La importancia de la alimentación durante las lesiones
La alimentación durante las lesiones tiene una importancia especial para la recuperación del deportista. En estas situaciones, resulta importante cubrir las necesidades de nutrientes para maximizar la reconstrucción de los tejidos e intentar acortar los tiempos de la biología lo máximo posible.
Dependiendo del tipo de lesión, se pueden llevar a cabo una estrategias alimenticias u otras. En el artículo de hoy, repasaremos las dolencias más frecuentes y cómo podemos ajustar la dieta para garantizar la mejoría.
Lesiones musculares
Cuando se produce la rotura del tejido muscular, la primera necesidad es aumentar la velocidad de reconstrucción del mismo. El nutriente encargado de esta misión es la proteína.
Dentro de las estructuras proteicas, el aminoácido que cuenta con una mayor implicación en esta tarea es la leucina, según un artículo publicado en la revista Nutrients.
Por este motivo, en un proceso de recuperación de lesión muscular, las necesidades proteicas están ligeramente aumentadas. No existe evidencia de que la suplementación con BCAA o leucina pueda mejorar la velocidad de recuperación, pero sí que pueden ayudar a reducir el dolor agudo en ciertos casos.
Otro de los aspectos claves en este tipo de situaciones es la reducción de la inflamación. Para esta tarea, se vuelve esencial una ingesta correcta de ácidos grasos omega 3. Además, unas dosis altas de vitamina C podrían mejorar el pronóstico de las roturas musculares, gracias a sus efectos sobre la síntesis de colágeno.
No obstante, cabe destacar que durante el período en el que el atleta se encuentra lesionado es fundamental adaptar la dieta a sus necesidades energéticas. De este modo, se garantiza que no se produzcan cambios indeseados sobre la composición corporal.
Alimentación durante lesiones tendinosas
El papel de la nutrición sobre este tipo de dolencias es controvertido. Por un lado, existen expertos que apoyan el papel de la vitamina C sobre la regeneración del colágeno.
Sin embargo, otros artículos apoyan la necesidad de combinar el consumo de este micronutriente con dosis de gelatina. Además, existen algunos suplementos como el cartílago de tiburón cuyos efectos se discuten.
No obstante, las últimas tendencias apuntan a que la suplementación con colágeno podría reducir los tiempos de curación y prevenir recidivas.
De todos modos, la incidencia de la nutrición sobre la velocidad a la que actúa la biología en este tipo de lesiones es limitada. Principalmente, resulta crucial un buen proceso de readaptación al ejercicio para prevenir las recaídas y fortalecer el tejido afectado.
La dieta en las lesiones articulares
En este tipo de situaciones, la función de la nutrición es la de controlar la inflamación. La ingesta de nutrientes antinflamatorios como los ácidos grasos omega 3 y la cúrcuma pueden ocasionar resultados positivos en el manejo de este tipo de lesiones.
Asimismo, vuelve a ser necesario garantizar el aporte proteico para reparar el tejido dañado. A pesar de ello, no es necesaria la suplementación con este tipo de nutriente, ya que las necesidades son inferiores a las de un deportista en el período competitivo.
Por otra parte, resulta importante reducir el consumo de grasas trans, azúcares simples y alimentos procesados. Estos podrían aumentar la inflamación sistémica del organismo, lo cual resultaría un inconveniente a la hora de tratar la lesión articular.
Influencia de la alimentación durante las lesiones
A pesar de que una dieta adecuada ayuda a mejorar los procesos de regeneración tisular, no se debe pensar que la ingesta de ciertos alimentos tendrá propiedades mágicas sobre la lesión. La biología presenta unos tiempos, habitualmente lentos, y modificarlos con garantías no es una tarea sencilla.
Optimizar ciertos aspectos de la dieta puede mejorar la recuperación y sobre todo, reducir el riesgo de recaídas. Sin embargo, esto no quiere decir que por medio de la alimentación sea posible acortar los plazos desde que se produce la lesión hasta que el deportista retorna a la competición.
También cabe destacar que las recuperaciones son multidisciplinares. Debe combinarse el tratamiento farmacológico adecuado con una correcta nutrición, sesiones de fisioterapia y readaptación al ejercicio físico antes de volver a la carga habitual de trabajo.
Solo siendo muy preciso en todos estos campos se pueden reducir los tiempos y la probabilidad de que el deportista vuelva a lastimarse una vez retomada su rutina habitual.
Por último, es necesario recordar la importancia de la composición corporal y de intentar que esta no se modifique durante el período en el que el atleta esté parado. Para ello, se debe ajustar el equilibrio calórico teniendo en cuenta las necesidades del deportista y su reducción en el gasto de calorías.
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