¿Por qué es peligroso tener bajo peso y qué debes hacer?
No siempre estar demasiado delgado es una buena noticia. Está claro que la obesidad y el sobrepeso influyen de manera negativa sobre la salud, pero lo contrario no resulta ventajoso tampoco a mediano plazo. Te vamos a contar por qué resulta peligroso tener bajo peso y lo que puedes hacer para evitar el desarrollo de patologías asociadas a esta condición.
Antes de comenzar, hay que tener claro que es clave plantear una dieta equilibrada y variada que permita optimizar el estado de composición corporal. Será determinante combinar este hábito con otras buenas rutinas, como la práctica de ejercicio de manera regular. Sobre todo conviene priorizar el trabajo de fuerza.
Tener bajo peso conlleva riesgo de déficits
En primer lugar, mantener un bajo peso puede significar que las calorías en la dieta no están siendo suficientes y que, por lo tanto, el aporte nutricional tampoco. Es preciso cubrir los requerimientos de ciertos nutrientes esenciales para evitar problemas de salud que condicionen el bienestar. Un ejemplo muy claro sería el caso del hierro, cuyo consumo insuficiente genera anemia. Así lo indica un estudio publicado en The Medical Clinics of North America.
Pero del mismo modo, es clave mantener un consumo proteico suficiente. Estos elementos son fundamentales para prevenir el catabolismo de la masa magra y de la sarcopenia, tal y como afirma una investigación publicada en la revista Nutrition Research. De hecho, la propia sarcopenia puede ser una de las responsables del bajo peso, lo que se asocia con una mayor mortalidad en personas mayores.
Por lo tanto, es bueno conseguir satisfacer los requerimientos mínimos de calorías y de nutrientes para lograr que el organismo funcione de manera eficiente, manteniendo un estado de homeostasis en el medio interno. Si esto no se logra por medio de la dieta regular sería necesario plantear el consumo de ciertos suplementos dietéticos con dicho fin.
¿Cómo solucionar un problema de bajo peso?
En ocasiones solventar una situación de bajo peso puede ser más difícil de lo que parece en un primer momento. A veces, son mecanismos hormonales los que regulan dicha situación. Por ejemplo, puede generarse un estado de saciedad continuada en el que no existan apenas ganas de consumir alimentos a lo largo del día. Está claro que el tratamiento farmacológico puede ser una alternativa, pero no siempre es la solución.
Si nos encontramos bajo un escenario de estas características lo primero que tendremos que solventar es el tema de la ingesta proteica. De lo contrario se destruirá la masa muscular, lo cual agravará el problema. Hay que optimizar la ingesta de estos nutrientes, bien por medio de alimentos de origen animal o sino a través de batidos de suero de leche.
Del mismo modo, suele ser recomendable incluir un suplemento de ácidos grasos omega 3 en una situación de este estilo. Dichos ácidos grasos son capaces de evitar el catabolismo de la masa magra, previniendo así situaciones de sarcopenia. Además se modularán los mecanismos inflamatorios que puedan desencadenar otras patologías.
Por otra parte, habrá que tratar de incluir en la pauta alimentos que cuentan con elevada densidad energética. Los aceites de buena calidad serían un gran ejemplo. También los frutos secos, las semillas, frutas como el aguacate. Tampoco debemos olvidar los comestibles de origen animal, como carnes, lácteos y huevos. Estos cuentan con una elevada densidad nutricional, lo que ayuda a evitar déficits.
En cuanto a la distribución de las comidas, se recomienda partir el volumen calórico diario en varias ingestas de pequeño tamaño, para no forzar demasiado a la persona. Así no sentirá con tanta facilidad una sensación de llenado o de incomodidad, lo que podría generar malestar.
Mantener un bajo peso es peligroso para la salud
Como has visto, mantener un bajo peso se suele asociar con un mayor riesgo de desarrollar patologías crónicas y complejas. Por este motivo, conviene optimizar el estado de composición corporal incluyendo en la pauta alimentos con alta densidad energética y nutricional. Incluso suplementando si es preciso, llegado el momento.
Además, habrá que promocionar otra serie de buenos hábitos que puedan ayudar a corregir los problemas de saciedad en caso de haberlos. Por ejemplo, es aconsejable exponerse a la luz solar de manera frecuente. Así se reducirá el estado inflamatorio y se mejorará el ánimo.
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- DeLoughery T. G. (2017). Iron Deficiency Anemia. The Medical clinics of North America, 101(2), 319–332. https://doi.org/10.1016/j.mcna.2016.09.004.
- Naseeb, M. A., & Volpe, S. L. (2017). Protein and exercise in the prevention of sarcopenia and aging. Nutrition research (New York, N.Y.), 40, 1–20. https://doi.org/10.1016/j.nutres.2017.01.001.