal síntoma suele ser la presencia de aftas. Dicha inflamación puede aparecer en cualquier parte de la boca como la lengua, las mejillas o la encías. La misma puede ser muy incómoda y limitar la realización de actividades diarias como comer, hablar o tragar.
La inflamación de la mucosa es un efecto secundario muy común de la quimioterapia y radioterapia realizada en la cabeza o el cuello según estudios. Sin embargo, la misma también se encuentra asociada a diversas patologías como infecciones locales, agentes irritantes, reacciones alérgicas o estrés.
Tipos de estomatitis
La patología en cuestión puede afectar la mucosa oral en cualquier región, tanto en el interior de la boca como en los labios. Dependiendo del tejido afectado esta patología puede llamarse de diferentes formas, por ejemplo la gingivitis vendría siendo la inflamación de las encías, mientras que la glositis hace referencia a la inflamación de la lengua.
En busca de simplificar un poco la clasificación de la enfermedad, los especialistas decidieron dividirla en tres grandes grupos. Todo dependerá de la región afectada y de las características de las lesiones, siendo posible encontrar los siguientes tipos de estomatitis:
Estomatitis aftosa
La misma se caracteriza por la presencia de úlceras blancas o amarillentas en el interior de los labios, las mejillas o las encías. En términos generales, la estomatitis aftosa aparece en el interior de la boca, pudiendo no tener explicación aparente. Las lesiones pueden ser únicas o múltiples y desaparecen a los pocos días.
Esta patología puede reaparecer al cabo de un tiempo sin ninguna explicación, por lo que se puede conocer como estomatitis aftosa recurrente. La misma es la enfermedad ulcerativa oral más frecuente frecuente de acuerdo con diversas investigaciones, pudiendo afectar hasta el 25 % de la población estadounidense.
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Estomatitis herpética
La estomatitis herpética también se conoce como herpes labial, por lo que las aftas suelen ubicarse en el exterior de la cavidad oral, específicamente en los labios y se puede extender alrededor de los mismos. La misma se debe al virus del herpes simple (VHS) y es muy contagiosa cuando las lesiones están presentes.
Las ulceraciones o aftas producidas adquieren nuevas características ya que son pequeñas, múltiples, dolorosas y pueden contener líquido purulento. Las mismas suelen desaparecer entre los 5 y 7 días, aunque es posible que reaparezcan cuando el sistema inmunitario no funcione de forma adecuada.
Estomatitis o queilitis angular
En este caso, el área afectada es la comisura de la boca, justo donde se encuentran ambos labios y forman un ángulo, de allí el nombre de queilitis angular. La misma puede afectar uno o ambos lados y se caracteriza por la aparición de manchas rojas e inflamadas que pueden llegar a sangrar si se abre mucho la boca.
Síntomas relacionados
Uno de los principales síntomas de esta inflamación es la presencia de aftas o úlceras orales, las cuales pueden ser únicas o múltiples y sus características variarán dependiendo del tipo de estomatitis. Las mismas suelen tener una capa amarillenta o blanca y están rodeadas de una zona color rojo intenso en la mayoría de los casos.
La clínica puede variar de persona a persona y dependerá de la gravedad de la situación. En este sentido, los pacientes pueden presentar alguno de los siguientes síntomas:
- Molestias al hablar, comer o tragar.
- Dolor en cualquier zona de la mucosa oral.
- Sensación de ardor en la boca.
- Manchas rojas en el paladar.
- Enrojecimiento de la zona afectada.
Causas y factores de riesgo
Existen muchas causas y factores de riesgo asociados a la inflamación de la mucosa oral, por lo que es imposible establecer una causa específica. De hecho, en muchos casos la estomatitis aparece producto de las interacción de múltiples factores entre los cuales destacan los siguientes:
- Traumatismos orales producidos por mordeduras o aparatos de ortodoncia.
- Tener la boca seca en exceso por patologías como la xerostomía.
- Déficits nutricionales.
- Infecciones por hongos, bacterias o virus.
