Gimnasia doméstica: ¿cómo practicarla?
Combinar dos conceptos como el ejercicio físico y la comodidad del hogar puede ser muy motivador. Este es el caso de la gimnasia doméstica, una manera de realizar ejercicio físico en casa. ¿Alguna vez has escuchado acerca de este término? ¡Acompáñanos a conocer más sobre él!
La gimnasia doméstica no es un método de entrenamiento puntual, sino que hace referencia a la práctica de actividad física programada en el propio hogar. A continuación, profundizaremos sobre esta modalidad y explicaremos algunas claves para implementarla en casa.
¿Qué es la gimnasia doméstica?
Partiendo del concepto puntual de gimnasia, se puede afirmar que esta es una disciplina encargada de desarrollar diversas capacidades físicas, entre las que sobresalen la flexibilidad y la fuerza, por medio de ejercicios específicos.
Cabe mencionar que la gimnasia también se realiza como disciplina deportiva. No obstante, en este caso solo se hace referencia a la práctica doméstica, o sea, desarrollada en el hogar.
A la hora de enfocarse en ejercicios relativos a la gimnasia que puedan realizarse en el hogar, es preciso tener en cuenta una serie de recomendaciones. En los apartados siguientes, vamos a mencionar algunas de las más importantes.
Construir un espacio cómodo
Puede ser una habitación, una parte de la sala, el estudio e incluso un patio cubierto; la idea es que este espacio sea cómodo e invite a estar allí. El sitio debe contar con al menos una colchoneta, para evitar la dureza del piso y la aparición de dolores en lugares como la zona cervical o del coxis.
Realizar ejercicios de fuerza
La fuerza es una de las capacidades físicas que se potencian con la gimnasia. En ese orden de ideas, es necesario incluir diferentes ejercicios de esta índole en la rutina. A continuación, exponemos tres ejercicios —zona del core, brazos y piernas— útiles para potenciar la fuerza a través de la gimnasia doméstica.
Planchas
A simple vista parece un ejercicio básico, pero a la hora de realizarlo, se trata de uno de los más complejos que existe. La plancha se centra en el esfuerzo isométrico de los grupos musculares pertenecientes a la zona del core. De esta manera, se fortalecen estas regiones del organismo, permitiendo ganar fuerza.
Existen diferentes tipos, pero la más común es la plancha frontal con apoyo en antebrazos. Esta puede ser la alternativa más indicada para comenzar en la gimnasia doméstica.
Elevaciones frontales
Las elevaciones frontales de brazo se realizan con la ayuda de dos mancuernas. Este ejercicio tiene como músculo agonista al deltoides —importante para la potencia del miembro superior—.
Por otra parte, trabaja de manera antagonista a los bíceps y tríceps braquiales, aportando en la ganancia de fuerza. Para añadir complejidad, se puede realizar la elevación de manera lateral y frontal en el mismo ejercicio.
Zancadas
El último ejercicio recomendado para ganar fuerza es la zancada. Este presenta diferentes variables, entre las que sobresalen las que involucran un salto entre repeticiones.
La zancada favorece la potencia en el cuádriceps femoral de manera agonista, así como el trabajo en el posterior del muslo de forma antagonista.
Hacer ejercicios de flexibilidad
Hablar de gimnasia y no relacionarlo con flexibilidad es prácticamente un pecado. Esta capacidad física es una de las más relevantes, y por tal razón, se deben incluir ejercicios en la rutina para potenciarla.
Yoga
Más que un ejercicio, el yoga es una disciplina vasta que se centra en la meditación y la flexibilidad. Sin embargo, no es necesario ser un experto para practicarlo, ¡y sus beneficios son tanto mentales como físicos!
Estiramientos
Asignar una serie de estiramientos para el torso y las extremidades dentro de la rutina favorece la capacidad física de la flexibilidad. En este sentido, es importante remarcar que se debe tener paciencia e ir paso a paso para evitar lesiones que retrasen la progresión.
Gimnasia doméstica: ¿más ejercicio?
La gimnasia en casa no se trata únicamente de implementar series de ejercicio físico a diestra y siniestra, sino verlo como una actividad que puede disfrutarse y sentirse desde la comodidad del hogar.
Incluso, la actividad física doméstica —como los quehaceres del hogar— puede traer beneficios saludables y transformarse en pequeñas rutinas de gimnasia. El único límite debe ser el pensamiento, procurar ejecutarlo y conseguirlo. Eso sí, también hay que tener en cuenta la capacidad física de cada uno e ir con el hábito de a poco.
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