Lesiones deportivas del tendón de Aquiles
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El tendón de Aquiles es conocido por su nombre particular y por su fortaleza. De su inserción en la parte posterior de la pierna y el tobillo dependen, en gran medida, las capacidades de movimiento y desplazamiento de los miembros inferiores.
Los que practican deportes que implican correr están siempre pendientes de la posible lesión de esta estructura, ya que su recuperación es lenta. Una ruptura, por ejemplo, en un futbolista, lo deja fuera del circuito por meses.
Hablamos de tendones para referirnos a las partes del sistema osteomioarticular que conectan un hueso con algún músculo. En el caso del tendón de Aquiles, la conexión es entre los músculos gemelos y sóleo al hueso calcáneo. Desde fuera se lo puede palpar como un grueso cordón que recorre la parte posterior del talón.
Esta estructura anatómica puede inflamarse, degenerarse, sufrir los efectos de una inflamación a su alrededor o romperse. Como veremos, algunas de estas lesiones son más leves, y otras implican sí o sí una intervención quirúrgica.
Causas de lesiones en el tendón de Aquiles
Una particularidad de las lesiones deportivas del tendón de Aquiles es que pueden aparecer por sobreuso o por falta de entrenamiento. Es decir que dos personas podrían padecer la misma patología, una siendo un atleta de élite y el otro, un amateur ocasional.
Cuando el tendón se sobrecarga por uso excesivo, corre riesgo de inflamarse y de romperse. Del mismo modo, si alguien nunca realiza un deporte de esfuerzo y, al practicarlo, se excede en sus capacidades, podría lesionar el tendón por no estar acostumbrado a ese movimiento particular.
Los traumatismos también son causa de las lesiones. Una patada desde atrás, un golpe que desestabilice y obligue al pie a pronar demasiado o tropezar con un obstáculo que retenga el miembro inferior son motivos suficientes para que el tendón de Aquiles se lastime.
La cuestión del envejecimiento es relativo, pero sí está claro que, desde los 30 años de edad, los tendones aceleran su degeneración, según una publicación de 2007 de Acta Ortopédica Mexicana. Se vuelven rígidos y más susceptibles, lo que obliga a extremar las precauciones, sobre todo con un calzado adecuado.
Las lesiones más frecuentes del tendón de Aquiles
Veamos qué lesiones puede padecer este tendón al realizar un deporte. Más allá de la obvia ruptura, que se lleva toda la atención, hay otras situaciones complicadas y menos conocidas que hay que tener en cuenta.
Tendinitis
Una tendinitis es una inflamación de un tendón. En este caso, será la acumulación de líquido en el tendón de Aquiles. El lugar clásico de aparición y focalización es la parte del tejido que está más cerca del hueso del talón.
Las tendinitis duelen y provocan impotencia funcional. Cuesta movilizar el pie y, a la palpación, el dolor es intenso. Puede suceder de manera progresiva, lo que implica que el atleta siga con sus entrenamientos al principio y empeore así el cuadro.
El tratamiento se basa en la inmovilización. Al inicio, se puede añadir frío local y usar algún antiinflamatorio, de acuerdo al grado de afectación. La recuperación demanda fisioterapia manual, a veces con ultrasonidos como adyuvantes.
Tendinopatía aquílea no insercional
Aunque no se trate de una tendinitis en sentido estricto, la tendinopatía no insercional en el talón se comporta parecido. Hay dolor, inflamación y molestia a la palpación; también se limitan los movimientos. A su favor está el hecho de que remite espontáneamente cuando se descansa.
El problema es la recurrencia, que en un deportista es molesto y obliga a cambiar las rutinas para adaptarse o a limitar los tiempos de entrenamiento. Como no responde bien a los antiinflamatorios ni se puede operar, se opta por suplementar al paciente con sustancias que refuercen el tejido tendinoso, como ácido hialurónico o ácidos grasos esenciales.
Ruptura del tendón de Aquiles
Lo que todos temen es la lesión por ruptura del tendón de Aquiles. Consiste en la destrucción de alguna sección tendinosa debido a un estiramiento que supera la capacidad que tiene el tejido de alargarse.
Si la ruptura es pequeña, puede obviarse la cirugía, pero no siempre es así. En general, el proceso de reparación requiere una intervención para volver a unir el tendón de manera artificial. Además, la cirugía no puede demorarse más de una semana para obtener resultados adecuados.
La recuperación es lenta e implica reposo y fisioterapia, como se detalla en una publicación de la Revista Mexicana de Medicina Física y Rehabilitación. El tendón de Aquiles es grande y necesita tiempo para volver a formarse y cicatrizar.
La patología del tendón de Aquiles en el deporte
Las lesiones del tendón de Aquiles en el deporte son muy importantes. En la práctica profesional, representan una preocupación constante por el tiempo de inactividad y la recuperación, que no se asegura en su totalidad.
Las técnicas quirúrgicas han avanzado, y el tratamiento de fisioterapia también. Es mayor la tasa de buenos resultados hoy que hace décadas. Del mismo modo, se ha avanzado en el conocimiento de la medicina del deporte para que la vuelta al ejercicio sea progresiva y con cuidado.
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