5 lesiones comunes por hacer ejercicio sin calentar

No calentar puede ocasionar una serie de lesiones. En este artículo te explicamos cuáles son las más frecuentes.
5 lesiones comunes por hacer ejercicio sin calentar
Joseph Wickman

Revisado y aprobado por el fisioterapeuta Joseph Wickman.

Escrito por Joseph Wickman

Última actualización: 30 mayo, 2023

El hecho de que existan lesiones comunes por hacer ejercicio sin calentar ya da una idea de su importancia. El calentamiento debe ser una parte fundamental de cualquier rutina deportiva. Ignorarlo puede tener consecuencias como las que vamos a enumerar.

A continuación, hablaremos un poco sobre la importancia del calentamiento. Luego, analizaremos en profundidad las lesiones más comunes que pueden aparecer si no calentamos adecuadamente.

El calentamiento

Es importante realizar un pequeño apunte en cuanto al calentamiento en sí antes de empezar a enumerar lesiones.

Cuando hablamos de un calentamiento adecuado, este debe estar conectado con el deporte que se va a realizar a continuación. Es decir, debe ser un calentamiento que prepare al cuerpo para el esfuerzo que se le va a exigir. Así, si vamos a hacer una sesión de pesas, no deberíamos estirar, puesto que vamos a exigir contracciones fuertes y no elongaciones del músculo.

Por lo tanto, un calentamiento correcto siempre tendrá en cuenta el esfuerzo siguiente. También debe ser siempre un calentamiento activo. Aunque estiremos, debemos realizar estiramientos activos. No hay que olvidar el objetivo que perseguimos al hacer esta rutina.

La importancia de un buen calentamiento.

Lesiones por hacer ejercicio sin calentar

Teniendo esto en cuenta, podemos entender que las lesiones que se enumeran a continuación pueden ocurrir tanto por no calentar, como por calentar incorrectamente. 

Veamos a qué tipo de consecuencias nos enfrentamos si decidimos no calentar por aburrimiento, falta de tiempo o cualquier otra razón.

Rotura fibrilar

La primera lesión es bastante clara. Al calentar, preparamos a los músculos para realizar un determinado esfuerzo. Si no lo hacemos, el músculo no estará listo y sus fibras pueden romperse.

Hay tres niveles de roturas fibrilares dependiendo de su gravedad. Si no calentamos y tratamos de realizar una contracción muscular fuerte y brusca, perfectamente se puede sufrir la versión más grave.

Calambre

Pasamos a una consecuencia menos grave, pero que de igual modo interrumpirá la práctica deportiva.

Al igual que el músculo necesita calentar para aumentar el riego sanguíneo y no romperse, también necesita este aumento de flujo sanguíneo para otros procesos. En este caso, el proceso de contracción-relajación del músculo se puede ver afectado si no calentamos. Le estamos pidiendo cientos de contracciones reiteradas a un músculo que está en un estado relajado.

Una de las consecuencias es que no sepa cómo afrontar la situación y se contraiga por sí solo repentinamente, lo cual es un calambre. El músculo se queda contraído y no es capaz de relajarse.

Los calambres nocturnos son un fenómeno totalmente aparte, cuyas causas se llevan estudiando muchos años.

Contractura

Otra lesión muscular por hacer ejercicio sin calentar es la contractura. En este caso, el músculo se va contrayendo y relajando, pero llega un punto en el que no puede con el esfuerzo que le pedimos y se mantiene contraído. Es otra consecuencia de interrumpir el ciclo contracción-relajación.

En el caso del calambre, se irá a los segundos o minutos. Pero en el caso de la contractura, puede durar horas e incluso hacerse crónica si no se trata adecuadamente.

Esguince

Al calentar, además del flujo sanguíneo, también activamos las células encargadas de la propiocepción, es decir, del equilibrio y la estabilidad. Es como si avisáramos al cuerpo de que va a tener que realizar un gran esfuerzo.

Si no lo hacemos, estas células están en reposo. Y una consecuencia de ello puede ser que, al torcerse un tobillo, el cuerpo no reaccione a tiempo y se produzca la lesión. Los esguinces también tienen niveles, y podemos sufrir cualquiera de ellos.

Lesiones articulares

En esta categoría nos apartamos de las lesiones musculares.

A las articulaciones las envuelven bolsas con líquido que favorecen la lubricación de los huesos y amortiguan el impacto. Al calentar, también ‘calentamos’ este líquido. Es decir, empezamos a movilizar las articulaciones y el sistema que protege a las articulaciones se prepara para realizar su función.

Por otra parte, los músculos son los grandes encargados de aliviar la presión a la que se ven sometidas las articulaciones. Al calentar los músculos, también le quitamos presión a las articulaciones. Y si no lo hacemos, se van a tener que encargar de un porcentaje demasiado alto de la tensión a la que las vamos a someter.

El síndrome de dolor patelofemoral puede tener diversas causas.

Un componente esencial

Estos son solo unos ejemplos de las lesiones que podemos sufrir al hacer ejercicio sin calentar. No incluyen otros problemas, como un peor rendimiento, la aparición más temprana de la fatiga, entre muchos otros.

Es vital calentar. No solo te ayudará a dar la mejor versión de ti, si no que te evitarás disgustos en forma de lesiones.


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