Familias modernas: tipos y características
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Cuando hacemos el ejercicio de mirar algunas fotos de nuestros antepasados, nos sorprendemos de lo que vemos. Y hasta podemos constatar con rapidez que las familias modernas no son iguales a las de antaño.
Desde la vestimenta, los roles, la cantidad de hijos y los tipos de trabajos, todo parece haber cambiado. Si bien esta unidad básica de la sociedad se transformó por completo, continúa siendo un ámbito de socialización y desarrollo por excelencia. Veamos, entonces, cómo son las familias modernas y cuáles son sus características.
Cada familia es un mundo
Antes es preciso aclarar que tenemos que ampliar nuestra mirada sobre las familias. Solemos tener una idea cristalizada y tradicional sobre ella y su funcionamiento. Sin embargo, a partir de los cambios históricos y sociales, hoy existen múltiples modos de ser y hacer familia.
Por supuesto, este grupo social también está influido por factores externos, como la sociedad a la que pertenece, la cultura, lo que acontece en los diferentes espacios con los que se vincula (trabajo, club deportivo, escuela). También por el estilo de crianza que aplica y el tipo de educación que implementan los adultos referentes.
De modo que las familias se caracterizan por una estabilidad. Pero también por cambio y movimiento.
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Las familias modernas y sus características
Algunas de las características de las familias modernas son las siguientes.
Gran diversidad
El modelo tradicional de familia ya no es el de mamá, papá e hijos. Ahora existen las familias monoparentales, las ensambladas, las de padres homosexuales que adoptan hijos, las que deciden no tenerlos, aquellas que inician tratamientos de reproducción asistida, entre otras.
También existen las familias adoptivas y las de acogida. Es decir, hay nuevas configuraciones que superan a la única forma que se conocía o que era validada por la mayoría.
Menos distancia entre las generaciones
Los progenitores y sus hijos e hijas ya no mantienen esa distancia que existía antes, cuando había ciertos temas de los que no se podía hablar. Hoy en día, la mapaternidad trata de vivirse con mayor apertura y cercanía.
Lo que importa es el vínculo
En las familias modernas, el lazo sanguíneo es secundario. Es decir, frente a una situación más generalizada de separaciones y de familias ensambladas, hay miembros que se agregan y conforman un nuevo grupo. Por eso, a lo que se le da importancia es al afecto, a aquello que se comparte.
Incluso es muy frecuente que se formen familias de amigos. En especial en aquellos casos de migraciones, en los que la familia nuclear se encuentra a gran distancia.
Suelen ser menos numerosas
Las condiciones sociohistóricas actuales (presión económica, incorporación de la mujer al mercado laboral, control de la natalidad con métodos anticonceptivos, postergación de la maternidad, búsqueda de nuevas experiencias), han llevado a que las parejas decidan tener hijos de manera más tardía.
Esto también impacta en la cantidad de hijos que se tienen. Por lo cual, es habitual que encontremos unidades familiares con una menor cantidad de miembros.
Tendencia hacia la corresponsabilidad
Si bien aún existen los roles y los estereotipos de género, según los cuales las mujeres son las principales protagonistas de los trabajos de cuidado y la responsabilidad de lo que acontece en el ámbito doméstico, la situación se transforma.
Esto quiere decir que hoy nos encontramos con el desafío de consolidar una tendencia a distribuir de manera más equitativa las tareas del hogar y la crianza de los niños. Sin embargo, es cierto que hace algunos años, para algunas generaciones era impensado que un padre cambiara pañales o se ocupara de preparar el bolso para un paseo con su hijo.
Mayor presencia de la tecnología
La presencia de tecnología en la familia tiene sus ventajas y desventajas. Por un lado, sirve para mantenerlas conectadas, sobre todo aquellas que se encuentran separadas por la distancia.
Sin embargo, también es cierto que muchas veces irrumpe en la dinámica familiar de manera tan fuerte, que bloquea conversaciones y eclipsa la interacción entre sus miembros.
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Roles y funciones son lo importante
Podemos concluir diciendo que existen diferentes tipos de familias, cada una con su propia historia, idiosincrasia y cultura. No se trata de establecer si en la familia hay dos papás o si se conforma el grupo por una madre y su hijo. Lo que importa es que la familia pueda cumplir con funciones esenciales:
- Nutrición.
- Educación.
- Apoyo y contención afectiva.
- Acompañamiento a sus miembros en el desarrollo.
Por ello es clave comprender cuál y cómo es ese complejo tejido vincular. Solo de esta manera podremos estar al lado, entendiendo el balance entre la singularidad y la complejidad.
Es muy importante educar a los niños en la valoración de la diversidad. Que sean capaces de comprender y aceptar que todos provenimos de grupos humanos con hábitos y costumbres diferentes, igualmente valiosos.
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