¿Las bebidas alcohólicas pueden afectar el rendimiento deportivo?
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A pesar de ser una costumbre muy arraigada en la sociedad, el consumo de bebidas alcohólicas resulta perjudicial para la salud en varios sentidos. Por ejemplo, puede ser muy negativo de cara al rendimiento deportivo. Esta sustancia es capaz de producir cambios a nivel metabólico, así como de afectar a la salud de los órganos.
Una de las consecuencias del consumo de bebidas alcohólicas puede ser un cambio en la composición corporal, lo que reduce notablemente el rendimiento del atleta y multiplica el riesgo de lesión. A continuación, profundizaremos un poco más sobre este tema.
Bebidas alcohólicas y rendimiento
El consumo regular de alcohol dificulta la recuperación muscular. Además, promueve los procesos inflamatorios, tal y como afirma un artículo publicado en la revista European Journal of Applied Physiology.
La ingesta de alcohol puede incidir también en las reacciones hormonales, con lo que afecta a la producción de hormonas como la testosterona, involucrada directamente en los niveles de fuerza muscular.
Las bebidas alcohólicas aumentan, por lo tanto, el riesgo de lesión muscular. Sobre todo en períodos de alto estrés competitivo, esta clase de hábito tóxico contribuye a elevar el daño en el tejido magro, algo que afecta directamente al riesgo de rotura.
Además, la ingesta de esta sustancia es capaz de causar daños a nivel hepático. Estos perjuicios se pueden reflejar en la síntesis de colesterol endógeno y en su oxidación, con lo que ocasiona un aumento del riesgo cardiovascular.
La deshidratación causada por las bebidas alcohólicas
Otro de los puntos para tener en cuenta respecto al consumo de alcohol es su capacidad de aumentar la diuresis, y con ello, la deshidratación. El hecho de ingerir esta sustancia puede disparar el riesgo de sufrir problemas relacionados con el equilibrio hídrico.
Es necesario recordar que una disminución del 1 % del total del agua corporal puede conducir a caídas drásticas en el rendimiento, según un estudio publicado en la revista Journal of Exercise Rehabilitation.
Además, sufrir grandes descensos en los depósitos de agua del organismo puede tener un desenlace fatal. Por este motivo, se aconseja evitar el alcohol antes y después de la práctica deportiva.
Los efectos en el metabolismo
Las bebidas alcohólicas pueden afectar también a la flexibilidad metabólica del individuo. Los azúcares que contienen aumentan la resistencia a la insulina. Además, los efectos oxidativos del alcohol inciden en la oxidación mitocondrial.
El resultado de ambos procesos concluye con una afectación de la salud del metabolismo, lo cual puede ocasionar ineficiencias en la utilización de los nutrientes.
De este modo, un individuo que consume alcohol asiduamente no es capaz de utilizar de manera correcta las grasas para producir energía. Esto se traduce en un agotamiento a mayor velocidad de los depósitos de glucógeno, lo que a su vez influye negativamente en el rendimiento y en el riesgo de lesión.
Por si esto fuese poco, las bebidas alcohólicas inciden negativamente en el desempeño cognitivo. Esto resulta un factor limitante en aquellos deportes técnicos o de equipo, puesto que cualidades como los reflejos se ven altamente limitadas.
La velocidad de reacción es otro de los parámetros que disminuye notablemente tras el consumo de alcohol, o de forma crónica en aquellos que regularizan su consumo.
Si eres deportista, no bebas alcohol
Las bebidas alcohólicas son perjudiciales para cualquiera; producen efectos negativos sobre el organismo y aumentan el riesgo de enfermedad a medio y largo plazo. Órganos como el corazón, los riñones o el hígado se afectan con su consumo habitual.
Por otra parte, sus efectos sobre el rendimiento deportivo son notables. En primer lugar, afecta de forma significativa a la composición corporal del atleta, con todas las consecuencias que esto acarrea.
En segundo lugar, es capaz de reducir la flexibilidad metabólica del individuo, con lo que lo vuelve menos eficiente a la hora de utilizar las grasas como combustible principal. De esta manera, el cuerpo busca ahorrar glucógeno.
Por si esto fuese poco, la ingesta de alcohol con regularidad aumenta de manera significativa el riesgo de lesión, sobre todo en lo que al tejido muscular se refiere.
También esta sustancia es capaz de reducir el desempeño cognitivo del individuo. Esto conlleva una disminución de la velocidad de reacción y un menor rendimiento en deportes técnicos o colectivos.
A modo de conclusión, se desaconseja totalmente el consumo regular de alcohol en deportistas. En contra de lo que se aseguraba en épocas anteriores, no presenta beneficio ninguno para la salud. Todos los efectos que produce son nocivos.
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