Causas y síntomas de la fatiga muscular
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Cuando aparecen los síntomas de la fatiga muscular, debemos hacerles caso y darle un descanso al cuerpo. Es muy peligroso continuar practicando ejercicio físico más allá de las posibilidades del organismo.
De caer en este error, nos exponemos a numerosas lesiones o patologías peores, de modo que acabaremos pasando mucho más tiempo recuperándonos que si simplemente descansamos. A continuación, vamos a ver por qué se fatigan los músculos y a qué síntomas debemos estar atentos para saber que debemos echar el freno.
Causas de la fatiga de los músculos
Todas las causas de la fatiga muscular se centran en exigirle al músculo más de lo que es capaz de aguantar. Por una parte, puede presentarse luego de una sesión de entrenamiento demasiado extensa.
Para contraerse y relajarse, el músculo va consumiendo ciertas sustancias que tenemos en el cuerpo y que se recuperan mediante la alimentación. Además, las fibras musculares tienen un límite físico de la cantidad de veces que se pueden contraer hasta sufrir daños estructurales.
Al realizar sesiones de deporte extensas, no solo vaciamos los recursos almacenados, sino que las llevamos al límite estructural. A partir de ese momento, las fibras musculares necesitan nutrirse y recuperar su estado inicial. Asimismo, un estudio realizado por expertos de la Universidad del Valle de Colombia afirma que el lactato que se acumula en el músculo al realizar ejercicio puede estar detrás de la fatiga.
En segundo lugar, tenemos la falta de descanso. Siguiendo con el ejemplo anterior, tras un ejercicio físico intenso, los músculos necesitan recuperarse tanto a nivel de sustancias como de integridad física.
Si no les damos el descanso necesario, no se recuperarán del todo, y al intentar hacer otra sesión de deporte, empezaremos en desventaja. Esto es tener el músculo fatigado.
La tercera razón por la cual se fatiga un músculo es por realizar un ejercicio muy intenso. Imagínate una goma elástica: se estira, y podemos estirarla mucho. Sin embargo, si la estiramos mucho repetidas veces, corremos el riesgo de que se rompa.
Lo mismo pasa con los músculos. La fatiga se acumula y no podemos pasarnos. En este sentido, una investigación publicada en la revista Archivos de Medicina del Deporte muestra que los músculos se fatigan sobre todo en deportes con componentes de contracción excéntrica.
Síntomas de la fatiga muscular
El primer síntoma que notamos al tener fatiga muscular es el descenso de funcionalidad. Es decir, notaremos que el músculo ya no responde como antes.
Por ejemplo, intentaremos hacer una repetición más de algún ejercicio y el músculo no será capaz de realizarlo. Esto también se llama «fallo muscular», y es algo que se busca en musculación para saber que se ha llevado al músculo a su límite.
En segundo lugar, notaremos una pesadez en el cuerpo y un agotamiento intenso. Como cuando vamos a hacer un poco de senderismo pero a mitad de la ruta descubrimos que es mucho más pesado de lo que esperabamos. La sensación que tenemos al final es de fatiga muscular.
Asimismo, notaremos una respiración acelerada e irregular, sumada a la alteración del ritmo cardíaco. El cuerpo está intentando desesperadamente seguir el ritmo del esfuerzo físico, así que pone toda la carne en el asador… es decir, activa todos los recursos a su disposición.
El último de los síntomas de la fatiga muscular que veremos es el dolor generalizado. Al igual que en el ejemplo del senderismo, la fatiga se traducirá en un dolor similar al que notamos cuando tenemos agujetas.
Un problema que hay que tratar
Si hacemos deporte, tarde o temprano tendremos fatiga muscular. Esto es así. Si queremos mejorar, vamos a empujar al cuerpo a mejorar en el día a día, y una consecuencia será tener fatiga muscular. Esto, a su vez, hará que los músculos crezcan más y nos permitan mejorar en la disciplina practicada.
Lo que hay que recordar es que debemos atender a esta fatiga. Si la notamos durante el entrenamiento, tenemos que ser conscientes de que el cuerpo nos está mandando señales de alerta.
En tal caso, tenemos que rebajar la intensidad del entrenamiento o, si es un cansancio considerable, deberemos parar inmediatamente. Y por supuesto, tenemos que darle tiempo al cuerpo a recuperarse entre sesión y sesión.
De lo contrario, si le damos trabajo a un músculo fatigado, estamos encaminados a sufrir una de la larga lista de lesiones musculares existentes. Somos seres vivos y nuestras estructuras trabajan, se cansan y se recuperan. Es importante que se recuperen antes de exigirles más trabajo; no somos robots, no podemos estar siempre trabajando.
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