¿Cuántos gramos de azúcar debe tener un yogur saludable?
El yogur es un alimento saludable siempre y cuando cuente con unos gramos de azúcar moderados. En la actualidad se comercializan muchas variedades con exceso de este ingrediente, lo que puede provocar daños a nivel metabólico a medio plazo. Conviene realizar buenas elecciones al respecto para experimentar todos los efectos positivos de este comestible sin ningún riesgo.
Antes de comenzar es determinante destacar que los lácteos fermentados y la fruta son las mejores alternativas para consumir de postre. Cuentan con elementos en su interior que favorecen el mantenimiento de una microbiota intestinal competente, lo que a medio plazo significa óptimas digestiones y utilización de los nutrientes.
Azúcar en el yogur saludable
Es importante saber que el yogur tiene siempre azúcar. La leche con la que se fabrica es fuente de lactosa, un carbohidrato simple. Sin embargo, este se encuentra en una cantidad de unos 5 gramos por cada 100 de alimento. Al ser un nutriente naturalmente presente en el producto no supone un problema para la salud en la mayor parte de los casos.
Ahora bien, es frecuente que al yogur se le añada mayor cantidad de azúcar simple para mejorar su sabor, consiguiendo así un resultado dulce. En este caso aparecería dicho componente en la lista de ingredientes y la cantidad total por cada 100 gramos de alimento podría elevarse hasta los 12 gramos. En este caso se considera perjudicial, ya que puede afectar negativamente a la fisiología del medio interno.
Y es que un aporte excesivo de azúcares simples ha demostrado incrementar el riesgo de desarrollar varios tipos de patologías complejas, como la diabetes de tipo 2. Un estudio publicado en la revista Current Diabetes Reports lo confirma. En este caso conviene promocionar buenos hábitos de vida para evitar riesgos. La práctica regular de ejercicio físico sería sin duda una de las mejores alternativas al respecto.
¿Cómo mejorar el sabor del yogur sin añadir azúcar?
Es bueno saber que existen alternativas para mejorar las características organolépticas del yogur sin necesidad de recurrir al azúcar añadido. Una de las mejores opciones consiste en combinarlo con fruta fresca cortada. Así se incrementa el contenido en fibra de la preparación. Esta sustancia ha demostrado potenciar el efecto de los probióticos, consiguiendo así garantizar el crecimiento de las bacterias en el medio interno.
Otra buena idea serían los frutos secos. Hablamos en este caso de un conjunto de alimentos con proteínas y grasas saludables en su interior. Aportan también micronutrientes de alta calidad, necesarios para que los procesos fisiológicos que tienen lugar a diario en el medio interno se lleven a cabo de manera eficiente. De este modo se puede prevenir el desarrollo de patologías como la anemia.
Yogur y edulcorantes artificiales
Para sustituir el azúcar en el yogur y en otros muchos alimentos se utilizan a menudo los edulcorantes artificiales, aunque no siempre son la mejor opción. No pasará nada por una exposición puntual a estos aditivos, pero si se consumen de forma frecuente podrían llegar a reducir la densidad y la diversidad de la microbiota, causando así daños sobre el huésped.
Como norma general será mejor permitir un consumo de azúcar un poco superior en el marco de la práctica regular de actividad física en lugar de abusar de los edulcorantes. Al mismo tiempo, hay que destacar que no todos estos elementos tienen el mismo perfil de seguridad. De hecho, algunos se están retirando del mercado por supuestos daños sobre el funcionamiento de los riñones.
Cuidado con los gramos de azúcar que contiene el yogur
Según has podido comprobar, el yogur saludable ha de contener una cantidad de azúcar moderada, naturalmente presente en el alimento en forma de lactosa. Basta con acudir a la lista de ingredientes y comprobar si se ha añadido más cantidad de carbohidratos simples, lo cual resultaría negativo para la salud a medio plazo. Eso sí, hablamos de personas sedentarias. En deportistas que entrenen mucho puede ser preciso asegurar un aporte elevado de azúcares simples.
Por último, es clave destacar que la ingesta de manera regular de lácteos fermentados resulta muy positiva para el organismo. No solo aportan probióticos, sino que concentran también en su interior proteínas de muy alta calidad. Estas contienen todos los aminoácidos esenciales y cuentan con una puntuación muy elevada en cuanto a digestibilidad, lo que garantiza su aprovechamiento.
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