Aspectos legales de los traspasos en el fútbol

Los traspasos en el fútbol manejan cantidades desorbitadas de dinero, sobre todo cuando se refieren a jugadores de los principales clubs. Es imprescindible regular estos traspasos desde el punto de vista legal.
Aspectos legales de los traspasos en el fútbol

Última actualización: 09 noviembre, 2023

Mientras se siguen manejando negociaciones millonarias, crece la demanda social por mayor transparencia en los traspasos en el fútbol. Y el ‘va y viene’ de jugadores entre clubes europeos bajo cantidades cada vez más exorbitantes ya no puede ser ignorado por las autoridades judiciales de la Unión Europea.

Las presiones de la ciudadanía —y también de la Justicia— han situado a la FIFA en una especie de callejón sin salida. Desde hace algunos años, la institución se ve obligada a repensar sus parámetros de licitud y reformular sus normativas para controlar mejor estos tipos de contratos y reafirmar su compromiso con la lucha contra la corrupción en el ámbito deportivo.

Irregularidades en los traspasos en el fútbol: los TPOs

Un importante marco de esta ‘nueva era de las negociaciones en el fútbol’ ha ocurrido cuando la FIFA ha decidido prohibir los fondos comunes de inversión externa, que suelen llamarse TPOs (por su nombre en inglés Third Party Ownership).

A continuación, y en España, la RFEF también ha modificado su Código Disciplinario y Reglamento General para ratificar esta iniciativa; se trata de adaptar la normativa deportiva a las directrices internacionales. Esta prohibición no afecta a los deportistas que, a la fecha de publicación de la nueva normativa, ya contaban con intereses económicos en dichos fondos.

Además, hay que recordar que la Liga de Fútbol Profesional —LFP— y la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea han rechazado la decisión de la FIFA. Según ellos, la prohibición de los TPOs sería perjudicial para los jugadores y los clubes de fútbol.    

Hasta el año 2015, los movimientos de los TPOs estaban perfectamente habilitados y se consideraban lícitos en el universo futbolístico. Sin embargo, cuando las denuncias se difundieron en los medios de comunicación, muchas negociaciones ‘habituales’ en el fútbol han quedado bajo la lupa de la Justicia.

La fiscalidad deportiva es un aspecto que todo deportista debería conocer.

Por otro lado, algunos casos emblemáticos y muy conocidos públicamente han ido encendiendo las alarmas para las maniobras ilícitas en los traspasos en el fútbol. Estas acciones solían ‘encubrir’ delitos contra la Hacienda, evasión a paraísos fiscales y blanqueo de capitales, entre otras irregularidades.

¿Sería el principio de legalidad la solución?

Los escándalos en torno a los traspasos en el fútbol han despertado nuevamente una antigua discusión. Se trata de entender si sería posible y eficaz aplicar el principio de legalidad en el fútbol para evitar que los contratos se conviertan en suelo fértil para fraudes y delitos de corrupción.

El principio de legalidad, conocido también como primacía de la ley, determina que el ejercicio del poder público siempre debe orientarse y gestionarse desde y por la legislación vigente y su jurisprudencia. De esta forma, sus autoridades y representantes deben actuar conforme la ley, y no para favorecer la voluntad de un grupo de individuos.

Ahora bien, ¿podríamos aplicar el principio de legalidad para guiar los traspasos en el fútbol? El problema es que el deporte tradicionalmente se ha gestionado en una esfera jurídica y administrativa muy particular; se han seguido normativas propias respecto a las competencias y los límites de acción de sus diferentes actores.

Con todo ello, las operaciones financieras del universo futbolístico responden mucho más directamente al reglamento de la FIFA y de la RFEF que a la propia legislación española o las normativas aprobadas en la UE. Por supuesto, se supone que los reglamentos de la FIFA jamás podrían aprobar cualquier conducta o procedimiento que infrinja la ley.

El problema de las brechas y el favorecimiento de delitos

En la práctica, un problema frecuente es que estas ‘brechas’ en los reglamentos deportivos pueden favorecer que se produzcan delitos claramente condenados por la legislación, ya sea directamente o por inercia. Por ejemplo, por la falta de un texto que evidencie la prohibición de ciertas prácticas (como en el caso de los TPOs).

Casualmente, estas lagunas normativas suelen favorecer a determinadas empresas y sociedades que obtienen lucros millonarios con los traspasos en el fútbol. Por todo ello, es normal que muchos se pregunten si en el rechazo al principio de legalidad en el deporte no se trata precisamente de resguardar los intereses económicos de determinados grupos.

En caso de que sea así, estos intereses económicos serían el obstáculo que nos impide evolucionar hacia un deporte y un fútbol más igualitario y transparente. La pregunta es: ¿hasta cuándo?


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