Óscar Washington Tabárez, el maestro del fútbol
Hablar de Óscar Washington Tabárez es hablar de récords, valores, humildad, de una figura que representa lo que un país entero siente por el fútbol y por la vida en general. El Maestro, apodado así por su pasado como docente, es un exfutbolista y actual entrenador de la Selección Uruguaya de Fútbol.
Nació en Montevideo, capital de Uruguay, el 3 de marzo de 1947 en el barrio de Brazo Oriental, donde desde niño se vinculó con el fútbol a través del juego en la calle. Hoy en día es el entrenador con más años entrenando una selección nacional (15) y con más mundiales dirigidos (4). Pero todos esos galardones son pequeños al lado de su influencia en la sociedad.
Los inicios del Maestro Óscar Washington Tabárez
En sus inicios, Tabárez transitó el camino común de los niños uruguayos de su época: el fútbol y la escuela, estandartes de autosuperación pregonados en esa sociedad. Debutó como futbolista en 1967 en el club Sud América, éxito que, como él mismo explica en esta entrevista, consiguió no por ser habilidoso, sino por su capacidad de no rendirse. Finalmente, jugó en un total de cinco clubes uruguayos y en el Puebla mexicano.
Un inconformista
El hambre de superación había hecho mella en Tabárez. Luego de terminar la secundaria, siguió apostando por el conocimiento y se anotó en la carrera de Derecho. Pero no era lo suyo y optó por dejarla sin antes seguir intentando, esta vez con la carrera que marcaría su vida: magisterio.
El poco rédito económico que le brindaba el fútbol para mantener a su familia, que formó desde muy joven, lo llevó a terminar la carrera y dedicarse a la enseñanza. Así entonces, se desempeñó como profesor a la vez que futbolista, viviendo y enseñando en barrios carenciados del oeste de la capital.
“El éxito no son solo los resultados, sino las dificultades que se pasan para obtenerlos, y el espíritu de plantearse desafíos y también la valentía para superarlos”
-Óscar W. Tabárez-
Sus inicios como entrenador
Como no podía ser de otra manera, El Maestro comenzó su carrera de entrenador desde abajo. En 1980, su primer experiencia fueron las divisiones juveniles de un modesto club llamado Bella Vista” Luego, en 1983, dirigiría en el lugar donde pasaría la mayor parte de sus años como entrenador, la selección nacional, pero en ese caso la categoría sub-20.
Un comienzo vertiginoso
Debutó entrenando un equipo de mayores en 1984, el Danubio Fútbol Club de Montevideo. Rápidamente, su manera de trabajar lo llevó a clubes mayores. Con su característica humildad, tuvo la iniciativa de acercar sus proyectos y visión de trabajo a las personas indicadas.
Las oportunidades no tardaron y, en 1987, tan solo 7 años después de comenzar, lograba el mayor título continental con el club Peñarol, la Copa Libertadores de América. A partir de allí, su recorrido internacional no dejó de crecer, y continuó su carrera en estos clubes:
- 1988: Deportivo Cali de Colombia.
- 1991: Boca Juniors de Argentina.
- 1994: Cagliari de Italia.
- 1996: Milan de Italia.
- 1997: Real Oviedo de España.
- 1999: Cagliari de Italia.
- 2000: Vélez Sarsfield de Argentina.
- 2002: Boca Juniors de Argentina.
Óscar Washington Tabárez y la selección: primer período
En 1988, Óscar Washington Tabárez llegó a la selección absoluta de Uruguay. Pese a un comienzo estrepitoso, clasificó al combinado celeste al mundial de Italia 1990. Allí logró superar la fase de grupos, pero cayó en octavos de final contra el anfitrión. En sus primeros años al frente de la selección, El Maestro ya daba muestras de que, además de ser un hombre de fútbol, era una persona con valores.
“No hay nada que me moleste más —porque yo lo sentí como jugador—, que empiecen desde la tribuna: ‘sacá a fulano’… Porque ese ‘fulano’ también siente los gritos… Yo le voy a dar unos minutos más para que demuestre que no tiene que salir”.
