Ingredientes a evitar en los alimentos

Con el fin de abaratar costes y aumentar al máximo el periodo de caducidad de los alimentos, hoy en día muchos alimentos llevan una serie de compuestos que no favorecen en absoluto nuestra salud. Estate alerta para evitarlos en la medida de lo posible.
Ingredientes a evitar en los alimentos

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 26 mayo, 2023

En la actualidad es muy difícil encontrar comida que no contenga colorantes artificiales, edulcorantes y emulsionantes o algún otro tipo de aditivo. Aunque el objetivo de estos componentes son variados, como incrementar su durabilidad o darle un sabor más agradable, lo cierto es que provocan efectos negativos en nuestra salud.

Por está razón, es importante conocer lo que algunos componentes añadidos a la comida pueden provocar en nuestro cuerpo. Y, a pesar de que puede llegar a ser difícil encontrar opciones que no contengan estos aditivos, siempre podemos optar por una dieta libre de procesados o evitarlos en la medida de lo posible. A continuación, exponemos una lista con los ingredientes a evitar en los alimentos.

Endulzantes artificiales

Esta sustancia no tiene más propósito que hacer que los alimentos tengan un sabor dulce, pues no aporta energía al cuerpo ni tiene beneficio alguno. Entre los endulzantes artificiales más usados por la industria alimentaria está la sacarina y ciclamato de sodio, el aspartamo, sucralosa, neotamo y estevia.

Estudios detallan que, a diferencia del azúcar, algunos de estos endulzantes no poseen un poder saciador, sino que estimulan el apetito, contribuyendo al aumento de peso corporal, y alteran los receptores del gusto, habiendo riesgo de generar una adicción al sabor dulce.

Las mujeres en etapa de embarazo tiene que tener cuidado, pues se ha vinculado al consumo de refrescos endulzados artificialmente, más no con los que contienen azúcar, con el parto prematuro de bebés. Otro factor a considerar es que estos endulzantes alteran negativamente la  microbioma oral y las respuestas glucémicas de las personas.

Además, aunque hay un amplio debate sobre si hay o no riesgo de cáncer por consumo de endulzantes artificiales, lo siento es que varios estudios hechos en roedores encontraron que el consumo prolongado de aspartamo causa leucemia y linfoma. Asimismo, la Escuela de Salud Pública de Harvard condujo un estudio epidemiológico prolongado en humanos en el cual se halló evidencia de que el aspartamo aumenta el riesgo de cáncer en los hombres.

Es importantes mencionar que los riesgos aumentan ante la exposición a aspartamo antes del nacimiento y en etapas tempranas de la vida, por lo que diversos científicos han pedido a las agencias de alimentos nacionales e internacionales que reexaminen urgentemente el riesgo de este endulzante.

Por estas razones, los endulzantes artificiales son algunos de los ingredientes a evitar en los alimentos.

Los zumos comprados parecen un alimento sano.

Grasas trans y aceites vegetales, ingredientes a evitar por excelencia

En primer lugar, estudios determinan que las grasas trans promueven la inflamación y alteran la función básica de la membrana celular, que son un punto de referencia de la mayoría de las enfermedades crónicas como la diabetes y cardiopatía coronaria. Por ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomiendan la eliminación del consumo de los ácidos grasos trans.

Asimismo, otra razón para incluir las grasas trans como uno de los ingredientes a evitar en los alimentos es que pueden aumentar radicalmente el riesgo de accidente cerebrovascular. Un estudio en 2010 que involucró a mujeres posmenopáusicas, encontró una incidencia un 30% más elevada de accidentes cerebrovasculares isquémicos entre las mujeres cuyo consumo diario de grasas trans era el más elevado.

Respecto a los aceites vegetales hidrogenados, están presentes en la mayoría de los alimentos procesados, entre los que se incluyen las galletas, alimentos fritos y muchos otros. A diferencia de las grasas trans, los riesgos de los aceites vegetales en los que predominan los ácidos grasos insaturados continúan siendo ignorados, a pesar de que se convierten en subproductos de oxidación tóxicos cuando son calentados, debido a su poca resistencia a altas temperaturas.

Una alimentación rica en grasas puede provocar sobrepeso.

Sabores artificiales

Algunos sabores artificiales pueden suponer preocupaciones muy graves para nuestra salud. Por ejemplo, el diacetilo, el componente que le da sabor a la mantequilla de las palomitas de microondas, es potencialmente tóxico para los pulmones cuando se inhala. Aunque el riesgo de enfermedad pulmonar es mayor para los trabajadores que elaboran este producto y el debate de si este componente es o no tóxico para el consumidor sigue en pie, hay que tomar precauciones y consumir este tipo de productos con moderación.

