Respiración durante ejercicios de Yoga

El Yoga nos aporta biesnestar físico y mental, y gracias a la valiosa desconexión de los problemas del mundo exterior, logramos evadir nuestros pensamientos del estrés mundano que nos rodea; para esta tarea, respirar adecuadamente tiene gran relevancia
Respiración durante ejercicios de Yoga
Yamila Papa Pintor

Escrito y verificado por la periodista deportiva Yamila Papa Pintor.

Última actualización: 09 marzo, 2022

Los ejercicios de Yoga no solo son buenos para el cuerpo, sino sobre todo para la mente: por ello debemos nutrirnos de oxígeno durante toda la práctica. Los beneficios de esta técnica ancestral son incontables… Pero para que ‘surtan efecto’ debemos saber respirar bien. ¿Quieres saber cómo? En este artículo te lo contamos.

El Pranayama en los ejercicios de Yoga

Si recién has empezado a practicar Yoga tendrás que familiazarte con ciertos términos un poco ‘difíciles’ para nombrar las posturas e incluso la respiración. Así es, porque hasta la forma en que inhalamos y exhalamos tiene una denominación especial: a partir de ahora se llamará ‘Pranayama’ y sin dudas lo recordarás cuando conozcas todos sus beneficios.

Esta serie de técnicas para respirar cuyo objetivo es controlar la energía cósmica o ‘prana’ tiene ventajas que no son exclusivas para los ejercicios de Yoga sino que también nos ayudan en ‘la vida cotidiana’. Para empezar aumenta la capacidad pulmonar, nos da más resistencia si hacemos esfuerzos, nos brinda paz mental y serenidad (algo que sin dudas todos necesitamos) y revitaliza el cuerpo.

Cuando estamos muy estresados, ansiosos o nerviosos, la mejor manera de calmarnos es respirando correctamente: nada de escapadas al campo, tomar ansiolíticos ni ausencias en el trabajo.

A su vez la respiración completa nos otorga la cantidad de oxígeno que necesita el organismo para cumplir todas sus funciones correctamente, mejora la digestión, nos ayuda a dormir mejor y hasta es bueno para la piel (gracias a la oxigenación celular).

Los beneficios de practicar yoga son muchos y se notan en el corto plazo.
El yoga, además del propio ejercicio corporal, presenta notorios aportes al estado anímico.

Tres tipos de respiración

El control de la respiración según las enseñanzas del Yoga se divide en tres: abdominal, torácica y clavicular. En el momento en que todas se juntan, quiere decir que respiramos de forma ‘completa’.

  • La abdominal está localizada debajo del ombligo y se lleva a cabo cuando el abdomen se expande al inhalar.
  • La respiración torácica o diafragmática se sitúa en las costillas y se desarrolla cuando parece que el pecho se expande (puedes colocar la mano en la zona para notarlo).
  • La clavicular o pectoral se ubica en el pecho y cuando se inhala hasta los hombros se elevan.

Estos tres tipos de respiración deben estar presentes en los ejercicios de Yoga si queremos que el trabajo (físico, mental y emocional) sea completo. Es muy importante sincronizar la inhalación y la exhalación con los movimientos. Cuando ingresa aire nos expandimos y cuando sale contraemos o hacemos torsiones.

Ejercicios de yoga para respirar mejor

La posición (asana) perfecta para conseguir la Pranayama completa es la famosa ‘postura de loto’ (Padmasana): siéntate en el suelo, cojín o colchoneta, cruza las piernas por delante del cuerpo, mantén la espalda recta y apoya las palmas de las manos en los muslos. ¡No te olvides de cerrar los ojos para concentrarte solo en la respiración!

La postura asana es uno de los mejores ejercicios de Yoga para respirar mejor.

Haz que el aire ingrese lentamente en el cuerpo, mientras el abdomen se va expandiendo y de a poco el pecho y las clavículas se elevan. Mantén el aire unos segundos y luego exhala despacio para ir ‘desinflando’ el torso. Repite varias veces con lentitud, para evitar la sobreoxigenación y que te marees o duela la cabeza.

Una vez que lo hayas practicado en diversas ocasiones puedes ‘añadir dificultad’ al ejercicio: el llamado ‘mudra del Pranayama’ es una técnica que permite un mayor flujo de aire, primero desde una fosa nasal y después con la otra.

Comienza con la mano derecha: los dedos índice y mayor deben tocar la palma; los otros tres quedan extendidos. Con el pulgar tapona la fosa nasal derecha y apoya anular y meñique en la mejilla izquierda. Respira de la misma manera que antes, dos o tres veces seguidas, antes de cambiar de lado (mano izquierda tapando fosa nasal izquierda).

La respiración es uno de los pilares del Yoga, pero también nos puede servir durante la meditación. Ya sabes: si tienes un día para olvidar en el trabajo o no sabes cómo calmar tus nervios, te recomendamos que te sientes en el suelo, cierres los ojos y… ¡Respires!

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