—Óscar W. Tabárez—
Segunda etapa al frente de la selección
El Uruguay de la primera mitad de siglo XX había quedado muy atrás. Óscar Washington Tabárez se había criado en un Uruguay dos veces campeón del mundo, ejemplo de coraje y buen fútbol. Durante los años noventa, el país atravesaba una crisis tanto social como futbolística. Se había perdido la conexión entre el presente y las glorias del pasado.
“Descolgando el cielo tres millones van”
En 2006, luego de que la selección no clasificara al mundial de Alemania 2006, El Maestro Óscar Washington Tabárez volvió a tomar el timón. Allí sentó las bases de un proyecto que se mantiene vigente al día de hoy, y que le devolvió el orgullo a un pequeño país de tres millones de habitantes. Los principales fundamentos fueron:
- Categorías inferiores: la gran mayoría de los integrantes del actual plantel vienen del denominado ‘proceso de inferiores’. Allí, desde niños se los identifica con un modelo de juego y con los valores que representa la selección.
- Sentido de pertenencia: se ha reconstruido el vínculo con la historia. Defender la selección nacional es la mayor recompensa para un jugador uruguayo.
- Trabajo y humildad: el sacrificio y la entrega no son negociables. Los jugadores son ejemplo y representan a su sociedad. Por ejemplo, es muy común en un entrenamiento de Uruguay, que los mismos jugadores sean los que llevan el material.
- Cohesión grupal: El Maestro sabe muy bien que la cohesión grupal se logra cuando un equipo está conformado por personas con vivencias y una actitud de vida común.
Los niños del Uruguay
Para El Maestro, los niños son el gran tesoro del país. Por ello, consciente de que más del 99 % no vivirá del fútbol, son educados para vivir en sociedad. En un mundo donde se prioriza la inmediatez y el negocio del fútbol, Tabárez, con su metodología y pensamiento, intenta cambiar algo más que el fútbol: la sociedad que lo rodea. Hoy, el jugador uruguayo no es solamente aguerrido y valiente, es ejemplo.
“Dicen que los que están con la pelota no se tienen que preocupar, no hay ejemplo para dejar. Pero es tan evidente que transforma, si la forma para llegar, se hace digna de reflejar”.
—Gerardo Dorado, canción “Maestro”, en homenaje a Tabárez—
El camino es la recompensa
En su segundo ciclo en la selección incorporó avances tecnológicos tales como el análisis estadístico del rival y de sus propios jugadores durante el partido. No obstante, más allá de eso, instaló la idea de ‘proceso’: un proyecto a largo plazo, que no tardó en dar frutos en forma de resultados:
- Cuarto puesto en mundial de Sudáfrica 2010.
- Campeón de Copa América 2011.
- Clasificación a los mundiales de Sudáfrica 2010, Brasil 2014 y Rusia 2018, y en todos superó la fase de grupos.
- Divisiones inferiores ganando torneos sudamericanos y llegando a la final de diversos mundiales.
El maestro vive y lucha
Hoy, a sus 72 años, Óscar Washington Tabárez sigue liderando la selección uruguaya y es admirado y aplaudido por todos sus rivales. No es extraño verlo acompañado de un bastón o en un carro dentro del campo; hace varios años que El Maestro sufre de una neuropatía periférica que limita sus movimientos.
Sin embargo, como no podía ser de otra manera, también se ha sobrepuesto a la enfermedad. Cuando llega el gol, es increíble ver como se pone de pie, como si estuviese sostenido por ese grito que recorre el cuerpo y se ancla en el alma.
Si juega Uruguay, que lo Óscar Washington Tabárez
Fiel a un estilo de juego que muchos han tachado de ‘defensivo’, Tabárez ha sabido encontrar y moldear en los niños de hace diez años las piezas perfectas para su esquema de hoy en día. Todo ello gracias a un proceso que hace dar cuenta del camino que se debe tomar en el deporte si se quieren resultados que perduren en el tiempo. El orden, la entrega y el contragolpe son característicos de su 4-4-2, esquema que ha inspirado a grandes equipos, como el Atlético de Madrid.
Actualmente, Óscar Washington Tabárez tiene contrato hasta el mundial de Qatar 2022, lo que significa que se lo podrá disfrutar un poco más. Pase lo que pase, ya ha quedado inmortalizado en la memoria, y su legado se seguirá pregonando en el ‘complejo celeste’, base de entrenamientos que, gracias a un maestro, ahora combina fútbol y educación.
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