Glutamato monosódico

El glutamato monosódico es un aditivo que potencia el sabor de los alimentos. A menudo está relacionado con la comida china, pero en la actualidad es añadido a un número incontable de productos alimenticios procesados, desde comida congelada y aderezo para ensalada, hasta patatas fritas y carnes.

Aunque la FDA haya catalogado a este aditivo como seguro para su consumo, admite que personas sensibles pueden presentar síntomas a corto plazo por ingerir más de 3 gramos sin alimentos. Estos síntomas pueden ser dolor de cabeza, entumecimiento, sofocos, hormigueo, palpitaciones y somnolencia.

Es importante mencionar que estudios han relacionado directamente a este componente con la obesidad, y como efectos derivados a la resistencia a la insulina y aumento de ácido úrico plasmático. Esto se debería a que el glutamato monosódico podría influir en la regulación hipotalámica del apetito.

No es cierto que solo podamos congelar los productos frescos.

Colorantes

Nueve de los colorantes alimentarios actualmente aprobados en los Estados Unidos, están relacionados con problemas de salud.

La tartrazina y el rojo 40, colorantes de la familia de los azoicos, añadidos a gran cantidad de productos -como las bebidas, postres, embutidos, conservas- pueden provocar cambios de comportamiento en niños, yendo desde la hiperactividad hasta trastornos del sueño. Las personas asmáticas deben tener más cuidado con los colorantes azoicos, ya que pueden causar crisis de asma.

La tartrazina en particular también puede provocar reacciones leves y graves en personas alérgicas a la aspirina, pues tiene similitud química con este compuesto.

Uno de los ingredientes a evitar en las comidas son las bebidas gaseosas y estimulantes.

Jarabe de maíz de alta fructosa

Una de las razones del por qué el jarabe de maíz de alta fructosa es un ingrediente a evitar en los alimentos es porque causa obesidad. Esto se debe a que este compuesto contiene la forma libre de monosacáridos de fructosa y glucosa. La fructosa se metaboliza principalmente en el hígado, ya que es el único órgano que es capaz de hacerlo.

Ya en el hígado, la fructosa se metaboliza al igual que el alcohol, causando disfunción metabólica mitocondrial en la misma manera que el etanol y otras toxinas. Y al igual que el alcohol, su cuerpo convierte la fructosa directamente en grasa. Además, se atribuye a la fructosa el aumento de apetito, por lo que el problema solo se termina agravando.

Otro efecto adverso es que favorece al desarrollo de resistencia a la insulina y a la diabetes tipo dos. Así también, puede ser un desencadenante de enfermedades cardiovasculares.

Conservantes

Los conservantes alargan la vida útil de los alimentos, lo que aumentan las ganancias del fabricante. Sin embargo, la mayoría están relacionados con problemas de salud.

Por ejemplo, estudios detallan que los nitratos y nitritos, dos conservantes usados en productos cárnicos y embutidos, al combinarse con otros elementos como el ión, las aminas del cuerpo, plaguicidas y otras sustancias químicas pueden producir falta de oxígeno en la sangre y cánceres hepáticos y de otros órganos como el estómago. Esto último debido a la formación de nitrosaminas que son sustancias agentes de cancerígenos.

Ingredientes transgénicos

Los ingredientes transgénicos no son más que alimentos manipulados genéticamente. Varios estudios han detectado una posible toxicidad. Por ejemplo, en ensayos hechos con animales se detectaron principios de úlcera en el revestimiento del estómago al alimentarlos con tomates transgénicos.

Otro análisis en animales describe alteraciones significativas del revestimiento del intestino delgado y el desarrollo de los órganos vitales, trastornos inmunológicos y  problemas de crecimiento. Todo esto ocurrió al alimentarlos con patatas modificadas para resistir a los insecticidas.

Además, hay la hipótesis de que, al introducir en los alimentos nuevos compuestos, se podrían transformar en productos potencialmente alérgenos. El riesgo de esto está en que las personas podrían alimentarse con productos con los que no hayan tenido un antecedente de alergia, sin embargo, con la modificación genética, ya no serían tan seguros para el consumo. Esta alergia por exposición involuntaria podría tardar años en desarrollarse y detectarse, lo que vuelve aún más peligrosos a los ingredientes transgénicos.

Hay que vigilar todo lo que nos llevamos a la boca

Si bien los supermercados están atestados de productos que contienen al menos uno de estos compuestos, podemos optar por una dieta más orgánica y sin alimentos procesados. La tarea de buscar una alimentación realmente sana y sin riesgos será ardua, pero la recompensa será una buena salud.

Recuerda evitar para ti y tu familia el consumo de golosinas, embutidos, refrescos, y todos aquellos productos cuyo valor nutricional es nulo. Podrán ser muy deliciosos, pero eso no cambia el hecho de que sean ingredientes a evitar en los alimentos.


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