Fisiología de la pérdida de grasa

La pérdida de grasa es uno de los objetivos más buscados en el mundo del fitness. En este artículo veremos los procesos fisiológicos que llevan a la quema de la grasa corporal.
Fisiología de la pérdida de grasa
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 30 mayo, 2023

La grasa es uno de los tres macronutrientes esenciales que dan estructura y energía a nuestro cuerpo, junto a las proteínas y a los hidratos de carbono. No obstante, puede ser antiestética y contraproducente cuando se acumula. En el presente artículo vamos a ver la fisiología de la acumulación y la pérdida de grasa.

Cuando no es utilizada para obtener energía, se acumula en las reservas adiposas, que es lo que nosotros comúnmente llamamos ‘grasa’. Uno de los grandes objetivos en el mundo del ejercicio físico y el fitness es conseguir un cuerpo estético y libre de grasa. ¿Cómo se logra?

La acumulación de grasa

Debemos aclarar que no toda la grasa existente en las reservas adiposas procede de la grasa ingerida en el día a día. Si un día determinado consumimos más calorías de las que gastamos, ese exceso calórico será utilizado para sintetizar grasa (y en determinadas ocasiones, también músculo).

Esto se debe a que el ‘esqueleto’ de las grasas, proteínas y glúcidos es muy parecido. Si estas sustancias no se utilizan para generar energía, son convertidas mediante un proceso llamado esterificación en estos compuestos pastosos y amarillentos que constituyen el tejido adiposo.

Por lo tanto, lo que hace que una persona engorde es el mantenimiento de un exceso o superávit de calorías en su dieta durante un largo período de tiempo.

La pérdida de grasa

El proceso inverso se produce cuando existe un déficit de calorías. Este déficit energético hace que el organismo obtenga la energía que falta de la oxidación de los ácidos grasos. Estos ácidos grasos se consiguen rompiendo los triglicéridos —o triacilgliceroles— que forman las reservas de grasa.

Los niveles de grasa corporal no son los mismos para hombres y mujeres.

Oxidación de los ácidos grasos

El proceso comienza cuando el cuerpo reconoce que existe una falta de energía. En primer lugar, se comienza quemando el glucógeno de los músculos e hígado, pues al cuerpo —especialmente al cerebro— le gusta utilizar la glucosa como combustible antes de recurrir a fuentes energéticas alternativas.

Cuando se ha agotado todo el glucógeno, el cuerpo comienza a deshacer esos triglicéridos que mencionamos antes. Estos triglicéridos están en el interior del adipocito, las células que forman las grasas. Se dirigen hacia el hígado a través del torrente sanguíneo y se rompen en tres moléculas de ácidos grasos.

Por último, estos ácidos grasos se fragmentan en moléculas aún más pequeñas que el cuerpo utiliza para seguir con el ciclo de Krebs, desde el cual se obtiene energía en forma de ATP.

Pérdida de grasas durante el ejercicio

Todo el proceso descrito anteriormente se magnifica durante el ejercicio. Especialmente, el ejercicio aeróbico de baja intensidad utiliza la grasa como principal combustible, al contrario que el de alta intensidad, que utiliza las vías anaeróbicas.

Cuando comenzamos a ejercitarnos, el cuerpo necesita mandar mucho más oxígeno y nutrientes a los músculos, de forma que se pueda mantener la alta demanda energética que implica mover nuestro cuerpo. Por este motivo, aumentan la frecuencia cardíaca y la capacidad respiratoria, entre otros parámetros.

Durante el ejercicio aeróbico se utiliza el oxígeno para el aporte de energía a los músculos, y esta energía procede esencialmente de la grasa. Comienzan a salir grandes cantidades de triglicéridos, que acuden al hígado y al tejido muscular y, como hemos explicado antes, se fragmentan en sustancias más pequeñas que aportan energía al tejido que la demanda.

Chica con auriculares con música para hacer running.

El mejor método para la pérdida de grasa

Entendiendo estos conceptos, podemos elaborar un plan adecuado para la pérdida de grasa corporal y mejorar tanto nuestra estética como nuestra salud. Lo más importante es que exista un déficit calórico que se mantenga en el tiempo.

Con este déficit, el cuerpo estará continuamente extrayendo triglicéridos de las células grasas y estas poco a poco irán reduciendo su tamaño. Sin embargo, estamos hablando de sustancias microscópicas, por lo que para que los cambios sean visibles necesitamos tiempo y, sobre todo, paciencia.


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