¿Qué deportes practicar después del embarazo?
Los últimos meses antes del parto conllevan un bajón en la actividad física de la mujer. Después del nacimiento del bebé, las madres deben cumplir un estricto período de reposo. No obstante, tras poco tiempo de transcurrido el embarazo hay algunas prácticas deportivas que se pueden emprender.
La acción de dar a luz deja secuelas temporales en las mujeres. Por un lado, tenemos el esfuerzo y el estatus interno del cuerpo luego de que el neonato sale.
Al cuerpo femenino se le pueden añadir complicaciones por lar heridas de la cesárea si hace falta realizarla. Por ello, más que deportes, hay algunas actividades físicas con las que se puede reactivar el organismo. Las describimos a continuación.
El comienzo siempre es progresivo
Las mujeres que están en una edad cercana a los 40 años no pueden realizar grandes esfuerzos físicos. Este lapso de reposo dura entre seis y ocho semanas después de dar a luz. No obstante, se puede comenzar cierta actividad de forma progresiva.
El cuerpo nos dará señales de lo que debemos y podemos hacer justo después del embarazo. Si forzamos las cosas, podríamos sufrir un poco de dolor, o incluso experimentar incontinencia urinaria.
En primer lugar, se recomienda la realización de ejercicios de postura y flexibilidad, sin la necesidad de mucha fuerza corporal. En este sentido, el pilates y el yoga son las dos prácticas recomendables para comenzar.
Pilates y yoga: preparando el cuerpo para entrenar
Con el pilates, podremos comenzar a trabajar las posturas corporales. La idea de esta disciplina es trabajar a nivel de la estructura corporal. Sus posiciones no requieren mucha fuerza y cada trabajo puede acoplarse a la realidad de cada practicante.
Después de parir, muchas mujeres arrastran problemas de postura. Esto se debe al peso del bebé y al incremento de tamaño de los senos. En medio del reajuste corporal, trabajar con la columna y las posiciones puede ayudarnos a retomar la actividad física.
Por otra parte, el yoga permite trabajar el equilibrio entre cuerpo y mente de igual manera, mediante posturas. La resistencia también se estimula, pero sin la necesidad de emprender esfuerzos exagerados.
Ejercicios de baja intensidad para después del embarazo
Lo siguiente es poder realizar rutinas en las que podamos mantener el control total de los movimientos. Pasada la sexta semana, ya se pueden incluir algunos abdominales y ver cómo reacciona el cuerpo.
Las flexiones son mucho más saludables porque incluimos el pecho y no la zona abdominal. Esta última es mucho más afectada después del embarazo. Sin duda alguna, se trata de una excelente forma de retomar rutinas un poco más exigentes.
También es muy bueno caminar, o incluso trotar. La caminata nos ayudará a ir preparando al cuerpo para otro tipo de esfuerzos; claro que siempre tendremos que ver cómo nos vamos sintiendo e ir de menos a más.
Pasadas las ocho semanas, podemos iniciar con natación
La rapidez con la cual se pueda emprender la práctica deportiva dependerá de muchos factores personales. Por ejemplo, las madres que no hayan optado por la cesárea podrían tener menos problemas. Para ellas, la natación podría ser una excelente alternativa.
Incluso cuando se realiza la cesárea, se podría pensar en la opción de nadar. Lo importante es esperar a la cicatrización de la herida y consultar con el médico. Ten en cuenta que el contacto con el agua ayuda a fomentar la irrigación sanguínea.
Hay que recordar que, en este estado, no es aconsejable zambullirse o practicar submarinismo acuático. Tampoco podemos dar saltos en el agua o realizar movimientos demasiado violentos; nadar contra corriente tampoco es recomendable.
Ejercicios de Kegel después del embarazo
Las mujeres que han pasado por un parto deben recuperar la fortaleza del suelo pélvico. Para ello, los ejercicios de Kegel son una excelente opción. Básicamente, estos consisten en rutinas de contracción del músculo pubocoxígeo.
La gran ventaja de este método es que se puede ejercitar en cualquier momento. Con estos ejercicios, lo importante es apretar y soltar los músculos de forma controlada. Existen dispositivos que las mujeres pueden utilizar para un trabajo focalizado, aunque esto queda contraindicado al experimentar el mínimo dolor.
Para finalizar, es fundamental realizar las visitas de rutina al ginecólogo; este es el único especialista que puede decirnos cómo evoluciona la zona pélvica. El control permitirá que establezcamos nuestros límites con mayor claridad. De resto, podemos comenzar progresivamente hasta recuperar el nivel óptimo.
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