¿Cómo combatir el sedentarismo?
Para llevar una vida plena, alejada lo más posible de problemas de salud, son elementos necesarios una buena alimentación, mantener el estrés bajo control y no caer en el sedentarismo. Sin embargo, cumplir con estas normas básicas no siempre es tarea fácil.
¿Qué es el sedentarismo?
Una persona sedentaria, según los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud, es aquella que no cumple con el tiempo mínimo diario de actividad física recomendado. Una cifra que es igual a 30 minutos, no necesariamente continuos.
La propia OMS considera a la falta de movilidad de las sociedades contemporáneas un grave problema. Según estimaciones, más del 60% de la población mundial entra en la categoría de sedentario. Este es un hecho que mantiene relación directa con el aumento de afecciones graves a la salud, como es el caso de las enfermedades cardiovasculares.
Las consecuencias
El sobrepeso suele ser considerado como sinónimo inequívoco de sedentarismo. Aunque es quizá la consecuencia más evidente (sin dejar de mencionar que su aparición no siempre tiene a la falta de actividad física como su detonante), no es la única.
Diferentes afecciones como diabetes e hipertensión figuran entre las consecuencias; lo mismo que episodios de ansiedad o problemas de autoestima. Es así como aquellos músculos que no se ejercitan con regularidad, progresivamente van perdiendo elasticidad y fuerza, hasta llegar al punto de quedar inútiles.
¿Qué hacer?
Lo más recomendable es apuntarse en una actividad física regular. La idea más generalizada es optar por un gimnasio, aunque no es la única. El atletismo o el ciclismo, deportes que se pueden practicar al aire libre son buenas alternativas.
Tenis, fútbol, baloncesto, natación y un largo etcétera, las posibilidades son numerosas. Igualmente servirá una caminata diaria de 30 minutos, de lunes a viernes.
Más allá de los deportes
Para dejar el sedentarismo de lado, tampoco es absolutamente necesario apuntarse en alguna de las opciones antes mencionadas. Dentro de las rutinas diarias, incluso solo aplicando pequeñas variaciones que no impliquen cambios drásticos, pueden incluirse actividades que generen la actividad física diaria que el cuerpo necesita.
Caminar
A la oficina, al súper mercado o al colegio. Siempre que sea posible, caminar es una tarea que no debería evitarse. Si para ir al lugar de trabajo prescindir del coche no es una opción, estacionarlo a cieta distancia es una alternativa válida. Lo mismo sucede a la hora de evitar los ascensores y las escaleras mecánicas.
Para ganar en velocidad y en intensidad, la bicicleta es un medio de transporte diario ideal; además de no generar ningún tipo de contaminación. Hasta desplazarse en patines es una posibilidad.
Hay que moverse en el trabajo
La lista de trabajadores que realizan sus actividades regulares sentados largas horas frente a ordenadores, parece no dejar de crecer nunca. Lo que no implica que estas personas deban pasar horas sin moverse.
El mero hecho de contestar el teléfono móvil es un buen momento para descansar de la silla. Si hay que enviar una información a algún compañero de trabajo, caminar hasta su puesto y comunicarse personalmente es preferible a enviar un mensaje por WhatsApp o alguna herramienta similar.
Vacaciones activas
Los periodos vacacionales son ideales para romper con el sedentarismo. Hay muchas opciones, como nadar en una playa o recorrer una montaña. Hasta tomarse el tiempo para caminar por la ciudad en donde se vive, son todas actividades que permiten mover el cuerpo y transpirar.
A bailar
Las sesiones de baile cada vez ganan más adeptos. Los ritmos caribeños como la salsa o hasta el reguetón, están especialmente diseñados para mover el esqueleto. Además, se ha demostrado que la lista de beneficios que trae consigo incluir esta actividad en la vida diaria, es incluso más amplia que la de muchos deportes tradicionales.
Beneficios inmediatos
Si bien la adecuación a la actividad física debe hacerse de forma paulatina, los beneficios de dejar atrás el sedentarismo aparecerán de manera casi inmediata. Y después que el cuerpo se acostumbra a moverse, no podremos parar.
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