¿Por qué debemos evitar el sedentarismo?
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El estilo de vida que llevamos en la actualidad es radicalmente diferente al que llevábamos hace miles de años. En aquel entonces, nuestros antepasados evolucionaron con una serie de características que les permitían ser ágiles, rápidos y fuertes para sobrevivir en un entorno hostil.
Todo eso ha cambiado, y hoy en día nos ganamos el alimento pasando la mayor parte del día sentados. Esta baja actividad física, conocida como sedentarismo, puede estar relacionada con el origen de numerosas enfermedades potencialmente mortales.
¿Qué es realmente el sedentarismo?
El sedentarismo está compuesto por los hábitos y el estilo de vida que implican una actividad física baja o nula en la vida diaria. No tiene por qué ser acompañado de unos deficientes hábitos alimenticios, pero con bastante frecuencia suelen ir de la mano.
Este comportamiento está promovido por la forma en que está estructurada la sociedad actual. En muchas ocasiones, los trabajos de oficina en los que pasamos ocho horas sentados hacen que las personas lleguen cansadas a casa, con pocas ganas de hacer ejercicio.
Estas circunstancias también favorecen que se evite gastar tiempo cocinando y se recurra a la comida rápida, que unida a una baja actividad física, puede ocasionar grandes problemas de salud a largo plazo.
Evitar el sedentarismo debido a sus consecuencias
La asociación de una alimentación basada en comida rápida y un estilo de vida con poca actividad condiciona la base de lo que conocemos como sedentarismo hoy en día. Las consecuencias negativas son difíciles de apreciar en un primer momento, pero a largo plazo se van sumando y haciéndose cada vez más visibles.
A continuación, vamos a analizar las graves consecuencias que puede desencadenar un estilo de vida sedentario mantenido durante un tiempo prolongado.
Sobrepeso y obesidad
El consumo de comidas altas en calorías y pobres en nutrientes esenciales, unido a un bajo gasto calórico diario, va a propiciar que nos encontremos constantemente en un superávit de calorías.
Esas calorías, casi en su totalidad carbohidratos procesados con poco valor nutricional y grasas saturadas, se irán almacenando en la reserva energética favorita del organismo: la grasa visceral y subcutánea. Con el tiempo, la acumulación de grasa producirá un importante sobrepeso de predominio central, especialmente alrededor de la cintura, las caderas y el abdomen.
Este sobrepeso central ya en sí mismo es peligroso, y puede ser el origen de afectaciones graves como el síndrome metabólico, que puede llevar a padecer diabetes mellitus. Si esto no es corregido a tiempo, podemos incluso llegar a un estado de obesidad, en el que todas estas consecuencias que estamos explicando se verán multiplicadas.
Diabetes mellitus
Como ya hemos adelantado, el sobrepeso puede producir un síndrome metabólico que, podría evolucionar a una diabetes mellitus si no se corrige a tiempo. Por otra parte, la elevada ingesta de hidratos de carbono procesados no quemados con el ejercicio físico determinará unos niveles de glucosa en sangre constantemente elevados.
Esta elevación mantenida de la glucosa puede desensibilizar a las células pancreáticas encargadas de producir insulina. Como resultado, se genera en el individuo una diabetes tipo II.
Enfermedad cardiovascular
El sedentarismo está principalmente relacionado con la enfermedad cardiovascular. Numerosos estudios relacionan este estilo de vida con un crecimiento de las placas ateroescleróticas.
Estas placas se depositan en las arterias coronarias y pueden llegar a taponarlas, con lo que se genera una patología isquémica, como el infarto de miocardio. El infarto es la principal causa de insuficiencia cardíaca en el mundo occidental.
La obesidad y la diabetes son consecuencias del sedentarismo que pueden acelerar la aparición de esta enfermedad cardiovascular. Ambos estados pueden conducir a una hipertensión arterial, hipertrigliceridemia e hipercolesterolemia.
Vemos que, realmente, el sedentarismo es la base de una serie de estados que son patológicos y perjudiciales en sí mismos, pero que juntos llevan a las enfermedades cardiovasculares. Estas afecciones, sobre todo las relacionadas con la cardiopatía isquémica como los infartos, son la principal causa de muerte en muchos países del mundo.
¡Debemos evitar el sedentarismo!
Aunque en muchas etapas de la vida resulte complicado, debemos recordar que estamos hechos para la actividad física. Pese a que en un principio evitar el sedentarismo pueda ser complicado y tedioso, con el tiempo disfrutaremos del deporte y de todos los beneficios que nos puede aportar.
Para finalizar, recomendamos la lectura sobre la importancia de la nutrición y de llevar una dieta equilibrada. Si juntamos ambas cosas, disfrutaremos de una gran calidad de vida y viviremos muchos años más.
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