Recorremos la historia del Old Trafford en Manchester
El Teatro de los sueños es uno de los estadios más conocidos del mundo. Con más de 100 años de vida, el Old Trafford en Manchester ha sido testigo de muchos eventos destacados, entre ellos partidos finales y hasta Juegos Olímpicos. En este artículo, te contaremos todo lo que debes saber sobre este mítico recinto.
Inicios del Old Trafford
El Old Trafford es la casa del Manchester United, equipo antes llamado Newton Heath, que en sus inicios jugaba en un campo bastante precario en Bank Street. En 1909, luego de rebautizar al equipo como lo conocemos ahora, el presidente donó fondos para construir un estadio.
Sin embargo, por supuesto, el presupuesto no era abultado, por lo cual el terreno elegido se ubicaba en Warwick Road, en el distrito de Old Trafford. El diseño del estadio estuvo a cargo de un arquitecto escocés llamado Archibald Leitch y, originalmente, estuvo planeado para 100 000 espectadores, asientos en la tribuna sur —cubierta— y tres tribunas como terrazas.
A medida que el proyecto avanzaba, los gastos aumentaban y se debió reducir el aforo. No obstante, eso no fue suficiente y también debieron pedir subvención al ferrocarril de Cheshire, que tenía un depósito adyacente a la construcción.
Tras la negativa —porque la empresa tenía intención de erigir allí una estación— debieron buscar otros financiadores. Lo más curioso es que, tiempo después, la estación se usaba únicamente los días de partido del Manchester para llevar a todos los fanáticos.
Finalmente, el estadio fue terminado en 1909 e inaugurado en febrero de 1910 con un partido entre los locales y el Liverpool. Un poco agradecido invitado le ganó al anfitrión por 4 a 3, algo inesperado en un encuentro fundacional.
Hasta 1923 —cuando se construyó Wembley— el Old Trafford albergó algunas finales de la FA Cup (se rotaban las sedes). Uno de los partidos más recordados de esa época fue el que protagonizaron el Manchester y el Aston Villa, con más de 70 mil espectadores en vivo.
Bombardeos y reconstrucción
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Old Trafford fue usado como depósito por los militares y bombardeado en 1940 por los alemanes. Los arreglos lo dejaron de nuevo en condiciones en 1941, pero poco después, otra bomba de Alemania lo destruyó en gran parte.
Durante la reconstrucción del estadio, el Manchester United jugó de local en Maine Road, casa de sus rivales, el Manchester City, que debían alquilar a un precio muy alto. Cuando en 1949 el Old Trafford fue reabierto, algo había cambiado: no tenía techo. El primer partido fue una victoria de los Reds 3 a 0 sobre los Bolton Wanderers.
En 1951 se terminó de techar, y luego se cubrieron las tres gradas que antes no recibían reparo y se instalaron focos de iluminación para poder jugar partidos también de noche. En 1965, una nueva renovación cambió los pilares antiguos del techo y se organizaron mejor los asientos. De esta manera, el Old Trafford contenía el ‘ruido’ de la multitud y daba miedo a los rivales.
Un dato interesante sobre el aforo del estadio: la idea original era albergar 100 mil personas; luego, por presupuesto, se redujo a 80 mil. Tras las reparaciones quedó en 60 mil, y en los años noventa, con la obligación de que todos los espectadores estuviesen sentados, solo albergaba a 44 000. Por todo ello, fueron requeridas nuevas obras —terminadas en 2006— para ofrecer la capacidad actual: casi 75 000 almas.
En la actualidad, el Old Trafford está dividido en cuatro gradas: el Sir Alex Ferguson (norte), el Sir Bobby Charlton (sur), el Stretford End (oeste) y el este.
De paseo por el Old Trafford
Ahora que ya sabes un poco de la historia de este mítico estadio, cuando viajes a Manchester no puedes dejar de visitarlo. Está disponible una visita guiada que incluye un museo con la historia del club, fundado en 1878.
Se exponen además los trofeos ganados por el Manchester United. Uno de los lugares más concurridos es el rincón de las leyendas del club, entre los que figuran Ferguson, Charlton, Cantona, Law y Best.
Por supuesto, no falta el espacio que recuerda las víctimas de la Tragedia de Múnich. En 1958, el equipo de los Reds regresaba de Belgrado y su avión hizo una parada en esta ciudad alemana. Al estrellarse, tanto jugadores como directivos, periodistas y simpatizantes murieron.
El recorrido por el Old Trafford tiene una duración de dos horas e incluye el ingreso a varios sectores del estadio, como por ejemplo el banquillo y los vestuarios. ¡Y realmente merece la pena aunque no seas fanático de los Red Devils!
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