- Hábitos como mascar tabaco o fumar.
- El tratamiento de radioterapia y quimioterapia para el cáncer.
- Otras enfermedades como el lupus y la enfermedad de Crohn.
- Situaciones de estrés.
- Tener el sistema inmunitario deprimido.
La inflamación puede deberse a reacciones alérgicas o por productos irritantes. En este caso, la patología pasa a llamarse estomatitis de contacto, la cual afecta hasta al 10 % de la población según la revista Clinics in Dermatology. Algunos productos dentales y alimentos son los principales causantes.
Examen de diagnóstico
El diagnóstico de la estomatitis se realiza en la mayoría de los casos a través de la inspección de las lesiones. Un médico especializado puede hacer un diagnóstico preciso con tan solo observar las aftas, por lo que es importante la máxima colaboración del paciente.
Por otro lado, el especialista también deberá de realizar un interrogatorio con la finalidad de hallar la posible causa de la enfermedad. En este sentido es posible que pregunte acerca del consumo de ciertos medicamentos, la actividad sexual, el hábito tabáquico y el estilo de vida en general.
Los análisis de laboratorio son necesarios cuando la enfermedad no responde al tratamiento habitual o cuando se sospecha de la presencia de infecciones por hongos, virus o bacterias. En estos casos pueden ser necesarios los hisopados, las biopsias y los análisis de sangre para determinar al agente causal.
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Tratamientos disponibles para la estomatitis
La estomatitis puede aparecer producto de múltiples factores, por lo que su tratamiento dependerá de la causa específica. Cuando se trata de alguna infección es necesario eliminar al agente etiológico, mientras que cuando es producto de una patología de base se debe controlar la misma antes de tratar las úlceras.
Por otro lado, la estomatitis puede ser idiopática, es decir, que no posee una causa conocida. En estos casos, el tratamiento de las aftas estará orientado en aliviar los síntomas, ya que las mismas desaparecen por sí solas al cabo de unos días. Por lo que es posible que indiquen los siguientes fármacos de forma tópica:
- Corticoides: este grupo de medicamentos está indicado para aliviar la inflamación en la mucosa, por lo que pueden ayudar con la sensación de ardor. Además, los mismos disminuirán la molestia a la hora de hablar o masticar alimentos.
- Antibióticos de amplio espectro: esto ayudará a eliminar todas las bacterias presentes en la lesión, favoreciendo así a la cicatrización de la úlcera.
- Anestésicos: uno de los síntomas más molestos de la patología es el dolor en las lesiones, por lo que un anestésico local con lidocaína generará un alivio inmediato y una mejora del estado general.
Prevención y recomendaciones
Esta patología tiende a reaparecer al cabo de un tiempo en la mayoría de los casos, sin embargo, existen ciertos consejos que las personas pueden seguir para su prevención. La mayoría de estas recomendaciones están orientadas a mantener una higiene bucal adecuada y a eliminar los factores de riesgo.
Entre las principales medidas de prevención para la reaparición de estomatitis destacan las siguientes:
- Ajustar los aparatos de ortodoncia de forma adecuada.
- Cepillarse los dientes todos los días y usar enjuague bucal.
- Beber abundante agua en el día.
- Evitar fumar y masticar tabaco.
- Mantener una dieta sana y balanceada.
- Visitar al odontólogo al menos cada 6 meses.
- Utilizar un cepillo de dientes con cerdas suaves.
Una enfermedad incómoda con múltiples causas
La inflamación de la mucosa oral o estomatitis es una patología que puede dificultar la realización de ciertas actividades por el gran dolor y la incomodidad que genera. La misma no suele tener una causa específica y se debe a la interacción de diversos factores entre sí que favorecen a la aparición de las úlceras.
Por fortuna, su tratamiento es muy sencillo y solo es necesario eliminar los factores de riesgo en la mayoría de los casos. Además, existen diversos medicamentos tópicos que alivian los síntomas mientras ocurre la cicatrización. No obstante, siempre es importante mantener un control médico adecuado para evitar la reincidencia.
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